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crónicas por los otros / OPINIÓN

El viaje de Mohamed

Foto: EMILIANO NAVÍO

'Recuerdo perfectamente la primera vez que vi a Mohamed. Era el mes de julio de hace varios años, esperaba a un niño de 8 años a punto de cumplir 9, habíamos preparado para el ropa y demás que me dejaron varias amigas con hijos de esa edad, y cuando lo vi llegar, era tan pequeñito de tamaño que nunca le sirvió la ropa que le llevé'

25/08/2018 - 

“Mohamed llegó por primera vez a València vestido con un conjunto de camuflaje, tenía 8 años pero no aparentaba más de 4 ó 5 años. Mohamed pasó con nosotros 4 veranos maravillosos, se convirtió en el mejor amigo de mi hijo Mateo que tenía dos años menos, y al que ya desde entonces trató como su hermano mayor, al que pese a ser más pequeño doblaba en tamaño.

La experiencia de haber convivido estos veranos con Moh fue increíble, llega un niño sin hablar español ni conocer las comodidades de la vida en España y ves sus avances día a día, en dos semanas ya se comunicaba perfectamente, se integró con mis hijos y sus amigos. Le apuntamos a natación y aprendió a nadar. Aprovechamos cada una de sus estancias para hacerle la revisión médica, odontológica, de la vista. Nos enseñó mucho sobre su país, sus costumbres, su gente.

Siempre he dicho que los niños y niñas saharauis que participan en el programa de Vacances en Pau, son niños que vienen contentos y se van contentos, ya que a su vuelta van a volver con sus familias biológicas.

Tras el primer verano que lo tuvimos en casa, fui a visitarlo en navidades a los campamentos y la experiencia no pudo ser mejor. Recuerdo que llegábamos mi hermana y yo con varios pares de zapatos que le habíamos comprado y algo de ropa, y nos llegó corriendo, descalzo...Fue mágico volver a verlo, emocionante. Conocer a su madre biológica, y que él nos llamara mamá a las dos.

Pasar por los campamentos fue una experiencia que recomiendo a todo el mundo, llevan allí viviendo más de 40 años, 40 años de olvido por parte de los distintos gobiernos españoles, a pesar de la existencia de la MINURSO, la falta de voluntad política ha perpetuado esta situación de expolio continuado al pueblo saharaui a través de los bancos de pesca que hoy en día explota Marruecos, y de abandono de ya 4 generaciones de saharauis que siguen viviendo de la ayuda humanitaria que además descendió, (un 97% en el caso de la Comunidad Valenciana) durante los años de la crisis. “

Esta es la reflexión de una madre de acogida, Yvonne Giménez, una mujer comprometida e implicada con esta causa. Su testimonio junto al de Sarai que también contamos en El viaje de Sarai, me llegan al alma pues vemos la doble finalidad siempre positiva que supone estos proyectos. Vacaciones en Paz es un programa imprescindible y necesario que cada año se repite porque la realidad de los y las saharauis no encuentra solución.

Vacaciones en paz

Desde que comenzara el conflicto armado saharaui-marroquí, 'Vacaciones en Paz' busca alojar a los más pequeños -de entre 8 y 12 años- de unas condiciones de vida negativas, a lo que se suman las altas temperaturas del desierto. Una experiencia muy positiva para ambas partes .Y es en verano cuando estos menores visitan España en general y Valencia, en particular.

Foto: EMILIANO NAVÍO

Este es un programa de la Federación de Asociaciones de Solidaridad con el pueblo saharaui, con una larga trayectoria y que goza de muy buena acogida por parte de la sociedad valenciana en general. Beneficia a ambas partes: los acogidos y los que acogen. Por un lado, beneficia a los niños y niñas saharauis que vienen, ya que les brinda la oportunidad de salir fuera de las duras condiciones de los campamentos de refugiados, además aquí tienen opción a recibir asistencia sanitaria a través de la red pública sanitaria de la Comunidad Valenciana, disfrutan de una alimentación sana y equilibrada, actividades de ocio, culturales, etc. Pero también beneficia a las familias de acogida, las cuales disfrutan de esta experiencia tan positiva y gratificante.

El acogimiento familiar beneficia tantos a los menores que son acogidos porque mejoran su calidad de vida durante sus vacaciones y también beneficia a las familias de acogida porque consigue desarrollar unos valores que les beneficia los 365 días del año.

A pesar de la buena acogida que tiene el programa en general, es cierto que hay muchos niños y niñas saharauis dispuestos a acogerse al programa y que finalmente no pueden hacerlo ya que no hay bastantes familias acogedoras.

Además la edad de los/as niños y niñas que vienen, cada vez son de mayor edad (de 11 y 12 años), a pesar de que el programa está dirigido a niños y niñas de entre 8 y 12 años. Ello es porque les toca priorizar a los mayores, los cuales ya no podrán acogerse al programa el año siguiente por superar la edad límite, y se quedan fuera los/as más pequeños/as.

La Federación de Asociaciones de Solidaridad con el Pueblo Saharaui del País Valencià (FASP) organiza actividades de todo tipo para que las niñas y niños acogidos disfruten durante su estancia de numerosas experiencias: desde videojuegos en primera mano hasta charlas enriquecedoras, pasando por una mejora de la lengua de destino; el español. Además, se les realizan una serie de revisiones médicas especializadas, ya sea para prevenir o diagnosticar

La crisis económica supuso un descenso significativo en cuanto al número de familias, y actualmente están notando un repunte pero siguen siendo muchos/as los/las niños y niñas que se quedan sin venir.

Si hablamos sobre cifras a nivel nacional, en los buenos momentos del programa han llegado a traer casi 10.000 niños y niñas, pero actualmente vienen sobre 4.000. Entre Castellón, Valencia y Alicante el año que más vinieron llegaron a 1.000 y ahora están en cifras en torno a 250 niños y niñas, más o menos.

Este año el balance ha sido positivo pero cada año supone un trabajo inmenso por coordinación y en presupuesto. Un trabajo que podría ser infinito porque cada año se quedan niños y niñas esperando venir a España. Son muchas las organizaciones y asociaciones que reúnen a gente generosa y solidaria que trabaja y se desvive por poner su granito de arena y colaborar con esta causa, tan olvidada, tan injusta.

La semana que viene… ¡más!

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El viaje de Sarai

Sarai tiene 26 años y desde que ella cumplió 5 años convive con la realidad de los campamentos saharauis. Un acogimiento que ha pasado de generación en generación. Sus padres acogieron a su primera "hermana" saharaui cuando ella era muy pequeña y ahora es ella quien acoge a niños y niñas saharauis cada verano.

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