VALÈNCIA. En 2017 fue la gran apuesta del Museu de Belles Arts de València. Anunciado a bombo y platillo, la colección privada Delgado pasaba a formar parte -de manera temporal- del centro expositivo, un grupo de obras de entre las que había una joya mediática: la Dama de perfil. Históricamente firmada por ‘anónimo italiano’, se desvelaba entonces que la autoría correspondía a Diego Velázquez, conclusión a la que se llegó tras el estudio impulsado por Carmen Garrido, Doctora en Historia del Arte, conservadora y antigua Jefa del Gabinete de Documentación Técnica del Museo Nacional del Prado. La pieza se trata de un boceto de una mujer que habría sido pintado en el primer viaje del pintor a Italia, entre 1629 y 1631, tal y como afirmaron desde la institución museística, que acogió tanto la presentación de la obra como una posterior exposición temporal, que tuvo lugar entre julio y octubre de 2017, con los fondos de las colección, una muestra que era el inicio de una relación que se preveía fructífera y que ha terminado de manera prematura.
“Una vez vencido el plazo de la exposición temporal de los fondos de pintura antigua de la Colección Delgado, y a través de un comodato, las obras quedarán cedidas al Museo de Bellas Artes de València durante un periodo de cinco años”, informaban entonces desde el centro valenciano. Sin embargo, tres años después de su desembarco en el Belles Arts, la colección Delgado ya está fuera de sus instalaciones. Pero, ¿por qué? “El propietario ha decidido recuperar las 32 obras que estaban depositadas en el Museo de Bellas Artes. La decisión de recuperar la obra antes de que termine el plazo se contempla en el convenio firmado sin ningún tipo de perjuicio económico para el Museo”, informan desde la Conselleria de Cultura, preguntados por Culturplaza. Aunque dicen “desconocer” los motivos que ha tenido el propietario para tomar esa decisión, lo cierto es que a pesar de que su llegada se celebró como pocas, pronto surgieron los problemas.
En su día, el entonces director del centro, José Ignacio Casar Pinazo, destacó de la que colección el hecho de que “completa las colecciones” del centro y la importancia de no generar una relación "cortoplacista" con los coleccionistas privados, mientras que la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, alabó el acuerdo como un ejemplo de “buena gestión” y mostró su "satisfacción" por que el museo fuera la depositaria de una obra "desconocida hasta ahora". Y es que en el acuerdo la estrella mediática fue la Dama de perfil, que presentaron con un acto específico para la pieza, a la que luego se sumaría otra 'estrella' "inédita", en este caso de Murillo.
Sin embargo, pronto surgió la polémica en torno a la autoría de las piezas, con distintos expertos poniendo en duda el proceso y conclusión de la investigación, aunque cabe destacar que nunca se han llegado a formalizar. "Estos siempre son asuntos delicados para las instituciones museísticas cuyo prestigio depende en buena parte de que las obras que exhiben no tengan tacha de autenticidad, así que esperemos que el pequeño estudio custodiado por nuestro museo tenga las bendiciones correspondientes", reflexionaba en este mismo diario el experto Joaquín Guzmán.
A rey muerto, rey puesto. Con la salida prematura de la colección privada, el museo actualmente dirigido por Pablo González Tornel ya tiene repuesto para los vacíos que genera en el recorrido expositivo, integrando obra “que estaba en los almacenes y que ahora se ponen a disposición del público”, explican desde conselleria. Las piezas que pasarán a las salas del museo son Consagración de San Eloy como Obispo de Noyon y San Eloy entregando la silla de oro al rey de Francia, de Franciso Ribalta; Jorge Palacios de Urdániz y El grabador Manuel Monfort Asensi, de Vicente López; Cabeza de san Pedro / Cabeza de anciano, de Cesare Francazo; Adoración de los Magos de Joan Do; Arquímedes de Siracusa y Tales de Mileto o Anaxágoras, de Miguel March Torner; Retrato de caballero desconocido de Bartolomé Esteban Murillo; David rechaza las armas que le presenta Saúl de Acisclo Antonio Palomino de Castro y Velasco; Retrato de monje capuchino, de Juan Pantoja de la Cruz; y Bodegón con cacharros, fruta y un gato de José Felipe Parra Piquer.
La Colección Delgado acoge un conjunto de obras enmarcadas en un amplio arco temporal que va desde el gótico internacional tardío hasta el siglo XVIII, aunque centrada principalmente en la pintura barroca española. Si bien Dama de perfil se presentaba como la gran joya de la colección privada, esta contaba con otras piezas como 'Magdalena penitente', 'Oración en el Huerto' y 'Un Salvador' de Murillo; ’Bodegón de dulces y frutos secos' de Tomás Yepes y 'San Pedro' de José de Ribera o piezas de autores internacionales, como Polidoro da Lanciano o Allan Ramsey. Un total de 32 obras se pudieron ver en la exposición temporal dedicada a la colección en el Museu de Belles Arts de València.
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