El artista ha obtenido el reconocimiento en el Roma International Buskers Festival, que ha contado con una fuerte participación valenciana
VALÈNCIA. El artista valenciano Borja Catanesi obtuvo el reconocimiento al mejor músico callejero en el Roma International Buskers Festival, que se llevó a cabo del 18 al 20 de septiembre en la capital italiana, organizado por el Gruppo Matches.
De acuerdo con Massimo Di Stefano, director artístico del festival, Catanesi - que vivió en el barrio de Ruzafa antes de mudarse a Holanda, donde actualmente reside- ha recibido esta distinción por su trayectoria como uno de los artistas más reconocidos en el mundo del arte callejero, debido a su talento y a su presencia en los festivales y plazas más importantes y emblemáticos del mundo.
Catanesi expresó que este nombramiento le alienta a seguir adelante con su trabajo y lo acepta como un apoyo a su trayectoria, sobre todo porque reconoce el lugar que tienen los artistas callejeros en la cultura de las ciudades, a pesar de que en los últimos años la normativa ha dificultado su labor en su país natal.
“España tiene una importante tradición de música en la calle; sin ir más lejos, en València hay una gran cantidad de bandas y de orquestas que actúan en las tantísimas fiestas que hay en nuestra Comunidad. Desde la época de los juglares hasta hoy, ha habido muchas manifestaciones de arte en la calle; sin embargo, hoy, quizá no sea el mejor momento por el que atraviesa esta actividad. Las normas para desarrollarla se han vuelto muy rigurosas y han provocado que en esta profesión subsistan pocos artistas en España. Otros países, como Holanda, Italia o Alemania son más flexibles y considerados hacia esta actividad que, según mi criterio, hace un aporte significativo a la vida cultural y social de las ciudades”, enfatizó Catanesi.
Di Stefano, fundador de la agencia valenciana Esound Music & Arts, fungió como director artístico del festival; que también contó con la participación del violinista uruguayo Federico Nathan y del guitarrista y compositor italiano Jacopo Mezzanotti, ambos afincados en la ciudad.
Nathan, es profesor de la prestigiosa escuela Berklee College of Music Valencia, y primer violín de la Metropole Orkest, agrupación que ha obtenido varios premios Grammy y que tiene su sede en los Países Bajos.
Mientras que Mezzanotti cuenta con una amplia trayectoria que incluye su trabajo como Director Artístico y compositor de Las Noches de L’Oceanogràfic, que se celebró en el 2016, y las composiciones para el concierto sinfónico de jazz organizado por la Asociación Música para el Autismo, que se celebró en el Palau de la Música en el 2018.
El Roma International Buskers Festival se celebró en la locación de la escena final de la emblemática cinta 8 ½ de Federico Fellini, rodada en el puerto turístico de la capital italiana, como un homenaje a la película y un impulso al arte callejero, que por sus particularidades consigue alcanzar un público heterogéneo y que busca repetirse de manera anual.
A pesar de las restricciones que impone la pandemia actual, en el festival participaron más de 100 músicos provenientes de sitios como España, Uruguay, África del Norte y Rumania.
“Algunos artistas no pudieron asistir debido a las restricciones. La burocracia ha sido compleja y ha sido difícil obtener las autorizaciones; pero al final, gracias a la ayuda del público que ha sido muy respetuoso con las distancias y precauciones, hemos conseguido que sea un éxito. Yo creo que la cultura y el arte en general se están enfrentando al Covid con organización, profesionalidad y respeto a las nuevas normativas”, explicó Di Stefano
El director artístico del festival romano agregó que ya trabajan en la próxima edición para seguir consolidando esta cita, que pretende ser una referencia para la música callejera, y que debido a la pandemia, este año enfrentó problemas para su realización, incluyendo la imposibilidad de viajar de algunos artistas, obstáculo que esperan superar en el 2021.
“Es un momento difícil para esta actividad y para la sociedad en general. Es delicado congregar grupos de personas y estar en contacto unos con otros, sin infringir la normativa sanitaria. Aún así, todos nos vamos acostumbrando a convivir con las limitaciones que impone la extraordinaria circunstancia. Confiemos en que cambie pronto a mejor y podamos retornar a la normalidad”, concluye Catanesi.