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el cudolet / OPINIÓN

El Valencia CF no se merece estar en la campaña electoral de las municipales

25/02/2023 - 

En una entrevista radiofónica, el locutor de las ondas me formuló la siguiente pregunta, ¿quiere usted que Peter Lim se marche?, Manolo, nunca quise que estuviera. Fui de los poquitos aficionados valencianistas, que en el año 2015, ocupamos la plaza de la afición para protestar contra la mayor transacción de fútbol del planeta.

Nuestra reivindicación no tuvo apenas repercusión. Ni obtuvo  ningún resultado positivo. Bajo el paraguas de la marca Plataforma  Bar Torino, movilización espontánea, llegamos a congregar a no más de cien incondicionales.

Había abandonado la militancia un década atrás. Solo acudía a Mestalla los días señalados, los de precepto, uno de ellos, el choque que enfrentaba al Valencia con el Betis. Incluso alguna élite valencianista se atrevió a criticarnos por utilizar Torino, patrimonio de todos y no solo de unos pocos.

Astillado por el intervencionismo popular sobre la institución, el mitin de José María Aznar en Mestalla marcó un antes y un después en la historia del Club. En aquel popular tiempo no aprobar la nueva construcción del Nou o no estar a favor del trasvase era ir contra los intereses de los valencianos.

La maquinaria propagandista de la televisión pública y autonómica, por cierto popularmente quebrada, se encargó de dañar la imagen de los opositores u omitirlas. Sino que se lo pregunten a Jorge Alarte.

Hasta el agua jugó un papel destacado en un Valencia-Murcia inundando de banderolas y pancartas la vieja acequia de Mestalla. Inaudito. Impropio de un deporte espectáculo que precisamente premia una sociedad interclasista. En el fútbol no caben ideologías ni religiones. Hacer un uso partidista de él rompe las reglas del juego.

No solo ellos, los otros, fueron los únicos responsables, la próspera, avariciosa y codiciosa generación del bogavante fueron palmeros de la situación. El ladrillo se hundió y el titanic valencianista fue detrás. Me prometí no volver a escribir ni hablar de ello, el alto el fuego lo he incumplido en varias ocasiones por quizás encontrarme poca resistencia.

Utilizar Mestalla para perpetuarse en el poder es de ingratos-as. El Valencia no se puede convertir en un cartel electoral de cara a unas próximas elecciones municipales. Visto lo visto está sucediendo, y es algo que los valencianistas no debemos permitir, o por lo menos cuestionar. Demasiado ruido. Molesto. Nocivo.

E incluso para colmo esta semana una delegación valenciana se ha desplazado a la Federación Española de Fútbol para afianzar a la ciudad de València en la candidatura del Mundial del 2030. Un insulto a mi inteligencia. La maqueta de la opulencia sigue inacabada. El Mundial puede esperar.

Desconocemos el futuro de Mestalla, incierto, en su día activo tóxico para la banca motivó que  Meriton recalara aquí, y quizás una entidad financiera de origen catalán también tiene algo que decir respecto al cliente que está pagando regularmente capital e intereses por un préstamo hipotecario.

Solo nos queda aferrarnos al buen hacer de los chicos que Pipo Baraja dirige, desde aquí, mostrarles apoyo y cariño para intentar reconducir la situación hablando solo estos días de fútbol.

Me despido hasta la siguiente, si la hubiera, con una pancarta de cuarenta metros pintada sobre la tela negra en raso que comprábamos en el extinguido negocio de Almacenes España. Así reza la leyenda desde el viejo graderío del mágico Gol Gran "Del suelta los duros, al hay que poner los duros" Amunt.

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