Elisa Valsangiacomo: un apellido de vino y arte

VALÈNCIA. Cinco hermanos componen la quinta generación de la familia Valsangiacomo. Cuatro de ellos (Carlos, Marta, María y Arnoldo) trabajan en la bodega familiar. Pero Elisa, la mayor de los cinco, optó por otro camino, el de Bellas Artes. Se licenció en esta disciplina por la Universidad de Valencia y la Middlesex Polytechnic London y comenzó una carrera en la que sin hacer ruido pero sin pausa, han conseguido labrarse un prestigio notable.

Desde entonces, y como ha ocurrido a otros tantos artistas en una historia que se repite constantemente en el tiempo, han tenido que valorar fuera su enorme talento, siendo hora de que sea profeta en su tierra. Desde la década de los ’90 Elisa ha expuesto en numerosas ocasiones en Madrid y Barcelona, participando también en exposiciones colectivas en certámenes del calado de Arco, ArtMadrid, Scope New York y London, Milán y Miami.

Su pintura realista es capaz de trasformar en mágicos instantes cotidianos desde el intimismo. Valencia y el Mediterráneo son su inagotable fuente de inspiración. Ahora su obra llega de nuevo a Madrid, a un nuevo espacio de arte: la galería Sara Caso.

El apellido Valsangiacomo está unido a Valencia y a los Poblados Marítimos desde hace varias generaciones. De origen suizo, parte de la familia se trasladó a Valencia para dedicarse al mundo del vino, siendo el puerto y su entorno un hábitat que hicieron suyo, instalando la bodega Cherubino Valsangiacomo en la calle Vicente Brull, a pocos metros del puerto. Hoy la bodega está en Chiva.

Vino y arte, tradición y vanguardia, unidos de la mano de un apellido que es capaz de brillar en ambos mundos.