CASTELLÓ. Llevamos tiempo escuchando que hay una ' burbuja festivalera' que está a punto de explotar, pero cuándo lo hará y qué consecuencias tendrá todavía es una incógnita. Ciertamente, exceptuando algunos casos, los festivales continúan celebrándose cada verano, despidiendo sus ediciones con ese tradicional 'see you soon', asegurando con ello una nueva edición. Pero, ¿lo hará el público, volverá? Los festivales son como un ritual que se repite año tras año. Sin embargo, cada vez existe un desapego mayor entre el público y éstos. Por eso hoy, en Castellón Plaza, les preguntamos a un grupo de personas cómo han vivido las últimas ediciones de los festivales valencianos ya celebrados. También, qué cambiarían de estos y qué opinan de la oferta musical. ¡Empecemos!
-Lo mejor y lo peor.
-Júlia Badia: Lo mejor del FIB es el reencuentro del verano con tus amigos (soy de Benicàssim) y en el cartel siempre hay artistas por descubrir. Lo peor son los precios desorbitados dentro del festival y que faltan más artistas internacionales
-Víctor Palacio: Lo mejor es poder disfrutar de grupos emergentes y consolidados, muy cerca de casa y a un precio asequible por entrada. Lo peor, el precio de los productos en el interior del recinto. Además, en caso de salir del recinto y querer volver a entrar, debes pagar un abono de reacceso. Por lo que el gasto al final del festival es muy alto.
-¿Si pudieras cambiar algo del festival qué sería?
-J. B: Potenciaría la originalidad del FIB de antes, propondría un cartel más internacional.
-V.P: La oferta de grupos. Lo más diferencial del FIB era poder disfrutar de bandas internacionales. En cambio, este año el cartel ha tenido muy pocos grupos internacionales de gran renombre y la oferta ha sido muy similar a la de otros festivales.
-¿Con qué concierto te quedas?
-J. B: Este año disfruté mucho el concierto de Amaia y descubrí a Zara Larsson, su directo fue de diva popera con una voz preciosa.
-V.P: A nivel internacional Bastille, ya que era la primera vez que los veía en directo y me encantó y, a nivel nacional, Ginebras, que siempre ofrecen conciertos muy buenos y este FIB estuvieron increíbles.
-¿Repetirás?
-J. B: Es el único festival que no me perderé nunca.
-V.P: Sí, al haber veraneado desde siempre en Benicassim, para mi el FIB es como una tradición. Además, aunque haya años con carteles menos potentes, sigue siendo toda una referencia y siempre puedes disfrutar de buena música.
-Lo mejor y lo peor.
-Bernardita Danús: Pues lo que a mí más me gusta es disfrutar de música en vivo más allá de si conozco o no al artista, con amigos/pareja/familia. Lo tomo como una oportunidad de salir de la rutina, ver gente distinta, ver looks interesantes, beber y conversar. Lo peor es siempre lo caótico que es todo. La organización siempre es fatal, no hay donde aparcar, las colas, las masas de gente, los baños, etc.
-Maria Gavara: Una de las mejoras ha sido el aumento de seguridad, los pulverizadores refrescantes y el estante del vaper. También que hay una participación mínima de grupos en valenciano/catalán y ha habido mejor organización de la zona VIP. Como peor, ha flojeado la variedad de estilos musicales centrándose la mayor parte en el estilo urbano y reggaeton. Por otra parte, los horarios y la distribución de los artistas, que igual se solapan. Y, en ocasiones, la poca puntualidad en las actuaciones.
-¿Si pudieras cambiar algo del festival qué sería?
-B.D: Habilitaría más espacios y más cómodos donde la gente pueda sentarse a comer/beber algo. También dejar mucho más claro en la página web por dónde son los accesos, dónde hay parkings, etc. También me faltó que dentro del festival diesen la información de los horarios, porque la señal iba fatal y no podía verlo online. ¡Y los baños! Que eran una vergüenza ☠️
-M.G: He encontrado problemas para desplazarme por el recinto puesto que hay desniveles, cambios de rasante y muchos “hoyos” donde tienes probabilidad de hacerte daño… También podrían regar el escenario de la playa para que no haya tanto polvo, o ampliar la zona VIP y crear dos zonas donde se pueda repartir la gente. Por último, me gustaría que el Arenal volviera a abarcar más estilos.
