Volar sobre un caballo alado sólo habría sido posible en la Grecia clásica y en la imaginación. La mitología griega quiso convertir a Pegaso en un dios, hasta que la picadura de un mosquito lo derribó de los cielos. El Proyecto Pegasus comenzó a volar antes de la pandemia, llegando a liderar el espionaje cibernético. Las nuevas formas de atentar contra la democracia y la libertad en Occidente, las nuevas formas de derribar gobiernos en una guerra híbrida interminable aprovecharon las brechas digitales que afloraron durante la pandemia de la covid-19.
El escándalo surgió cuando se descubrió que fueron los gobiernos los que habían utilizado “spyware" militar para interceptar las comunicaciones. El spyware Pegasus permite la piratería de dispositivos móviles, accediendo a todo tipo de información, incluidos mensajes, correos electrónicos, calendarios y registros telefónicos. El micrófono y la cámara del teléfono también podrían activarse sin que el propietario lo supiera.
En el Año II d.C. -después de la covid-, se hizo pública una filtración sin precedentes de más de 50.000 números de teléfono seleccionados para su vigilancia por los clientes de la empresa israelí NSO Group, creadora del proyecto, demostrando cómo se había abusado sistemáticamente de esta tecnología durante años. Gobiernos de todo el mundo, también del mundo occidental y demócrata, habían comprado este programa de espionaje y lo habían utilizado contra sus ciudadanos.
El consorcio entre Forbidden Stories y Amnistía Internacional permitió una investigación con el acceso a los registros de los números de teléfono que habían sido seleccionados para los clientes de NSO en mas de 50 países, desde 2016. La investigación sobre el Proyecto Pegasus contó con la participación de más de 80 reporteros en diez países, que revisaron estos registros de números de teléfono. El consorcio probó una muestra de números de teléfono filtrados y encontró rastros del spyware en más de la mitad de ellos.
Descubrieron que, contrariamente a lo que NSO Group afirmó durante muchos años, este “spyware” había sido mal utilizado de forma general. Los datos filtrados mostraron que al menos 180 periodistas fueron seleccionados como objetivos en países como India, México, Hungría, Marruecos y Francia. Los objetivos potenciales también incluían defensores de los derechos humanos, académicos, empresarios, abogados, médicos, líderes sindicales, diplomáticos, políticos y varios Jefes de Estado.
El programa que quiso silenciar a periodistas de todo el mundo estaba también en el punto de mira del Gobierno de la Unión. La Comisión Europea decidió iniciar una investigación, mientras el Bloque Occidental se tambaleaba con estas revelaciones.
"Estamos empezando a recopilar información para ver cuáles son los posibles usos de tal tipo de aplicación en uno de esos Estados miembros", dijo el Comisario de Justicia Didier Reynders en un verano cargado de virus. Uno de sus miembros había sido tocado, el gobierno húngaro, acusado de utilizar ilegítimamente el software de piratería Pegasus, creado originariamente para atacar redes de delincuentes y terroristas.
El informe de la Comisión sobre el Estado de Derecho señalaba que "el pluralismo de los medios sigue en riesgo". Del mismo modo, un informe del Centro para el Pluralismo de los Medios y la Libertad de Medios del Instituto Universitario Europeo evalúa que el pluralismo de los medios en Hungría continuó deteriorándose en 2020. El gobierno húngaro lo negó.
-“Hi” David, las acusaciones de “spyware” se producían en un momento en el que el TerritorioEuropa se resquebrajaba y dividía en minúsculas partes, dejando una brecha no sólo digital para que el virus se introdujera en la vida y los corazones de una sociedad en declive. No sé cómo llegó a preocupar tanto que las comunicaciones fueran descubiertas. Al menos, con el advenimiento de ELLA y la hegemonía de LaGranFábrica, ahora todo lo tenemos en abierto. No ha problema.
-Creo, Laura, que se trata de un concepto obsoleto de la privacidad y de la libertad de pensamiento. En el siglo XX era sagrado. Ahora, con el PensamientoÚnico, ya no hay nada que temer…, ni siquiera a caernos de un caballo alado.