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El azulejo mira al cielo y a Bruselas para evitar un sobrecoste energético de 700 millones... y cierres

11/10/2021 - 

CASTELLÓ. El azulejo se enfrenta, posiblemente, al otoño e invierno más inciertos de los últimos años. Y lo más triste es que se debe a causas externas. Con un buen funcionamiento de las ventas, en máximos históricos, y una producción muy por encima de las cifras prepandemia, las dudas de la cerámica provienen de los costes que le acechan, y más concretamente de los energéticos. 

Hace solo unos días la patronal Ascer alertó de que, de no mediar un giro en los acontecimientos, la principal industria castellonense se enfrenta a un sobrecoste derivado del precio del gas, los derechos de emisión y, en menor medida, de la electricidad, "de 700 millones de euros", lo que, como no puede ser de otra manera, compromete seriamente su viabilidad.

De hecho, antes de verse engullido por esta vorágine mundial, el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, avisaba en primavera de que si el precio del gas llegaba a 100 euros, "caerían empresas". Esta semana pasada, la cotización llegó a el martes a los 116 euros por Megavatio y alcanzó el miércoles los 161 tras subir los contratos de futuros europeos de gas para entrega en noviembre más de un 25%.

Primera caída del precio en semanas

Pero ese mismo día se produjo la primera bajada de precio "en bastantes semanas", apunta Javier Díaz, experto en energía de la consultora Ayming. El motivo: el anuncio del presidente ruso, Vladímir Putin, de que puede suministrar a Europa más gas -50 millones de metros cúbicos diarios- del que hasta ahora se había hablado a través del nuevo gasoducto que unirá el país con el Viejo Continente: el Nord Stream 2.

Pero esto todavía es una incógnita por resolver. Las diferencias entre la Comisión Europea -que en 2019 legisló de forma expresa sobre competencia para regular precisamente este nuevo gasoducto, recuerda Díaz- y Rusia, que presiona para eludir esta regulación, llenan todavía de incertidumbre esta posibilidad en una infraestructura que está acabada pero pendiente de poner en funcionamiento. 

Esta es una de las dudas que acechan al azulejo a la hora de encontrar un equilibrio que le permita garantizarse la rentabilidad. Entre las otras, detalla Díaz, la principal es la climatología: "Si el invierno es suave, no tensionará tanto el mercado". Pero hay más factores. Noruega ha anunciado que aumentará su suministro de gas, "pero no ha dicho si lo concentrará en el cuarto trimestre o lo repartirá durante todo 2022; si aportara mucha oferta a corto plazo reduciría el estrés del mercado", señala el experto. En cuanto a Argelia, Díaz señala que el gas está garantizado, pese a las diferencias con Marruecos, ya que a través de Medgaz "vienen 8 millones de m3 al día; Argelia nunca va a ser un problema de suministro, sí lo puede ser de precio". 

¿Paros en las fábricas?

Así las cosas, de todo ello depende de que estemos "a las puertas de la mayor crisis energética de los últimos años", apunta el experto en energía. Tal ha sido la evolución de los precios que ya hay plantas de sectores "como el automovilístico, el químico, los fertilizantes o el cerámico que ya se están planteando parar". También el secretario general de Ascer, Alberto Echavarria, lo reconoce: "Ya se está hablando de parar la producción. Está la cosa muy fea. ¿Para qué vas a producir si vas a perder dinero? Es una locura. No se ha vivido esto en la vida".  

De hecho, esta problemática es la que principalmente trasladó la semana pasada Echavarria a los responsables de la Dirección General de Crecimiento de la Comisión Europea (DG Grow), responsable de la política comunitaria en materia de mercado único, industria, emprendimiento y pymes.

Primeras disensiones

Y parece que en este sentido se abre un pequeño halo de esperanza. Algunos comisarios europeos, y también ministros de los Estados miembros, han comenzado a trasladar a la Comisión la necesidad de revisar su política de descarbonización. No en lo que se refiere a los objetivos, pero sí a la hora de modificar la reglamentación, por ejemplo, del mercado de los derechos de emisión, que afectan de manera importante al gas, y también a la electricidad.

Lo que habría que hacer, según Díaz, es lo mismo que ya le pidió Ascer a la Comisión en primavera: que saque a los fondos de inversión del mercado. "El aumento de los precios de los derechos no es acorde al aumento de la demanda, por lo tanto ahí ya hay un factor de especulación", señala el responsable de Ayming. Y remarca además: "Más del 20% de los derechos a largo plazo los tienen los fondos y en algunos casos, el 60% de los cortos". Con ello, el precio de los derechos, que ya están en 65 euros por tonelada, han rebasado los valores "que los analistas preveían en primavera para 2030, que era de 50 €/tonelada".

Una cita clave

De ahí que la próxima reunión de la Comisión Europea, el 20 y 21 de octubre, se vea como una vía de esperanza para afrontar el futuro del sector azulejero... y del resto de la industria del Viejo Continente. En caso contrario, no hay perspectivas de que la cotización del gas vaya a bajar. De hecho, "a corto plazo no hay oportunidades de compra" que garanticen un precio razonable, señala Díaz, quien ofrece un consejo: "No hay que aceptar compromisos a largo plazo". El azulejo está, ahora mismo, en una auténtica encrucijada clave para su futuro. 

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