Pasear con música o escuchando el entorno, a pie o en bicicleta, con o sin motivo, en la ciudad, en el pueblo, en el barrio... ¿qué camino hacemos al andar? Paseo es un garbeo urbano por ideas, elementos y sucesos hechos desde la calle
VALÈNCIA. El testimonio más antiguo de la existencia de lo que conocemos genéricamente como ‘hombre’ es la impronta de un huellas que forman un recorrido en Laetoli, Tanzania. Datan de más 3 millones 700 mil años. Un austrolopitecus afarensis adulto y su hijo caminaron erguidos hacia alguna parte. La humanidad se ha moviendo por necesidad y por ambición, pero también por el interés por descubrir un lugar ajeno o redescubrir uno propio. En el observar, en el pararse, se encuentran respuestas a pregunta que no siempre tenemos que haber formulado.
El andar como una práctica de estudio, como una actividad propensa a ser analizada como práctica, dio un vuelco durante el siglo XX, en el que situacionismo, dadaismo, surrealismo y un buen puñado de artistas e intelectuales quisieron implicar al medio urbano en las vanguardias, al mundo de sus ideas. Desde entonces, y gracias al crecimiento exponencial de las ciudades (además, de una mayor concienciación cívica sobre cómo crecen) ha hecho que el pensamiento y el arte contextualizado en lo callejero se multiplique en las últimas décadas. ¿Desde dónde se ve y se piensa la calle? Pues uno de tantos sitios es el arte.
Elia Torrecilla y Lebrel se acercan a Paseo para hablar de sus respectivas aproximaciones a la exploración urbana. La primera, a través de la performance; mientras que el segundo es a través de una intervención directa sobre el terreno. ¿Cómo cambiar la mirada del paseo? ¿Es València una ciudad propensa para la exploración?
La vida criba las pasiones hasta dejarnos las imprescindibles. Pocas pero buenas pasiones. Las mías son los paseos y los libros. Caminar es mi forma de leerme y de leer a los demás. Son las dos muletas en las que me apoyo para seguir tirando
Paseo es un garbeo urbano por ideas, elementos y sucesos hechos desde la calle