VALENCIA. El músico valenciano Toni Cotolí sufrió un accidente doméstico que le ocasionó una lesión en la mano izquierda unas semanas previas a una serie de conciertos en Estados Unidos y España y en plena grabación de su segundo disco de estudio. “Al no recuperarme adecuadamente de mi lesión y continuar con mi intensa actividad musical, a los meses se originó una tendinitis aguda, combinada posteriormente con una atrofia de los músculos del brazo”, afirma el músico valenciano.
Tras todo ello, descubrió que el único tratamiento médico que el sistema sanitario español da en casos de una lesión de este tipo son antiinflamatorios que se limitan a enmascaran de manera temporal el dolor, sin tratar de raíz el problema. Hoy, el propio músico dirige una nueva edición del Curso Internacional Ricardo Gallén de Guitarra y Fisioterapia.
El encuentro, que se celebra del 25 al 30 de julio en Valencia, está enfocado a ayudar a superar lesiones físicas a guitarristas a través de una metodología que Cotolí desarrolló para superar aquella lesión que le incapacitó para tocar durante 2006.
En mi caso, “tuve que recurrir a un fisioterapeuta especializado en atletas de élite y fue ahí cuando gracias a masajes focalizados en la zona de mi lesión, y a ejercicios específicos y programados, comencé a tener una recuperación con la que progresivamente recuperé masa muscular y la capacidad para retomar mi carrera como guitarrista”, recalca Cotolí.
Por otra parte, el sistema nervioso del guitarrista también fue afectado y, pese a que la lesión se había curado, el cerebro seguía percibiendo el problema como una lesión fantasma. Cotolí tuvo que recurrir, después de meses de investigación y de contactar con músicos que habían sufrido sus mismas dolencias, a la terapia del dolor, que consiste en una serie de estiramientos para regularizar todos los nervios que van desde las extremidades hasta el cerebro.
Según Cotolí, los músicos están sometidos a esfuerzos mantenidos en el tiempo, repetitivos y sin evaluación previa de las bases ergonómicas en que desarrolla su actividad, la suma de riesgos laborales puede desembocar a medio o largo plazo en enfermedades que al comienzo causan dolor y con el tiempo incapacidad parcial y total para ejercer la profesión.
Cotolí afirma, “con la ayuda del Maestro Ricardo Gallen aprendí a entender mejor la música, su articulación, su lenguaje, y a relajar mi cuerpo durante la ejecución musical. De esta manera empecé a tocar mucho más suelto y con menos tensiones”
“Los músicos deberíamos tener reconocidas las patologías laborales que se derivan de nuestra profesión para poder acceder a tratamientos específicos porque cuando sufrimos una lesión, como me pasó a mí, acabamos afrontándola solos y sin ninguna ayuda y de ahí la necesidad y razón de que naciera el Curso Internacional Ricardo Gallén de Guitarra y Fisioterapia”, remarca Cotolí.
La VIII edición del Curso Internacional Ricardo Gallén de Guitarra y Fisioterapia, impartida por los guitarristas de élite Ricardo Gallén, Toni Cotolí y Diego Corraliza, con la colaboración del centro 'Sanat Fisioterapeutas' que ofrece atención médica inmediata, dando herramientas para la rehabilitación diaria, aportando formación para evitar cualquier tipo de lesión y ofreciendo un método de trabajo tanto musical como físico, creando una metodología personalizada para resolver los problemas que puedan surgir de la práctica musical.
Los fisioterapeutas encargados de la parte médica del curso Joaquín Mollà y Mercedes Cotolí, del centro 'Sanat Fisioterapeutas', trabajan la ergonomía, el control motor, la percepción somatosensorial, calentamiento, estiramientos y pilates para músicos. "La preparación física es muy importante en un músico, pues éstos basan su interpretación en la repetición de movimientos sutiles. Se necesita una buena ejecución del movimiento, resistencia y elasticidad de los músculos", recalcan los expertos sanitarios.
La pasada edición del Curso Internacional Ricardo Gallén de Guitarra y Fisioterapia congregó a tres decenas de artistas nacionales e internacionales, además de estudiantes de guitarra a punto de finalizar sus carreras musicales, que formaron parte del único curso dedicado a mejorar la técnica de interpretación de guitarra clásica, no solo desde el punto de vista técnico, sino también desde el control y percepción de los músculos para corregir dolencias musculares y evitar lesiones, además de la preparación psicológica en el escenario.