VALÈNCIA. Después de varios años de trayectoria errante por las salas de la ciudad, el teatro Escalante podría encontrar por fin una sede estable en uno de los tinglados que se ubican en La Marina. Al menos, es el deseo expresado por la diputada de Inclusión Social, Teatros y Memoria Histórica, Rosa Pérez, y el director de la entidad, Josep Policarpo, durante la celebración de la rueda de presa para dar a conocer la programación escénica 2018/2019 de este proyecto. Una voluntad que, de momento, no podrá verse materializada en el próximo curso, pues, ante la imposibilidad de contar con un inmueble específico, las actuaciones seguirán distribuidas por distintos recintos valencianos.
“No vamos a parar en nuestro empeño por hacer todo lo posible para lograr que el Escalante tenga una ubicación definitiva. Tenemos claro que para continuar la iniciativa es necesaria una sede. Estamos preparando determinadas opciones y esperamos que alguna cuaje”, señala Pérez. Así, según indica Policarpo, se ha puesto “sobre la mesa” la posibilidad de trasladar la actividad continuada de este teatro hasta el espacio marítimo de València. Sin embargo, tanto la diputada como el titular del ente escénico insisten en que “la última palabra” la tiene la delegación de Patrimonio, área dirigida por José Ruiz Cervera, pues se trata el organismo encargado de dar el visto bueno en lo que a las cuestiones técnicas y de viabilidad estructural se refiere. “Nosotros solamente somos los responsables del proyecto artístico. Es un deseo, pero no tenemos las competencias para hacerlo realidad”, subraya Pérez, quien señala que descartan “soluciones de parcheo, que es lo que tenemos ahora”.
La idea, pues, sería construir el teatro en uno de esos espacios de La Marina, propiedad del Consorcio Valencia 2007, y lograr una cesión del mismo por un periodo de alrededor de treinta años, algo que la diputada provincial considera “viable y posible”.
Este entusiasmo no es del todo compartido por Administración General, área de la Diputación de la que depende Patrimonio y desde donde muestran ciertas reticencias a la iniciativa. Según fuentes de este departamento, “es cierto que, hace unos meses, los técnicos estuvieron visitando la zona de La Marina, sin embargo, en este momento es solamente una de las posibles alternativas”. Así, señalan que la opción de este enclave cercano al puerto “tiene sus ventajas, pero también graves inconvenientes. Quizás el mayor hándicap sea el elevadísimo coste económico que supondría adecuar esos espacios como teatro, construir esa infraestructura. Por lo que los técnicos nos dicen, hablamos, como estimación aproximada, de unos cuatro o cinco millones de euros. Claro, hacer una inversión de esta envergadura en un edificio que no es propiedad de la Diputación es algo que hay que valorar con mucho cuidado”.
En este sentido, desde el ente provincial subrayan que “se han estado estudiando, y seguimos estudiando, distintas propuestas. De hecho, hace unos meses valoramos muy seriamente el Espai Moma, pero al final se tuvo que desestimar porque resultaba imposible adecuarlo a la normativa actual para poder obtener una licencia de actividad. También se ha pensado en buscar algún edificio que pertenezca a otra Administración y nos pueda ser cedido. No hemos descartado tampoco la posibilidad de que, si hay que ejecutar una inversión importante, se realice en algún inmueble que ya pertenezca la Diputación”. “De todas formas, lograr una solución es complicado. Hay que tener en cuenta que los espacios de representación teatral en València están muy limitados. Además, la gran mayoría no reúnen los requisitos necesarios como para poder albergar la programación del Escalante de forma fija”, concluyen.
En cualquier caso, esta legislatura finalizará sin ver abiertas las puertas de esa hipotética nueva sede. "Lo que sí nos marcamos es blindar que el Escalante vaya a tener una sede estable, en lo que queda de legislatura blindarlo, independientemente de que sea posible tres, seis o siete meses después de la legislatura", apunta Rosa Pérez.
Otra de las asignaturas pendientes es la Escuela de Teatro del Escalante, que de momento se había desviado a la Sociedad Coral el Micalet. Como indica Policarpo, "ahora se abre convocatoria para que otros espacios presenten sus propuestas. El objetivo es garantizar la continuación de la escuela durante los próximos dos o tres años".
El pasado 2016, y tras 31 años sobre las tablas, el Escalante cerró sus puertas debido a graves deficiencias estructurales encontradas en el edificio, propiedad de la Fundación Patronato Juventud Obrera. Según un informe de los técnicos de la Diputación, rehabilitar el histórico inmueble supondría cerca de seis millones de euros.
Desde entonces, la programación del recinto se ha distribuido en distintas salas de la ciudad a la espera de encontrar una solución definitiva a largo plazo. En este sentido, Josep Policarpo, resalta que durante este tiempo se ha asumido “la responsabilidad de sacar adelante la temporada de espectáculos de la mejor manera posible. Si hubiéramos tenido el Escalante habría sido más fácil, pero hemos luchado por conseguir los mejores espacios posibles y creo que la itineraria ha supuesto también un reto artístico”. “Podemos decir que hemos hecho de la necesidad virtud. Artísticamente, pienso que no se ha perdido nada respecto a las propuestas que existían en el enclave tradicional”.
Respecto a la programación de la próxima temporada, Policarpo destaca que “la renovación y el riesgo” siguen presentes en cada uno de los espectáculos. En este caso, se exhibirán cinco ciclos que incluirán 18 espectáculos, de los que tres corresponderán a producciones propias de nueva creación. Siguiendo este carácter nómada que ha caracterizado al Escalante en los últimos tiempos, la programación se distribuirá en cinco espacios diferentes de ámbito público y privado: el teatro Martín i Soler del Palau de les Arts, la sala Russafa, Carme Teatre, la sala Matilde Salvador y el Rialto. Además, según señalaron los responsables de esta iniciativa, se ha hecho especial hincapié en potenciar “la internacionalización” de estas propuestas por lo que se dará cabida a creaciones provenientes de Italia, Bélgica, Países Bajos y Portugal.
De entre las distintas ofertas del Escalante para el siguiente curso, destaca Yolo, una revisitación del género circense desde la perspectiva contemporánea que representará la compañía de Lucas Locus del 28 de noviembre al 23 de diciembre. Josep Polisario también subraya la presencia de Anna i la máquina del temps, que emplea las potencialidades de las nuevas tecnologías a través de herramientas como el mapping. Otra de las opciones destacadas por el director del Escalante es L'increïble assassinat d'Ausiàs March, de la compañía Crit, que adapta las vicisitudes del poeta desde la perspectiva del thriller policial actual. La Memoria Histórica también tendrá su hueco en esta programación con La vida inventada de Godofredo Villa, con autoría de Sonia Alejo y dirección de Xavier Puchades.
Son 'El xiquet que volia una falda escocesa', 'La màquina de Rude Goldberg' y 'Xafar la gespa'
Se valorará positivamente a "aquellos que utilicen el valenciano como lengua vehicular, contemplen la paridad en sus equipos creativos y artísticos y se dirijan a un público específico con propuestas originales de captación de públicos y/o material didáctico"