- PD. ¿Con qué concierto te quedas?
-B.D: ¡Quevedo! Fui por él.
-M.G: La Fúmiga, magníficas sensaciones, y Pignoise.
-¿Repetirás?
-B.D: En la medida en que haya artistas que me interesen y los precios no suban demasiado, sí.
-M.G: Sí, únicamente me he perdido una edición.
-Lo mejor y lo peor.
-Alicia Ruiz: Lo mejor del Low es que me junto con todos mis amigos de Villajoyosa, yo vivo en Madrid, y pasamos un fin de semana de risas, diversión y emoción. También, por supuesto, como en cualquier festival, la oferta musical que ofrece. Lo peor es que cada vez los festivales están más masificados, porque se ha vuelto una moda y va mucha gente que sobra, jajaja.
-¿Si pudieras cambiar algo qué sería?
-A. R: Limitar el aforo. Está claro que las organizaciones de los festivales quieren ganar mucho dinero, pero hay veces como este año en el Low que se han pasado vendiendo entradas. ¡Era una locura! También, el precio de las bebidas, son caríiiisimas. Y el caloret de la terreta, bueno, realmente la humedad, aunque por desgracia eso no lo podemos controlar.
-¿Con qué concierto te quedas?
-A. R: ¿Pues con quién me voy a quedar? Con el mejor grupo de música de España y el mejor del cartel de este año del Low: Vetusta Morla.
-¿Repetirás?
-A. R: Sí, por supuesto.
-Lo mejor y lo peor.
-Yerma Vilar: Lo que más me gustó es la decoración, los escenarios, como está cuidado el césped, que no es al final tierra ni piedras, y te puedes sentar. En general, está muy cuidado visualmente y es algo que me ha llamado la atención con respecto a otros festivales. También me gusta que apuesten por un determinado estilo, está más enfocado al reggaeton que otros que combinan diferentes estilos. Y el camping está muy bien. Lo peor, la desorganización. No deja de ser un festival que lleva solo dos ediciones, pero falta más orden en cuanto a las pulseras, la zona vip o el pago.
-Ana Martínez: Lo mejor el cartel, me parecía una pasada y el recinto está genial también. Lo peor: son unos ratas. Te cobran hasta por respirar, sale bastante caro. Además está petado.
-¿Si pudieras cambiar algo qué sería?
-Y.V: En mi caso, que este año fui a la VIP, cambiaría algunas limitaciones que existen. Al final se paga para tener ciertos "privilegios", como tener dos gradas para ver el concierto y si no subes con tiempo, limitan el aforo y te quedas sin poder verlo desde ahí. Tampoco que no se pueda sacar bebidas. Entiendo que es porque hay barra libre, pero deberían repensarlo, porque sino, no puedes disfrutar con el resto de amigos.
-A.M: Los precios y el horario del domingo para que acabara más pronto, que me tocó ir de empalme a trabajar.
-¿Con qué concierto te quedas?
-Y.V: Nicky Jam, me ha parecido brutal, conecta mucho con el público. Y Maria Becerra, solo conocía dos o tres canciones suyas, pero el show estaba muy preparado, con bailarines profesionales y una banda en directo que hacía que cogiera más fuerza.
-A.M: Con el de Quevedo.
-¿Repetirás?
-Y.V: Sí, es el festival que más me gusta de los que he ido.
-A.M: No creo por tema de precios, me pareció muy muy exagerado.
-Lo mejor y lo peor.
