VALÈNCIA. El tramo de Cercanías entre Silla y Benifaió se mantuvo inactivo durante toda la jornada del viernes a causa de las fuertes lluvias. Los cortes se produjeron por primera vez en la tarde del jueves, por lo que la interrupción del servicio se alargó durante más de un día y medio. Para compensar la situación, Renfe puso a disposición de los usuarios una flota de autobuses que cubrió los trayectos de la zona afectada.
Concretamente, el corte se registró en la línea C2 València – Xàtiva – Moixent, y estuvo provocado por inundaciones y movimientos de grava a lo largo de 300 metros de vía. Adif destinó más de 150 operarios a las tareas de reparación, las cuales deberían haber acabado a las siete de la tarde para reanudar inmediatamente la circulación. Sin embargo, la avería de una de las máquinas provocó importantes demoras hasta la madrugada de ese mismo día.
Finalmente, la conexión quedó reestablecida a las doce de la noche, aunque tan solo en una de las vías. Esto ha permitido recuperar el tráfico para la jornada del sábado, aunque con restricciones de velocidad y previsiblemente algunos recortes en horario. Por el momento, no se espera que haya que recurrir nuevamente a las conexiones por carretera.
En cuanto a las tareas de acondicionamiento, estas incluyeron la extracción del agua y la colocación de 1.000 metros cúbicos de piedra en todas aquellas zonas en las que se había perdido. Además, también fue necesaria una comprobación general de la infraestructura para asegurar que las partes esenciales no habían sufrido daños de relevancia. "La administradora ha movilizado todo el material y personal disponible para el restablecimiento del tráfico en los puntos afectados", comunicaba Adif en la tarde del viernes.
El corte de la línea entre Silla y Benifaió no fue la única incidencia registrada en las conexiones de Cercanías. De hecho, la ruta entre Silla y Sollana también achacó importantes reducciones de la frecuencia provocadas por las restricciones de la velocidad y la acumulación de agua en este último municipio. En este mismo sentido, una buena parte de la línea C-1 funcionó con una sola vía durante toda la jornada.
Algemesí, por su parte, sufrió la parada de dos trenes y el derrumbe de un murete en su estación. "La zona más afectada fue la de las dos Riberas, que son las que más sufren este tipo de problemas por un tendido encauzado que cuando llueve se convierte en una acequia. Ese es un problema que habrá que solucionar en el futuro", reconocían desde Renfe.
La compañía estatal también ha explicado que durante la mañana del viernes tan solo funcionaron un 50% de los trenes de Cercanías. Una situación que fue mejorando a lo largo de la tarde con la restitución de diferentes servicios. En cuanto a la media distancia, algunos viajeros entre València, Alicante y Murcia tuvieron que ser trasladados por carretera por los problemas registrados en las vías.
"No culpamos a Renfe de que nos afecten las borrascas, pero lo que no puede suceder de forma repetitiva en todos los temporales es la ausencia de información para los usuarios que solo quieren volver a casa, o que se quedan parados dentro de un tren sin saber qué es lo que pasa", denunciaba la plataforma Indignats amb Renfe en un comunicado. Así, se quejan de que en las líneas C-2 y C-3 los convoyes se quedaban encerrados en túneles, en ocasiones con agua en el interior, mientras que a los viajeros nadie les informaba de lo que sucedía.
De esta manera, exigen la presencia de personal dentro de los trenes para poder socorrer a los viajeros y explicarles qué es lo que pasa cuando se da una situación de confusión: "Decenas de usuarios nos han hecho llegar su sensación de impotencia y ansiedad al pasar horas sin ningún tipo de comunicación", lamentan. "¿Dispone Renfe o Adif de un plan de emergencias o de un protocolo para salir adelante en estas situaciones? ¿De qué sirve nombrar coordinadores y engordar la estructura si después no hay nadie al mando?", concluyen.