En la política, como en otras cosas de la vida estamos muchas veces en un 'deja vu' de nuestros políticos, con idas y venidas, rectificaciones todas
Iniciado ya el Adviento, para los más legos en tema litúrgicos es el tiempo de preparación para la venida del Niño-Dios o buena nueva, pero para otros muchos (y lo están hace tiempo) parece que sea el periodo de preparación de las venideras citas electorales, a algunos les ha ocurrido (especialmente desde el inicio de la nueva legislatura) lo que a San Pablo en su caída del caballo, en la que pasó de perseguidor de cristianos a Apóstol de gentiles, pues parece que como conversos se han transformado en firmes defensores de un nuevo ídolo (para ellos), el Turismo Internacional en Valencia, y eso que gastaron sus energías y nuestro tiempo (a algunos más que a otros) en demonizarlo como fuente de todas las corrupciones (ojo que parece que haberlas haylas).
Porque nadie de ustedes dudaran que todo el mundo en Valencia (y hacen bien) se ha puesto detrás de los organizadores, de ese evento turístico internacional, que ha sido la 38º edición de la Maratón de Valencia, iniciado por el Club Correcaminos y apoyado con más o menos ímpetu por el Ayuntamiento de Valencia a lo largo de su historia. Y es que cuando los valencianos nos ponemos de acuerdo, y se gestiona en un principio bien, podemos emprender desafíos sin parangón.
Las cifras son elocuentes pues en un mes de diciembre, época no muy turística tradicionalmente en el Cap i Casal, se ha conseguido un 93 % de tasa de ocupación hotelera, con una cifra de visitantes a la ciudad de unos 50.000, porque de unos 22.000 corredores, la mayoría eran de fuera de la Comunitat un 72,4 %, y de estos foráneos, se repartían casi al 50% entre del resto de España y extranjeros, con lo que unos 8.000 atletas venidos del resto de países del mundo (con sus acompañantes) principalmente europeos, unos 2.000 de Italia, casi mil de Reino Unido, de Bélgica tres cuartos de millar, Holanda algo más de 600, etc. pudieron disfrutar de una ciudad, y gracias a Dios, de un magnífico clima, desestacionalizando unos días nuestra oferta turística, que en el conjunto de la Comunidad está muy unida a la playa.
Porque desde hace muchos años se ha intentado disminuir el turismo masivo de playa, por eso se crearon desde las Diputaciones diferentes iniciativas, con contenidos principalmente culturales, como “Valencia Terra i Mar”, que por cierto su nombre me recuerda inevitablemente a la exposición de esculturas “Mar & Montaña” del Arquitecto José Miguel García Agustín, a inaugurar este miércoles 12 en la calle Burriana, así como otras iniciativas que no terminan de dar todo lo que podrían y de las que ya les he escrito, como esas Rutas del Santo Grial, de los Borja, de la Seda, unas veces medio inventadas y otras abandonadas, pero siempre desaprovechadas, pese a contar algunas de ellas con el respaldo de la UNESCO, como la Ruta de la Seda a la que Jose Maria Chiquillo dedica tantas horas y esfuerzos difundiendo nuestra ciudad por el mundo.
Otros de los esfuerzos, también culturales, que se han quedado como a medias en el intento de proyectar la imagen de Valencia (o al menos algo de esto debe de ir implícito en el proyecto), ha sido (después de 6 años de ausencia, enhorabuena por recuperarla) la 33ª edición de la Mostra de Valencia-Cinema del Mediterrani que aunque ha pasado sin pena ni gloria le deseo toda clase de éxitos, pero lo primero que debería hacer sería buscar y potenciar su hueco, una ventana de oportunidad entre los más de quince festivales nacionales de cine, dado que su actual nicho (se ha iniciado con cine palestino), parece no muy comercial (para que así no vuelva a ser suprimido de nuevo por falta de presupuesto), y ya que me pongo, yo propondría especializarnos en algo que en nuestra vida y cultura está muy presente “la Comedia” y así rendir de forma permanente un merecido homenaje a nuestro gran cineasta Luis Garcia Berlanga, a pesar de la Memoria Histórica.
