VALÈNCIA. Precioso el concierto ofrecido por la Orquesta de Valencia, su director Alexander Liebreich que visitaban la catedral de Valencia, un marco difícilmente igualable para elevar el espíritu, y más si va acompañado de gran música como la ofrecida. Intervenía también, en esta ocasión, el organista titular de la institución, Pablo Márquez quien hizo sonar el imponente órgano catedralicio, de fabricación francesa, en la sinfonía número tres “con órgano” de Camille Saint Saëns.
Teniendo en cuenta que la acústica del espacio es poco menos que imposible para determinado repertorio, el director alemán procuró mimar los ataques y el fraseo en la muy poco conocida pero bellísima sinfonía número 26 “Lamentatione” de Haydn con claras referencias litúrgicas y directa relación con la Semana Santa. A pesar de ser una obra de uno de los compositores más célebres, se interpretaba por primera vez por nuestra formación. Los resultados fueron más que buenos y una vez más Liebreich demostró unas especiales dotes en este repertorio con las variaciones rítmicas del minuetto, así como la capacidad para contrastar los acentos de la partitura y culminar una lectura verdaderamente deliciosa.
Fotos: LIVE MUSIC VALENCIA
La segunda parte estuvo ocupada por la obra más importante de la tarde. La sinfonía con órgano de Saint Saëns es sin duda una obra maestra; estrenada en 1886 y dedicada a Franz Liszt, el propio compositor francés, de ella, diría, "Di todo lo que pude dar. Lo que he logrado aquí, nunca lo volveré a lograr". Liebreich logró ante todo un sonido amplio, denso y gran empaste entre todas las familias creando un ambiente de gran emoción, más si cabe cuando durante la lectura intervino el órgano catedralicio cuyo impresionante sonido lo hacía emerger Pablo Márquez de la oscuridad del ábside, tras el altar, donde se hallan situados los tubos, propagándose por el amplio y pétreo espacio.
Imposible lograr este efecto junto a la orquesta en un auditorio, por muy buena acústica que este tenga, y menos todavía sentir algo parecido en las, excelentes, grabaciones (Karajan, Mehta…). Es cierto que es determinados pasajes es complicada la definición de los ataques de todos los instrumentos y la claridad y transparencia se ve perjudicada, pero, por el contrario, si se logra un sonido global, junto con el órgano, como sí que hizo Liebreich la experiencia musical se hace difícilmente igualable. No fue sorprendente, por tanto, el gran éxito obtenido, con un público puesto en pie que braveó a todos los músicos en las sucesivas salidas.
Ficha técnica:
3 de junio de 2023
Catedral de Valencia
Obras de Haydn y Saint Saëns
Orquesta de Valencia
Pablo Márquez, órgano
Alexander Liebreich, dirección musical