El vogue y el grafiti se dan la mano en la acción efímera 'Vombing'

VALÈNCIA (EP). El Festival Circuito Bucles celebra su décimo aniversario este mes de octubre con más de 36 propuestas. Entre la programación diseñada esta edición, La Mutant es el escenario escogido para representar el 14 de octubre en dos pases, a las 19 y a las 20 horas, Vombing, una pieza interdisciplinar que combina danza y artes plásticas inspiradas en el entorno urbano.

La acción, desarrollada ex profeso para el espacio de artes vivas del barrio del Grao, viene cargada de un fuerte significado de unión, integración y visibilidad. Los colectivos Parets y Club Mutante aúnan sus especialidades artísticas en un ejercicio conjunto donde reivindicarán el baile vogue y el grafiti.

Ambas disciplinas son coetáneas y comparten su punto álgido a mediados de los años ochenta. Las dos surgen en el contexto empobrecido de una megaurbe y brindan una forma de expresión a muchos jóvenes que necesitaban una vía de escape. El objetivo de los comunidades que las practicaban era dejarse ver, con pintadas diseminadas por la ciudad y la práctica del voguing en los clubes nocturnos.

“Inspirados en este contexto, hemos integrado en la pieza la diversidad de estilos e identidades contemporáneas, lo que da pie a mutaciones de técnicas y mezclas inesperadas en un mismo espacio. El resultado es una unión interdisciplinar que por cuestiones raciales, de género y homofobia no pudo darse en la década de los ochenta. El efecto es más experimental y acorde a nuestro tiempo, lo que genera que la reivindicación original suene aún mas fuerte en el contexto actual”, valoran los organizadores.

¿Una acción ilegal o una representación?

En medio de la noche, en el patio exterior de La Mutant, un camión de reparto va a detenerse frente al público. De su interior descenderá un encapuchado que agitará una lata mientras un grupo de bailarines se contaminará de sus gestos y otros se entregarán a movimientos espasmódicos, descodificando movimientos de danzas urbanas.

“La disciplina pictórica elegida para la pieza será el grafiti, más concretamente el tagging y el throw up, las dos ramas más espontáneas y significativas. En cuanto a la danza, no habrá una disciplina en concreto, será un enfoque experimental, donde se rescatará un elemento común en disciplinas como el voguing y el breakdance, las llamadas batallas”, explican los organizadores.

Mientras el camión es inundado de firmas, los bailarines se reagruparán para resistir a la dispersión de este acto casi vandálico. Sonidos y luces extrañas desencadenarán la sospecha entre los bailarines y empezarán los enfrentamientos entre ellos. La audiencia no sabrá si está asistiendo a una acción ilegal o a una representación. Con el último tag, el encuentro se disolverá sin dejar rastro.

“La acción se desarrollará de noche para mantenernos fieles a la oscuridad ambiental en la que transcurren tanto el baile en los clubes como las intervenciones artísticas de carácter ilegal en el mobiliario urbano”, avanzan los organizadores.