La semana se presenta potente con la declaración de Roca, que está en prisión y que no ha querido declarar nunca hasta ahora
VALÈNCIA. La primera semana del juicio del conocido como el caso Emarsa ha seguido el patrón previsto por la Fiscalía, un guión milimetrado que los actores se sabían al dedillo. Las representantes del Ministerio Público han vivido entre algodones ‘judiciales’ hasta ahora. Empezaron con las conformidades, los primeros ocho comparecientes asumieron todo lo que la Fiscalía les imputaba y siguieron el guión como si de un actor de Hollywood se tratara. Fácil. Todos al unísono repetían que “eran culpables” y para casa.
Tras los primeros ‘canarios’ llegó el turno del informático. Chanín cantó pero sin una firma de conformidad. Un pacto a la Gürtel, es decir, “a ver qué nos cuentas y si nos gusta ya veremos si te reducimos la pena”. Como marcaba el citado guión, el informático apuntó a los principales investigados de la causa Esteban Cuesta, Enrique Crespo, Juan José Morenilla y Juan Ignacio Roca, en prisión tras fugarse de España y acabar recayendo en Moldavia para criar nutrias.
El último día de sesión le tocó el turno a Esteban Cuesta. El exgerente, ahora garganta profunda y arrepentido confeso, sacó el fusil, apuntó y disparó. Los destinatarios de las balas verbales: los sospechosos habituales. Chanín, Morenilla, Crespo y Roca volvieron a recibir por todos los lados. Sus letrados apuntaban mientras Cuesta mentaba una tras otra todas las presuntas tropelías que el quinteto de la muerte había cometido para terminar expoliando la depuradora de Pinedo. Ese expolio cuyo final ha sido la tristemente famosa tasa Tamer que todos los valencianos pagan.
Sin embargo, las fiscales deberán ganarse el sueldo a partir de este lunes. Tres pesos pesados de la causa, Morenilla, Crespo y Roca tienen turno de declaración. Ambas deberán enfrentarse a uno de los mejores penalistas que hay a día de hoy en España y, como ya hiciera en instrucción, no se lo pondrá fácil. La alargada sombra de José Antonio Choclán, exmagistrado de la Audiencia Nacional y letrado de Crespo, sobrevuela sistemáticamente la estrategia de las acusaciones.
Pero si hay una declaración que puede suponer un antes y un después en este juicio es la de Roca. El criador de nutrias no ha abierto la boca hasta ahora pero según ha podido saber Valencia Plaza se prevé una declaración, como poco, sonada, muy sonada. Qué tiene que decir, a quién puede apuntar, cómo será su estrategia de defensa, son solo algunas de las dudas que las acusaciones y defensas se plantean. Pero para poder verlo habrá que esperar a este lunes que se retoman las sesiones del juicio del año en Valencia.
CHANÍN
CUESTA