VALÈNCIA. Alcaldesa con mayoría absoluta de municipio de interior, agricultora y mujer decidida a representar a la provincia de Valencia en el Parlamento Europeo. Teresa Cervera García, máxima munícipe de Bugarra, localidad enclavada en la comarca de la Serranía, opta a concurrir en la candidatura de su formación, el Partido Popular, a la cámara legislativa que configuran los países de la Unión Europea.
No cuenta con padrinos en la sede nacional de su partido, ni su nombre llama la atención por provenir de otra formación en extinción o dedicarse a alguna actividad con lustre social. Por ese motivo, su estrategia para postularse ha sido la de cualquier militante de base: la de enviar su currículum y su carta de motivación a la sede nacional del PP en Madrid y pedir entrevista personal. Como si de otro trabajo se tratara. Del mismo modo que lo hacen miles de personas en España cada día para múltiples oficios.
En esa misiva alude a una faceta que entronca directamente con la afiliación y con una porción del electorado. "Mi interés es representativo, en general, de las políticas populares que mejoran las oportunidades de la ciudadanía. sea quien sea y viva donde viva", ha redactado en el documento remitido a la dirección nacional del PP. En ese mismo escrito se muestra como abanderada de "las políticas que representan una ventana de oxígeno para muchas personas que pueden verse reflejadas mejor en nuestro partido".
Alcaldesa de un municipio de interior que ha logrado vencer la despoblación sumando una sesentena de habitantes a su censo para rondar los 800, Teresa Civera conoce el sector citrícola y forma parte del Consejo Rector -primera mujer que lo hace- de la cooperativa local Cobatur.
Ha sido auxiliar de topografía y jefa de campo de Altafruta SL antes de lanzarse a la política local, donde su currículum se abre con dos mandatos de concejala y, posteriormente, a partir de 2015, se amplía ya con la vara de mando de alcaldesa con mayorías absolutas consecutivas. Entre ese año citado y 2019 compaginó su cargo con el de presidenta de la Mancomunidad de la Serranía.
"Vivo de la agricultura y estoy convencida de que se trata de un ámbito en el que puedo aportar. No soy terrateniente, sino pequeña agricultora", ha apuntado a quien le ha preguntado de su partido esta titulada en el máster de Tasación y Valoración de la Universidad Politécnica de València.
En julio del pasado 2023 fue inscrita como primera suplente del senador Fernando Tatay, elegido por Les Corts en una propuesta conjunta de PP y Vox. Si esa lista corriera coincidiría en la denominada Cámara Alta con otra alcaldesa -en este caso, ya ex y ahora concejala de gobierno local- de municipio de interior, con Estela Darocas, de Navarrés, número dos en la candidatura del Partido Popular al Senado por la provincia de Valencia.
No obstante, el objetivo de Cervera consiste en llegar al Parlamento Europeo como representante del ámbito rural de interior de la provincia de Valencia, en su rol de mujer que ejemplifica la labor cotidiana en el campo. Sabe que en ese órgano legislativo se fraguan múltiples decisiones que marcarán el devenir agrícola del conjunto de la Unión Europea y, en particular, de la Serranía, una comarca en peligro de despoblación. En ese sentido, en el de baluarte del segmento agrario, podría competir con Vox, socio y a la vez rival del PP.
"Me gusta ir de cara, hablar con la gente y dar el 100% cuando me implico en algún proyecto", sostiene mientras sueña con ser eurodiputada. "Tengo bastante que decir y sé que puedo aportar mucho trabajo y vivencias", traslada en su mensaje.
El presidente provincial del PP en Valencia, Vicent Mompó; y el secretario general regional, Juan Francisco García, conocen su interés y tenacidad. Ahora falta que la dirección nacional de su partido, que ya ha empezado a filtrar nombres más o menos destacados de fichajes para su lista, apueste por Teresa Cervera.
Si lo hiciera constituiría un ejemplo de alcaldesa de uno de los miles de municipios de la España rural que lucha cada día por salir adelante. También el de militante casi de base y sin valedores políticos relevantes que llama a la puerta de la dirección de la calle Génova. Ella espera una respuesta. Lo hace con discreción. Centrada, como cada jornada, en su población, Bugarra.