VALÈNCIA. 21 de febrero. "Nos han confirmado que la transferencia no se ha realizado todavía". 22 de febrero. "Nos han confirmado que la cita para la realización de la transferencia será mañana jueves 23 de febrero a las 10 am". 23 de febrero. "Todavía no se ha producido la transferencia a la cuenta de la compañía". Estas son algunas de las notificaciones que, casi cada noche, los más de 200 trabajadores de la compañía tecnológica Jeff reciben en sus correos, con la esperanza de que mañana aparecerá algún euro de su salario en la cuenta del banco.
Sin embargo, ya son más de siete meses sin cobrar, en un escenario que ha generado problemas no solo monetarios. También de depresión, ansiedad y de conflictos familiares por la tensión de no saber cuándo se solucionará el problema."Nuestra vida está en pausa, nos piden esperar eternamente", explica Mario, nombre ficticio de un trabajador de la compañía, quien reflexiona sobre la hipoteca que supone vivir desde agosto sin ingresos salariales y con una promesa que les mantiene en vilo desde entonces.
El día 3 de febrero, cuando la compañía tecnológica de franquicias anunció una ronda de 90 millones de dólares -83 millones de euros al cambio-, los trabajadores respiraron aliviados. Una fecha como deadline para el cobro, el 16 de febrero. Una de tantas, que pasó al día 21 y de ahí, un constante mañana de "faltan papeles", "permisos" y "la transferencia aún no se ha hecho". Fondos como DXVentures, Clean Ventures, Stelac, o Prism, y socios ya existentes en su capital como Nalpa o Alcor secundaban una ronda que todavía no es efectiva en la cuenta de Jeff.
"Este problema no viene de hace siete meses, sino de hace un año y medio atrás. En agosto de 2021 empezamos a cobrar fuera de fecha, el 17 o el 21, cuando la fecha de pago era máximo el día 5", señala. "Cobrábamos con 15 o 20 días de retraso, con promesas de una ronda que iba a entrar en octubre, noviembre y diciembre de 2021", recuerda. "Cobramos el mes de abril en fecha, hasta julio. En agosto de 2022 cobramos el 7 de agosto. Ya en septiembre, no cobramos".
En una entrevista a Valencia Plaza, el CEO de la compañía, Eloi Gómez, señalaba que en 2023 buscan encontrar el camino de la rentabilidad centrándose en su negocio de origen, las franquicias de lavanderías. Sin embargo, el escenario es límite para muchos empleados, que están a la espera de juicios por los impagos que se demoran, en algunos casos, hasta 2024. "No podemos tener esta situación en la que gente esté siete meses sin cobrar, sin poder ir al paro, y que tengamos que tener la obligatoriedad de seguir trabajando", lamenta Óscar, latinoamericano que no se ha enfrentado nunca a esta situación a pesar de vivir en países con mucha menos seguridad jurídica.
"Están jugando con la familia y la salud. A mí esto me ha envejecido 10 años. Cada día que debe haber comunicación hay pánico. Mucha gente de recursos humanos se ha ido yendo a lo largo de los últimos meses porque ya no podían seguir mintiendo a los empleados. Hay gente que desde el primer día que empezó no le pagaron, la carga laboral es alta, con herramientas muy pobres y mucha gente de la empresa viene de otros países", recalca Óscar. A éstos les acompaña Juan (también nombre ficticio), cuya mujer está en paro, ha sacado a su hija de la guardería y tiene una hipoteca de 400 euros. "Nos hemos fundido los ahorros", lamenta.
Las cuentas de la tecnológica - Mr Jeff Labs SL- llevan con números tensos desde 2019. Fue en ese año cuando perdió 15,8 millones de euros. Ahora, el total de las cifras ha salido a la luz con las comunicaciones que la compañía ha realizado a los trabajadores para ejecutar un ERE que finalmente afectará a 103 personas, más de la mitad de la compañía. Ésta, con 1.000 franquicias operativas según datos de su cofundador, ha ido facturando menos año a año, acuciada por la pandemia. En 2020, 7,7 millones, un 13,5% menos, y en 2021, 5,9 millones, un 23,4% menos.
En 2020, la compañía ya perdía 17,2 millones. Mientras, en el último ejercicio completo, 2021, la empresa perdió 36,7 millones de euros -19,5 millones más de números rojos que el año anterior-. "La sociedad, a 30 de octubre de 2020, ha continuado con la tendencia registrada en los años previos, resultando insostenible a fecha actual las pérdidas registradas, que deben adicionarse a la situación de pérdidas continuadas de los años previos". En 2022, las pérdidas provisionales son de 15,5 millones.