En fin, hay mil formas de promocionarse y proyectarse al mundo, aunque claro lo que seguro no habrá sentado muy bien en ámbitos internacionales, principalmente en inversionistas ingleses, es que tras la visita del embajador de la Gran Bretaña Simon Manley a Valencia, con su preocupación por el nuevo intento de inversión de Intu Mediterrani en Paterna (que ya lo intentó y le fue denegada en 2016) y trasladada al Molt Honorable Ximo Puig, el director general de Comercio de la GVA, Natxo Costa, haya tuiteado un: “Es veu que no ho entenen… Ho diré en anglés: #IntuGoHome” (Se ve que no lo entienden... lo diré en inglés... Intu a tu casa). Vamos, todo un acólito de Donald Trump, que está inundando el mundo de incontinentes tuiteros que gustan de usar un lenguaje y unos mensajes más allá de la contundencia.
Por cierto, con eso del Go Home y habiendo hablado de turistas, es inevitable recuerdar el poco recorrido que tuvo el ataque contra un autobús turístico en Valencia en julio, de esa extrema izquierda separatista pro-Països Catalans de Arran, que parece que cuentan con bastantes amigos en el panorama político valenciano, siempre dispuestos a disculparles (aunque no fuera ésta la ocasión) pero siempre dispuestos a minimizar su presencia e importancia en el Cap i Casal, para que así disimuladamente, como la lluvia fina, su pancatalanismo nos vaya impregnando. Aunque estén tranquilos aquí y según el Ayuntamiento de Valencia no hay turismofobia, por lo que eso del Tourist Go Home (turista a tu casa) no lo veremos…de momento, pues el infobarómetro municipal certifica que el 92,5 % de los valencianos creen que el turismo es positivo y un 89,2 % piensa que proyecta nuestra imagen en el mundo.
Y si de proyección internacional con sello valenciano hablamos es inevitable citar, dentro de la actual moda de difusión de la cultura gastronómica, a la Paella Valenciana, a la que se le debería dar más importancia y realce de lo que tiene, por todas las derivadas antropológicas que tiene, desde las evidentemente alimenticias y muy saludables por los tipos de productos que se utilizan, pasando por los medio ambientales y ecológicos pues esos alimentos con su producción ayudan a conservar nuestro entorno natural (fíjense el arroz y la Albufera), sociales no hay festejo o evento familiar valenciano que se precie que no tenga como broche “anem a menjar-nos una paella” (vamos a comernos una paella), económicas importantísimas en la hostelería, etc., por lo que yo propondría al estilo del Basque Culinary Center (y todo lo que supone, facultad gastronómica y centro de I+D…), un Centro Internacional de Arroces y Paella Valenciana.
Lo triste, o más bien decepcionante, de todo este pequeño resumen de los elementos que nos proyectan internacionalmente es que a pesar de la visita de Xi Jingping, presidente de China, a España se haya decidido dejarnos fuera del proyecto de su nueva Ruta de la Seda, cuando de facto lo estamos ya, pues los chinos se quedaron, a través de NOATUM-COCSO, con parte del puerto de Valencia, por lo que puede menguar su interés en invertir en nuevas infraestructuras aquí o usar las que ya hay, dado que no participamos en su macro proyecto One Belt One Road.
Para finalizar, y esperando que no se vuelvan a repetir casos de corrupción como exponíamos al principio (aunque parece que también hoy en día haberlos haylos), recordarles que este día 9 de diciembre se celebra el Día Mundial Contra la Corrupción de las Naciones Unidas, pues al igual que la lucha del bien contra el mal nunca se debe tomar un respiro y hay que estar siempre alerta.