Ante las próximas elecciones deberíamos plantearnos dos preguntas clave para el futuro de la Comunitat Valenciana: ¿mejor solos que acompañados? o ¿mejor juntos que separados?
Muchas formaciones políticas están en esa tesitura en estos momentos a la hora de afrontar el próximo 28 de mayo. Y digo muchas por no decir todas, una vez que ya se han despejado los cabezas de lista a la Generalitat de los seis partidos con representación en Les Corts.
Estamos en 2023, en un contexto que muy poco tiene que ver con lo que se respiraba a las puertas de las pasadas elecciones municipales y autonómicas del año 2019. El Botànic quería revalidar una segunda legislatura al frente del Consell y, tanto Partido Popular por un lado, como Ciudadanos por el otro, intentaban que esto no ocurriera. Vox entraba también en liza. El resultado final fue un Botànic 2 con mayoría absoluta y tres partidos que se quedaron en la oposición.
Encuestas, encuestas y más encuestas que planteaban muchas opciones, pero el resultado es el que valió en el momento de la verdad, el de contar los votos. Y en esa especie de déjà vu es donde nos volvemos a encontrar ahora. Encuestas, encuestas y más encuestas, pero ahora con dos únicas y claras alternativas: un Botànic 3, mucho más radical, más nacionalista y populista que el actual (pese a que las minorías pierdan su peso en la coalición) o un centro derecha liberal que pueda hacer de esta Comunitat un lugar mejor para todos, sin privilegios, pero con todo aquello que nos corresponde, unidos y libres. No queremos seguir siendo ciudadanos de segunda.
Debemos aprender del pasado, pero no solo de lo sucedido en nuestra Comunitat, sino también del resto de Comunidades Autónomas en las que ha habido elecciones autonómicas durante estos últimos años (empezando por Cataluña, luego Madrid, Castilla y León y por último Andalucía) y de los resultados que se han ido produciendo hasta la fecha. También debemos tener en cuenta lo que pueda suceder aquí en la Comunitat a partir del 28 de mayo y es aquí donde cobra sentido mi pregunta; ¿mejor solos que acompañados? o ¿mejor juntos que separados? Los resultados y el apoyo social recibido por Ciudadanos, mi partido, responden a estas preguntas.
La soledad siempre es buena si ésta se puede compartir con un alto grado de lealtad, honestidad, gratitud y de esfuerzo, pero no es más cierto que es más fácil llegar a la meta si tu objetivo lo puedes alcanzar si vas acompañado o acompañando. Más si cabe cuando los valores en los que crees los debes compartir, cuidar y potenciar junto a los que pueden hacerlo en estos momentos. Y aquí en la Comunitat Valenciana el PP y Ciudadanos tenemos la obligación de ser lo más útil posible a la sociedad que queremos representar y transformar.
La soledad puede ser una oportunidad, como lo fue en el 2019, pero no es menos cierto que como nos indican las encuestas actuales y el termómetro de la calle, puede llegar a ser una debilidad insuperable para un partido político en solitario. Una debilidad que no podemos permitirnos si queremos dar un vuelco a la actual situación política de nuestra Comunitat y de España. Todavía estamos a tiempo.