El sector asegurador en la Comunitat o la relevancia de la economía social

VALENCIA. La actividad económica, y especialmente el sector financiero del que el seguro es una parte sustancial, está en constante evolución. Ahora bien, de vez en cuando conviene hacer una foto fija para ver de dónde venimos y dónde estamos, lo que nos permitirá prever dónde vamos. Con esta intención iniciamos estas líneas: realizar un repaso sobre el sector asegurador en la Comunidad Valenciana para ofrecer una visión lo más certera posible de su pasado, presente y futuro.

Si echamos la vista atrás, lejos quedan ya algunas entidades que sí tuvieron un protagonismo en las finanzas valencianas y por extensión en el mapa nacional. Me viene a la memoria Finisterre, absorbida por el grupo Mapfre, y que tan relevante papel jugó en los seguros populares dentro del panorama español. También debemos mencionar a ASEVAL, la aseguradora surgida en el seno de Bancaja, la cual mantiene en su denominación social el gentilicio “Valenciana” pero con domicilio social en Madrid. O la Mutua de taxis de Valencia con una menor implantación territorial, pero que desempeño un notorio papel en el seguro del automóvil en la ciudad de Valencia. Todo ello han sido pérdidas de musculo financiero en nuestra Comunidad, lo que sin duda ya empezamos a añorar.

Tampoco quisiera obviar en esta retrospectiva, aunque solo sea por razones sentimentales, la extinta URVEA, agrupación de aseguradoras en la Comunidad Valenciana. Su desaparición supuso la pérdida de un auténtico foro empresarial del seguro cuyo epicentro era la Comunidad Valenciana.  Con ella se perdió la voz del sector en Valencia para irse a otros polos donde se concentra el poder.

Centrándonos en las entidades aseguradoras con domicilio en la Comunidad Valenciana que han logrado sobrevivir a las turbulencias de los últimos tiempos, quizá merezca ser citada en primer lugar la Unión Alcoyana por ser una entidad más que centenaria y una de las que mayor volumen de primas intermedia en el mercado, apareciendo en el último ranking de ICEA correspondiente al primer trimestre de 2016 entre las 100 primeras y con una cuota de mercado nacional del 0,07%. No obstante, no es la única aseguradora con forma de sociedad anónima. Dentro de esta forma social, también merece un lugar destacado, Mediterráneo que en el ramo de vida intermedió e 260 millones y en no vida 35 millones, datos todos ellos de 2014. Entidad aseguradora vinculada a la actividad bancaria, pero que es la primera de las aseguradoras sitas en la Comunidad Valenciana por volumen de primas. Las entidades Familiar de seguros Active y Agrupación sanitaria de seguros formulan esta reducida lista de aseguradoras con forma capitalista. Escaso bagaje quizás.

Cómo en otros ámbitos del quehacer económico de nuestra Comunidad Valenciana es la economía social y el mundo agrícola el que nos permitía al menos sacar un poco de pecho. Efectivamente, entre las aseguradoras valencianas ocupaba el segundo lugar en primas devengadas AGROMUTUA. Eso sí, sus primas se centraban en el seguro agrario combinado, donde era una de las entidades más destacadas en el panorama nacional. La nada despreciable cifra de casi 69 millones de euros en primas han sido sus credenciales para ocupar un lugar privilegiado dentro del sector asegurador valenciano en el ejercicio 2014. No obstante, téngase en cuenta que para la redacción de estas líneas se están barajando cifras de 2014, por ser las últimas ofrecidas por la Dirección General de Seguros, pero Agromutua y Pelayo en su división agraria se fusionaron en 2015, pasando a ser el domicilio social de la entidad Madrid, aunque a quien suscribe le consta el compromiso de la entidad con nuestra Comunidad. En fin, también debemos citar en esta sede la Mutua de arroceros con 13 millones de euros intermediados en primas, que visto lo visto no está nada mal.

Sin embargo, la labor de la economía social en el sector asegurador valenciano no termina ahí. Dentro del ranking nacional de mutualidades de previsión social ocupa un destacado papel la Divina Pastora. Estas entidades, las mutualidades, que debieran estar llamadas a jugar un papel fundamental dentro de la previsión social como instrumento complementario de nuestras futuras pensiones públicas, no son una cuestión menor. La Divina Pastora devengó 31 millones en primas, cifra muy alejada del top 10 de aseguradoras nacionales, pero es una cifra muy significativa si se compara con el resto de mutualidades de previsión social. En el apartado de mutualidades de previsión social también hay que incluir la mutualidad de empleados de Bancaja, con una cifra de 1,5 millones de primas devengadas.

El tercer pilar lo representan las mutuas que ejercen su actividad en el ramo no vida, en especial en el ramo del automóvil. Aquí debe ser citada la Mutua de Levante, con sede en Alcoy, pero en el último ranking publicado por ICEA se encuentra entre las 100 principales aseguradoras españolas. Por ofrecer también sus datos de 2014, al igual que en el resto, su volumen de primas lo fue de 20 millones. En el apartado de mutuas debemos incluir la Mutua de panaderos con 2,6 millones y la Mutua segorbina con 1,5 millones de primas  devengadas. También mencionaremos aquí a la Mutua contra incendios de edificios de Valencia.

Como nuestro sufrido lector habrá podido comprobar a estas alturas de artículo, ninguna de las 10 primeras aseguradoras españolas tiene su domicilio en la Comunidad Valencia y todo ello pese a que nuestra autonomía supone la cuarta en volumen de primas a nivel nacional. En el último ranking elaborado por ICEA correspondiente al primer trimestre de 2016 la primera aseguradora que aparece de entre las anteriormente citadas es Mediterráneo vida, en el número 35, y con una cuota de mercado español del 0,35 %. Esta cifra contrasta vivamente con la ofrecida por los 5 primeros grupos de aseguradoras en España que suponen el 45 %  del mercado, o las 10 primeras con casi el 65 % de cuota.

Esto es lo que nos queda. Un sector asegurador con escasas entidades y donde más allá de algún meritorio caso dentro de las formas capitalistas, es la economía social quién está tirando del carro. Habrá que subirse a él si queremos ir a algún lado. No hacerlo así nos llevará en no mucho tiempo a cantar con cierta melancolía el conocido estribillo de Manolo Escobar: mi carro me lo robaron…dónde estará mi carro.