-Andrea Martínez: Lo mejor, aparte del cartel que evidentemente son artistas que me gustan, diría que es el buen rollo que hay. Siempre me lo he pasado súper bien y creo que la organización es bastante buena, porque lo tienen todo súper bien estructurado. Encima este año han puesto en un baño, compresas, tampones, desodorantes... cosas de primera necesidad por si hay alguna emergencia. También, lo de enviar las pulseras a casa para evitar colas. Pero, lo peor del festival diría que son los precios. Gastarte 60, 70 o 90 euros en una entrada te sale a cuenta, porque si te pones a calcular lo que te costaría ir a cada concierto de cada artista por separado te acabarías gastando muchísimo más, pero el precio de la bebida y la comida es excesivo. Que un foodtruck del Burger King te cueste 3 o 4 euros más solo por estar dentro del recinto, pues no lo veo muy lógico.
-¿Si pudieras cambiar algo qué sería?
-A.M: Aparte de los precios, como ya he comentado, pondría fuentes de agua potable en el recinto porque, aunque entiendo que tengan que hacer negocio con el tema de la bebida, en las fechas en las que celebran el festival, hace mucho calor. Siempre hay alguien a quien le da un golpe de calor. Entonces, poner fuentes de agua potable o regalar el agua a partir de cierta hora como hacen en algunas discotecas, lo vería genial.
-¿Con qué concierto te quedas?
-A.M: Amaia, me lo pasé súper bien en su concierto, y Las Ginebras, porque son unas tías chulísimas y súper divertidas. Recuerdo ese concierto como súper guay, la verdad.
-¿Repetirás?
-A.M: Seguramente.
-Lo mejor y lo peor.
-Ana Denia: Respondo en general. Lo mejor de cualquier festival es que vas a ver a un conglomerado de artistas, probablemente varios que te gusten mucho y vas a descubrir a otros tantos que no te habrías planteado escuchar en tu casa. Lo peor, que se ha perdido un poco el concepto de festival. Aparecieron como una oportunidad de pagar menos y tener más conciertos y más ambiente. Entonces creo que no tiene sentido que llames a una cosa festival teniendo que pagar 500 euros por 3 días, como se ha llegado a ver en algunos.
-¿Si pudieras cambiar algo qué sería?
-A.D: Precisamente eso, volver al antiguo concepto de festival, que yo considero que es el verdadero, y ya no solo en cuanto al precio de las entradas, sino al hecho de que dentro del recinto todo sea el doble de caro. Bien podrían dejar entrar tu propia comida y bebida o poner precios de mercado.
-¿Con qué concierto te quedas?
-A.D: Love of Lesbian y Rave de Zahara.
-¿Repetirás?
-A.D: Sí.
Como en todo, hay opiniones distintas.
Andrea Martínez, Júlia Badia y Bernardita Danús son de las que piensan que cuantos más mejor. "En Chile hay muy pocos festivales y mucha gente interesada en ir y ponían precios altísimos y la gente lo pagaba igual. Lo bueno de España es que hay un montón de opciones y cada persona puede elegir un poco más cuál calza con su estilo y así no colapsan los eventos", cuenta Danús.
No obstante, Yerma Vilar cree que el problema está en que muchos ofrecen lo mismo. "El Arenal y el Zevra han compartido prácticamente los mismos artistas. No sé si cabe la posibilidad de que se coordinen a la hora de llevar artistas para no repetir, porque pierden encanto y les afecta. De hecho, se ha notado en el Arenal. Muchísima gente vendía su entrada porque el cartel era muy flojo y no querían pagar por volver a ver los mismos artistas", asegura. "Hay findes de verano que fácilmente hay tres a la vez. Está de moda (y ojo, yo me alegro mucho por todos aquellos músicos que gracias a todos estos festivales tienen trabajo), pero creo que se nos está yendo de las manos", alerta por su parte Alicia Ruiz.
Ana Denia considera, por el contrario, que es "una ventaja que haya carteles similares porque si no tienes posibilidad de moverte dentro del país o irte fuera a ver a un artista concreto, tienes más opciones de que vaya a uno cercano". Lo que no ve bien Maria Gavara es "la gestión económica" que se hace de los mismos "y cómo se aprovechan de la gente que participamos en los festivales".
Pero centrándonos de nuevo en si hay una oferta excesiva de festivales, Víctor Palacio lo tiene claro: "Sí y eso está bajando la calidad de los carteles".