ELCHE. Una de las administraciones que más está nombrando estas semanas el Ayuntamiento es la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), a raíz de todo lo acontecido tras la Dana y las exigencias del Ejecutivo de que actúe en los tramos rurales de los barrancos. Mientras, los está limpiando y anunciando nuevas medidas como su monitorización. Más allá de este contexto, el Plan Hidrológico de cuenca, ciclo 2022-2027, plantea diversos proyectos en Elche. Desde ámbitos que le tocan, como la renaturalización integral del Vinalopó, a la construcción de tres balsas para Riegos de Levante, seguir con el post-trasvase Júcar-Vinalopó o actuar en el barranco de San Antón y del Grifo. Eso sí, descarta una medida que tuvo en la agenda, intervenir en el entorno del pantano y la Acequia Mayor.
Así, dentro de las medidas del Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Júcar (DHJ), se plasman las actuaciones, entre muchas otras cuestiones, a ejecutar hasta 2027 después de un proceso de consulta pública y planificación. De hecho, por ejemplo para el caso de Elche, se incluyen en el plan actual, aprobado en enero 2023, más intervenciones que en el borrador planteado en 2021. Harina de otro costal será, como siempre, si se cumplen o no las previsiones en los plazos previstos.
En primer lugar, y por envergadura al exceder el caso ilicitano, el plan contempla la restauración integral del río Vinalopó desde cabecera hasta su tramo final, a lo que destinaría 1,1 millones de euros en las comarcas de Alacantí y Vinalopó. Una medida en sintonía con lo planteado por el Cedex, dependiente de dos ministerios. Se intervendría para mejorar sus condiciones morfológicas. Eso sí, como ejemplo de los plazos, se preveía su inicio par 2022, y final en 2027. Afectaría también al Tarafa en menor medida, pero en general, en el Vinalopó, se beneficiarían las aguas del pantano, Assud dels Moros y Assarb de Dalt.
Implicaría la eliminar de los impactos detectados, actuando en la eliminación o permeabilización de los azudes existentes, así como en la restauración de la vegetación de ribera mediante eliminación de la caña común (Arundo donax) y posterior replantación con vegetación autóctona y mediante actuaciones que limiten el volumen permitido de áridos a extraer del lecho que permitan restaurar sus características naturales. Además de seguimiento de los caudales ecológicos y medidas relacionadas con la mejora de los vertidos. En el río se ha detectado el impacto por conectividad longitudinal, por esa vegetación invasora y el impacto de lecho por existencia de presiones debidas a extracciones de áridos.
Por otra parte, se proyecta la construcción de tres balsas para la Comunidad General de Regantes Riegos de Levante, margen izquierda del Segura, en Elche, y que se materializarían en Torrellano. Las balsas tendrán las funciones de regulación, almacenamiento y dilución de aguas. Una inversión prevista de 6 millones de euros que en la teoría debía empezar en 2024, y finalizar el último año del ciclo, 2027.
Asimismo, lo que sí está en marcha y que se ha ido materializando son las obras del postrasvase (adjudicada la segunda fase). En este caso, se prevé la prolongación del tramo II de la margen izquierda del Vinalopó hasta la zona baja en Agost y conexión con los rebombeos de aguas depuradas de la zona de Alicante y cierre con el ramal de la margen derecha entre la capital y Elche. Permitiría la recuperación de acuíferos y consta una previsión de invertir hasta 2027 de 56 millones de euros, empezando en 2025.
Para finalizar, en el apartado de inversiones físicas en los cauces, aguas costeras y áreas propensas a inundaciones, son muchas las actuaciones a largo plazo. De hecho, para el ciclo 2022-2027 se contemplan 96 millones de inversión, pero hasta 2035, 366 millones. Se plantean actuaciones puntuales con el objetivo de mejorar la gestión del riesgo de inundaciones en la cuenca del Vinalopó. En los entornos próximos a Elche, en los barrancos de San Antón y del Grifo, se plantea aplicar medidas efectivas (áreas de laminación, Infraestructuras verdes, etc.) para prevenir los daños a personas y bienes por las inundaciones en esa zona. Dos de esas zonas en las que estos días y semanas está actuando el Ejecutivo local a nivel de desbroce, ante la no actuación por ahora de la confederación, según han venido denunciando, porque los tramos no urbanos son de su competencia.
Eso sí, aunque consta en el plan, la calendarización se muestra que no son de las prioritarias. Se habla de 5 millones de euros el valor de esta intervención, pero hasta 2033. Destinando hasta 2027 solo 25.000 euros.
También se habla del pantano ilicitano, ya que el plan incluye normas de gestión de la explotación de embalses que tengan un impacto significativo en el régimen hidrológico. De esta forma, para mejoras de infraestructuras el objetivo es redactar las normas de explotación por los titulares de cada una de las presas, las cuales deben ser posteriormente aprobadas. En el caso de Elche, conllevaría 90.000 euros a cargo de los particulares, mientras que la Dirección General del Agua adaptaría la normativa estatal a las normas técnicas de seguridad y estudios específicos de cartografía de zonas inundables aguas abajo de presas, y adaptación al mapa cartográfico estatal. Invirtiendo 250.000 euros en los años finales del ciclo.
El objetivo es que las presas indicadas, entre ellas Elche, lleven a cabo la aprobación de las normas de explotación para obtener nuevos mapas de peligrosidad y cartografía de zonas inundables para una batería de caudales de desembalse, los cuales se seleccionarán en función del contenido de las Normas de Explotación y sus estudios de laminación correspondientes.
De igual forma que se ponen sobre la mesa estas intervenciones, se han descartado finalmente las obras de recuperación del entorno del pantano de Elche y la Acequia Mayor, una intervención valorada en 4,55 millones de euros. Se descartó durante la fase de redacción del Proyecto de Plan Hidrológico al no estar prevista en el Plan de Obras de Dirección Técnica para el período del tercer ciclo de planificación (2022-2027).
Para acabar, se analizan las masas de agua superficial que no alcanzan el buen estado o potencial en el momento actual, relatando las presiones significativas y las asociadas a los incumplimientos y las medidas previstas para reducir dichas presiones. Para el barranco del Derramador y la presa del pantano, se recomienda la actualización de los códigos de buenas prácticas y de los programas de acción para zonas vulnerables designadas por la Comunitat, fomento del mantenimiento sostenible de cultivos permanentes en zonas vulnerables a la erosión, incluyendo agricultura de conservación y obras complementarias a la desalinizadora de Mutxamel. También el fomento de los autocontroles en las explotaciones agrícolas.
Para la parte del assud dels Moros, se recomienda un análisis de la evolución de la contaminación por nitratos y productos fitosanitarios y trabajos para el diseño y puesta en marcha y actualización de un censo de presiones, inspección de vertidos y revisión de autorizaciones, así como un censo de vertidos.
Por último, sobre las sustancias que producen la pérdida del buen estado químico del Vinalopó tanto en el barranco del Derramador como del pantano se debe a la presencia de níquel por presiones de distinto tipo sobre el río.