VALENCIA. El Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) que Medio Ambiente quiere implantar para aumentar la tasa de reciclaje de los envases, fundamentalmente de bebidas, prevé que los bares y locales de ocio actúen como gestores y depósitos de residuos, incluso de los que generan otros establecimientos como supermercados o hipermercados. Así lo han transmitido los responsables de la Conselleria que dirige Elena Cebrián a los representantes de las asociaciones de hosteleros en los encuentros que han mantenido para presentarles las líneas de este sistema, que se prevé que entre en funcionamiento en 2018.
Con ello, la conselleria pretende que los 34.000 locales de hostelería repartidos por toda la Comunitat se conviertan en una suerte de red de recogida de envases para garantizar el funcionamiento de este nuevo sistema, que se basa en el reembolso a los consumidores de los 10 céntimos que pagarán de más por cada envase en el momento de compra. Según explica David Izquierdo, gerente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), los bares y restaurantes tendrán que hacerse cargo de todos los envases que los usuarios depositen en sus locales, además de los de sus clientes.
La FEHV es una de las organizaciones miembro de la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunitat (Conhostur), cuyo presidente es uno de los diez dirigentes que firma el manifiesto empresarial entregado al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para que detenga los planes de Medio Ambiente, tal y como publicó este miércoles Valencia Plaza. El documento está suscrito por la patronal autonómica Cierval, la asociación de supermercados Asucova y las grandes empresas representadas en Anged, entre otros.
Según lo expuesto por Medio Ambiente a los responsables de la FEHV -uno de los reproches que realizan al Consell es precisamente la ausencia de un plan por escrito-, los envases agua, zumo, cerveza y refrescos en formatos de vidrio, pet (plástico), latas y tetrabrik que antes iban a parar a los contenedores amarillos podrán ser depositados en los locales de hostelería. A juicio de Izquierdo, que reivindica las elevadas tasas de reciclaje que actualmente alcanza la hostelería, la medida supone convertir estos establecimientos en "vertederos" y les "criminaliza" como sector.
La hostelería es uno de los colectivos en los que el SDDR genera un mayor rechazo porque, a juicio de la patronal del sector, va a suponer que miles de locales "estén obligados a recibir y almacenar los residuos de los ciudadanos, y hay que tener en cuenta que la mayoría son pymes y micropymes de carácter familiar".
Entre los inconvenientes que destaca el representante de la FEHV están la necesidad de habilitar un espacio en los locales para poder almacenar los envases, el tener que destinar personal específico a la gestión de los mismos -recogida, supervisión, devolución de la tasa, etcétera- o la necesidad de disponer de un fondo de caja para afrontar la devolución al usuario de los diez céntimos por unidad, lo que supone adelantar el dinero de su bolsillo hasta que el gestor del sistema paga al hostelero por la gestión.
"Convierte los locales de hostelería en una especie de vertederos", insiste izquierdo, quien advierte que el sistema solo retorna al empresario el importe que antes paga el cliente si el envase está "en perfectas condiciones, con las etiquetas intactas y siempre que hayan sido adquiridos dentro de la comunidad autónoma", ya que sólo se van a gravar los envases que se vendan dentro de la Comunitat.
El nuevo sistema convivirá con el actual, el de la gestión de los residuos en contenedores de recogida verdes, amarillos, azules e iglúes, conocido por el punto verde que identifica a los envases y de cuya gestión es responsable Ecoembes. Se calcula que aproximadamente un 20% de los envases que se generan en la Comunitat saldrán de ese circuito para pasar a estar gestionados mediante el SDDR.
Izquierdo explica que los empresarios tienen dos opciones para afrontar su nuevo rol de gestores de envases. Uno es optar por la recogida automática, que implica invertir alrededor de 24.000 euros en las máquinas que realizan la tarea "y que son fabricadas por una sola empresa", destaca. En este punto, considera que la mayoría de los establecimientos podrán optar por esta alternativa "ni por la inversión que requiere la máquina ni por el espacio que ocupa".
La alternativa es la recogida manual, en la que el ciudadano depositaría en el local de hostelería parte de los envases que ahora arroja en el contenedor. "Los inconvenientes son de todo tipo, desde sanitarios, al no poder controlar si el envase se ha destinado a cualquier otro contenido además del original, hasta logísticos, porque exige contar con un espacio en los locales que los establecimientos de hostelería en la mayoría de casos no tienen, por no hablar del tiempo que los empleados tendrán que dedicar a gestionar los envases a costa de la atención de los clientes", reitera el gerente de la FEHV.
Las previsiones de la Conselleria de Medio Ambiente, no obstante, son radicalmente contrarias a los augurios de los comerciantes. Al margen del incremento previsto en la tasa de reciclaje, el departamento que dirige Elena Cebrián prevé importantes ventajas para los empresarios. En concreto, calcula que los dos céntimos que ingresarán por la gestión y el depósito de cada envase supondrán en total 35 millones de euros en ingresos anuales. Además, la Conselleria defiende que con este sistema se crearán alrededor de 1.500 puestos de trabajo en la Comunitat.
Por otro lado, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no tiene intención de implicarse personalmente en este controvertido asunto a pesar de haber sido requerido por las principales organizaciones empresariales de la industria, el comercio y la hostelería para frenar el proyecto.
Según explican fuentes de Presidencia, el jefe del Consell trasladará a la Conselleria de Medio Ambiente el manifiesto empresarial que recoge las inquietudes de los sectores implicados por ser ésta la que tiene las competencias sobre la gestión de los residuos.