VALÈNCIA (EP). Las "luces y sombras" de Juan Carlos I llegan al Teatre Olympia con una tragicomedia de la compañía independiente Els Joglars que hace un retrato global de una vida marcada por "el dramatismo desde niño". 'El rey que fue' sube a escena su acceso a la corona "sin escapatoria" pasando por su "precariedad cultural", su "patología erótico-sexual llevada hasta el límite", su carácter campechano de "cachondeo constante" y sus años más recientes en soledad.
"No es una sátira implacable, le damos la oportunidad de hacer una defensa de sí mismo aunque aparecen los aspectos más oscuros del personaje", ha avanzado el director de la compañía, Albert Boadella, en la presentación de la obra junto al actor Ramón Fontseré que encarna y se mimetiza con el emérito.
Diez años después de su último proyecto juntos, Boadella y Fontseré recrean la trayectoria de una persona que "tuvo el poder absoluto durante 17 años y ha acabado en el exilio", con la participación de seis actores que interpretan a varios personajes y una escenografía limpia.
Es el fruto de cuatro meses de trabajo desde pequeñas improvisaciones hasta lograr una tragicomedia "muy justa" con el emérito en la que "cabe todo" sobre su vida y se demuestra que "la realidad supera a la ficción". Se narra cómo mató a su hermano Alfonso en un accidente, pero también las "situaciones satíricas" que ha provocado por su sentido del humor y las que "tienen que ver con la degradación del sentido de la democracia en España".
"Pasará a la historia como el rey que, viniendo de la dictadura, fue un artefacto imprescindible para llegar a la democracia. El resto son aspectos colaterales", ha expuesto Boadella, quien considera "Shakespeare hubiera hecho un Juan Carlos I antes que 'Hamlet'".
'El rey que fue' narra así la falta de libertad a la que se enfrentan los niños educados para ser monarcas. "¿Quién es la mujer con menos libertad en España hoy? La princesa Leonor: no tiene escapatoria", ha señalado el director de la obra, quien considera que a Juan Carlos I le marcaron sus años junto a Franco y este "no era precisamente la alegría de la huerta".
Durante la función, en la que hay escenas de Juan Carlos I cocinando una paella en un yate, se ve a un rey "muy campechano, de fácil trato y con un cachondeo constante". También se refleja la "precariedad cultural" del emérito y su "patología erótico-sexual llevada hasta límites de ocupación casi diaria". "Habría que darle una medalla porque la función de procrear de la monarquía sí que la ha cumplido", ha bromeado Boadella.
La relación del emérito con su familia y los asuntos en los que se ha visto salpicado, como recientemente con los audios de conversaciones entre el emérito y Bárbara Rey, aparecen en este espectáculo, que llega hasta su etapa en Abu Dabi alejado de su familia en la que "se lamenta de su soledad y de que los españoles no le han pagado su contribución a España".
En definitiva, en 'El rey que fue' "se dice todo lo que se tiene que decir, porque debajo de la corona hay una condición humana", ha resumido el actor que interpreta al emérito. Acaba con un final "potente" que deja al público "muy jodido" al ver todas las facetas de Juan Carlos I.
El director de Els Joglars, que conoce "bastante" al emérito, ha asegurado que si viera la obra se sentiría retratado y "se reiría en alguna parte", aunque duda que le gustaría: "Es muy duro ver a 500 personas en un teatro riéndose de ti". Como anécdota, ha rememorado que Juan Carlos I fue en una ocasión a ver una función de su compañía al Teatro de la Zarzuela y llegó a "decir cosas en voz alta como si fuera Luis XIV".
Aunque los impulsores del proyecto han remarcado que Casa Real no les ha "dicho nada" sobre esta obra --"hasta ahora", han ironizado--, sí han reconocido que en Madrid no han encontrado ningún teatro público para representarlo.
Es algo que Boadella ha ligado con la falta de obras "socialmente potentes" en la actualidad, ya que considera que los comediantes "se autocensuran" al depender del dinero de "ministerios y consellerías". "Es mortal para el teatro que el espectador no pague todo el dinero que cuesta la función, y esto ha generado una enorme crisis de libertad", ha lamentado, mientras ha reivindicado la necesidad de "un teatro con épica".
Ambos han rememorado sus más de 40 años trabajando juntos, desde los 19 años, y su trabajo "artesanal e idílico", a pesar de que también se han tenido que enfrentar a "atentados y procesos" judiciales. "Que el teatro provoque esto es fantástico, y ahora no provoca nada: estamos en una época donde la gente no cree en nada", ha constatado Boadella, si bien ha confiado en que vuelva la implicación social al teatro porque "la vida es pendular".
'El rey que fue' se representa en el Olympia del 31 de octubre al 10 de noviembre, de miércoles a domingo.