Este artículo está dedicado a la memoria de Ricardo Bellveser (1948-2021)
VALÈNCIA. 2022 va a ser un año más que interesante en frentes culturales de lo más diverso. Lo que en el ámbito urbanístico se pergeña en esta ciudad desde la iniciativa pública, en muchas ocasiones afecta al patrimonio cultural y artístico, y más si estas actuaciones se llevan a cabo en el centro histórico, por lo que es inevitable que aquí hagamos referencia, de cara a año entrante, a la transformación que, de forma inminente, van a experimentar tres plazas importantes, aunque dos de ellas no son precisamente históricas (como bien se sabe tanto la de Brujas como la de la Reina son “inventos” más bien desafortunados del Desarrollismo del siglo XX), y también su área de influencia en los tres barrios a los que afecta: Velluters, Mercat y Seu. La reurbanización va a cambiar, sin duda, la relación de la ciudadanía y de los visitantes con estos espacios y por extensión con la ciudad, y habrá que ir viendo en qué sentido se va desarrollando todo. Es seguro que todo ello generará debate y escucharemos y leeremos opiniones para todos los gustos incluida, como una más, la de quien escribe estas líneas. De hecho, sobre la más avanzada, la Plaza de Brujas ya se han levantado voces cuestionando algunos elementos “arquitectónicos” (concretamente unos sobredimensionados parasoles o pérgolas) de una calidad en el diseño bastante cuestionable, y que por la posición de, al menos de una de estás, entorpece visualmente la visión de la fachada del mercado central si observamos este edificio desde Velluters. Lo que hasta ahora he podido apreciar no me parece la intervención de mayor calidad que se ha hecho en esta ciudad, ni mucho menos. Más acertada me parece la reurbanización de la plaza del Mercado que se ha limitado a limpiarla de elementos distorsionantes en la contemplación de la fachada de la Lonja como un arbolado poco adecuado aceras y elementos de toda clase, dando una continuidad visual que es bienvenida. Sobre la Plaza de la Reina todavía es prematuro tan siquiera opinar sobre lo que se puede vislumbrar.
Por otro lado, la tan criticada peatonalización provisional de la plaza del Ayuntamiento más por la forma que por el fondo, dado que la necesidad de la actuación es algo que pocos se cuestionan, va enfilando el principio del fin, tal como ahora existe (temporal) para mutar a definitiva. En este año 2022 se deberá resolver el concurso de ideas que con, al parecer, un gran éxito de participación, se convocó en la segunda mitad del año que dejamos. Esperemos y confiamos en que la elección del proyecto ganador se haga con criterios de la máxima calidad, y exigencia, a la altura de la obra que se aborda y de lo emblemático-y problemático- del espacio cuya transformación va a dar lugar a una nueva etapa histórica para “la plaza entre las plazas” y su entorno. Asimismo, lo último que sabemos dentro de este cambio de modelo de la movilidad en el centro, es que se va a promover un concurso de ideas para un nuevo eje urbano conformado por la plaza de España-San Vicente- San Agustín-Avenida del Oeste.
No podemos dejar de citar que, de forma silenciosa, continúan las obras del plan de protección de la muralla islámica, previa a la cristiana. Un proyecto en plena ejecución que viene de lejos, cuya idea y redacción inicial se debe al anterior gobierno municipal, y que va a suponer sin que nos demos cuenta el inicio de una nueva etapa para el barrio del Carmen, además de hacernos comprender mejor el origen y la estructura de la ciudad medieval musulmana.
Dicho todo esto vayamos al buzón de los reyes magos. Una vez finalicen todos estos proyectos urbanísticos quedará a mi entender un verdadero tour de force del urbanismo del Cap i casal en lo que se refiere a actuar sobre un entorno de especial protección y relevancia patrimonial. Esta asignatura pendiente de la ciudad no es otra que la Alameda de Valencia: ese magnífico paseo “salón” de finales del siglo XVII pintado y grabado por relevantes artistas que no puede seguir siendo el parking de vehículos más grande de la ciudad. Al menos yo deseo que llegue el día en que, bien quienes en ese momento gobiernen la ciudad o alguno de los que aspiran a sucederlos, contemplen de forma seria en su “idea de ciudad” la reversión de este gran espacio que está llamado en un futuro a ser uno de los emblemas de Valencia, como lo fue en el pasado.
Por si fuera poco, este 2022 llega, nada menos que con una capitalidad mundial bajo el brazo. Respecto a este gran evento poco puedo aportar en este espacio así que lo mejor es remitirnos a la información que nos vaya suministrando la propia organización. Ya daremos buena cuenta de este su contenido cuando tengamos una actualidad más enjundiosa, una vez se nos ponga al día de las numerosas actividades programadas. Esperemos que sea todo un éxito, y una reivindicación del mejor diseño valenciano de hoy y de ayer.
Otro de los nombres propios del 2022 será, sin duda, el de Caixaforum que, si no hay imprevistos, prevé su inauguración en el verano del año próximo, ocupando el espacio interior del ágora; hasta el momento el edificio maldito de la Ciudad de las Ciencias, que hasta la llegada de este proyecto “caído del cielo”, no era más que un gran cascarón sin un contenido o destino claro. La llegada de Caixaforum, si nos remitimos a los espacios que ya desde hace años se diseminan por nuestro país, es garantía de buenas exposiciones y eventos culturales que van a aumentar considerablemente la oferta de la ciudad. Para la apertura del Centro de Arte Hortensia Herrero habrá que esperar un año más.
Me dejo para el final, y cruzo los dedos, un proyecto ilusionante. Este 2022 va a significar el pistoletazo de salida de una iniciativa cultural, desde la sociedad civil, en el que aporto un humilde granito de arena y que va a tener como sede una insigne institución valenciana como es el Casino de Agricultura, situado en plena calle de la Paz. Los dos protagonistas son esta decimonónica casa y la Fundación El Secreto de la Filantropía, que van a poner en marcha en el citado edificio una flamante y nueva sala de exposiciones abierta a todos los ciudadanos, con una programación artística más que prometedora. La actividad cultural no se va a quedar ahí, sino que se va a llevar a cabo toda una programación en su sentido más amplio, con presentaciones de libros, conferencias, debates etc, en torno a la cultura. Ya les contaré. Feliz y próspero 2022.