José Antonio Vidal, uno de los intérpretes del ‘Rey del Rock’ más afamados de las últimas décadas, desplegará su repertorio de los años 70 en el Casino Cirsa València
VALÈNCIA. La creciente posición de los conciertos tributo a lo largo de esta década tiene una notable relación con la desaceleración económica. Sin embargo, en pocas ocasiones el análisis tiene en cuenta que el fenómeno del concierto tributo es anterior a las últimas crisis. Uno de los valores más enriquecidos y trabajados dentro del panorama musical internacional gira en torno a la figura de Elvis y en España tiene en la figura de José Antonio Vidal a uno de los intérpretes que mejor ha representado ese rol desde inicios de los años 90.
Vidal empezó a escuchar a Elvis desde los cinco años: “fue mi primer disco, un doble LP de los 40 éxitos de Elvis que debí tener en casa en torno al año 1975”. Así y allí empezó todo, con la práctica más orgánica de la imitación: “cuando eres niño, básicamente lo que haces es imitar. Lo que yo hacía era imitar lo que sonaba en casa”. No fue hasta los 20 años cuando el intérprete barcelonés decidió que aquello podía ser una profesión. Aunque es un admirador de cantantes de tono lírico como Nino Bravo, nunca ha interpretado sobre un escenario a otro que no fuera Elvis: “claro que lo podría hacer, pero es importante conocerse y saber en lo que uno es bueno. Me centré en Elvis desde el primer momento porque era algo que había surgido de forma natural. Y en el Elvis de los 70”.
Desde aquellos años 90, Vidal se posicionó como un referente en los tributos de esta etapa. Una etapa psicodélica para algunos o de decadencia para otros, pero sin duda más ecléctica, menos frenética y con un registro más amplio que el iniciático rock and roll que el icono de Tupelo exploró durante los años 50 y 60. “Elvis lo tenía todo: cantaba bien, bailaba bien y sabía cómo mirar a una cámara”. La belleza de su figura y de los tiempos de crecimiento económico tras la postguera de la Segunda Guerra Mundial y la conocida como primera generación de jóvenes con verdadero poder adquisitivo convirtieron a Elvis en un mito inalcanzable que, a día de hoy, sigue generando todo un sistema económico en todo el mundo.
Vidal optó desde el principio por hacer un tributo “y no un ETA. Obviamente, en España suena mal, pero es la forma en la que los estadounidenses se refieren a algo así como una imitación calcada”. Tanto él como la Elvis Memory Band, con la que actúa este viernes en el Casino Cirsa Valencia, optan por este formato en el que los dejes de la voz tienen una personalidad propia. Un bagaje que también tiene que ver con el número de interpretaciones que Vidal acumula en una carrera que, admite, ha tenido su propia recesión con la crisis económica.
Aun así, Vidal ha vuelto a la carretera y confirma que “vuelve a haber un movimiento interesante de conciertos. Puede que no en las mismas condiciones económicas, pero desde luego con un interés creciente que se nota”. Esa fórmula de tributo le lleva también a experimentar también con los trajes de Elvis y sus estilismos: “mientras que los ETA son más de optar por clavar algún atuendo concreto de un concierto concreto, yo juego más con las posibilidades”. Es, en defenitiva, menos purista de lo que pueden exigir algunos de los integristas del ‘Rey del Rock’, pero también con una capacidad de público más abierta y nada discutido como referente de los tributos enfocados a esos años 70.
La banda actual lleva un año engranada a Vidal y al servicio de una filosofía de tributo por esa última etapa de Elvis. En ella se deja entrever cómo hubiera evolucionado su figura de haber traspasado las siguientes generaciones: “estoy seguro de que, estilísticamente, hubiéramos vivido algo parecido al caso de Tom Jones, salvando las distancias. Un artista proclive a probar con diferentes estilos y registros y desarrollando su carrera como versionista, que lo era y excelente”. Las virtudes de esta figura trascendental para la historia del rock, pero sobre todo de la cultura pop y la industria de la música en la sociedad de masas, tendrá una oportunidad más en València. Sus canciones volverán a sonar en directo este viernes en el Casino, en una de sus noches de conciertos redondeadas con la oferta gastronómica de la casa.