Según señalaba el CEO de Jeff en la mencionada entrevista a Valencia Plaza, la compañía llega a esta situación tras tener comprometida una ampliación de capital firmada el 27 de julio y que dos fondos diferentes no cumplan con el desembolso. "El año pasado hubo mucha incertidumbre en el mundo, el mercado se cerró, también para nosotros. Sé que no somos la única compañía que ha pasado por esto en verano. Trabajamos en soluciones desde el primer día. Conseguimos un compromiso para tener el capital a final de octubre, pero desgraciadamente hemos tenido que luchar primero con al situación coyuntural y luego con retos puramente burocráticos", señalaba.
Respecto a la parte de negocio, apuntaba a la variedad de verticales -lavandería, belleza y peluquería, entre otras-. "Creíamos que diversificar en más mercados y productos nos prometía abrir puertas y sinergias, creo que haber lanzado los verticales fue una mala decisión, pero nadie sabía que venía el covid. Entonces, tomamos decisiones de compra de compañías de industrias, lanzar una vertical cuesta dinero, si no tienes una masa crítica pierdes por cada línea de negocio que lanzas. Dos equivocaciones fueron no buscar capital de otra forma y lanzar los verticales antes de covid. Eso nos ha penalizado mucho durante todo el proceso", señalaba.
En la entrevista a Valencia Plaza, Gómez apuntaba a un ERE en el que los trabajadores "puedan tener una salida con una compensación interesante". Según estima uno de los empleados con los que habló este medio, para alguien con un sueldo de 24.000 euros al año, deberían pagarles en el entorno de 25.000 euros con una compensación prometida de 1.000 euros por mes de retraso, finiquito y nóminas atrasadas, lo que hace que muchos se mantengan en la empresa, a la espera de ver recompensado su trabajo de éstos meses.
Sin embargo, muchos no acaban de ver claro el firmar un despido en el que se incluye una cláusula que les podría dejar al descubierto. "El suscrito trabajador cesa en la prestación de sus servicios por cuenta de la empresa y recibe en este acto la liquidación de sus partes proporcionales en la cuantía y detalle que le expresan al pie, con cuyo percibo reconoce hallarse saldado y finiquitado por todos los conceptos con la referida empresa, por lo que se compromete a nada más pedir y reclamar", recoge. Una cuestión que ha indignado a trabajadores incluidos en el proceso, que no esperan recibir el importe de forma inminente hasta que no lleguen los fondos.
"Nuestra vida está en pausa"
"Nuestra vida está en pausa. Como en la pandemia, pero en vez de estar todos en pausa solo lo estamos nosotros. La gente sigue viviendo con normalidad, pero nosotros estamos retrocediendo. Hay gente que está perdiendo su casa, que tenía su casa y ha tenido que irse a una habitación. Gente que tenía su casa en su país viviendo aquí y que la ha tenido que dejar", relatan.
"No puedes salir de tu casa, a comer, ni celebrar una Navidad, no puedes invertir en nada. Yo tengo mi coche roto desde agosto del año pasado y el mecánico está esperando que vaya a buscarlo, pero no puedo pagarlo. Hemos pedido créditos, con la hipoteca que supone a futuro. La situación es gravísima y cada vez se agrava más. Pero, ¿hasta cuándo vamos a esperar?", señala. A la pregunta -tal vez demasiado obvia y fácil para quien no lo vive- de por qué no se marchan de la compañía, aseguran que hay "muchas razones".
"Hay mucha gente que incluso quería seguir, porque da facilidades de teletrabajo que no sueles encontrar. Parte de esa gente ya ha pasado por esta situación unos cuantos meses. Luego, hay trabajadores que no quieren dar a conocer su situación. Otros que se ven en un mercado laboral limitado y no están encontrando un trabajo con el que poder compaginarlo. Luego, hay otro porcentaje de gente que dice, si me voy, no me van a pagar", reconoce Óscar."Jeff también nos ha sabido retener con unas compensaciones que prometen pagar y lo ven como una solución", asegura.
Mientras, la comisión negociadora del ERE sigue con sus comunicaciones que no aportan tranquilidad. "Si en cualquier momento entran los fondos, la empresa procederá a abonar las cantidades pactadas. Si dichos fondos no acabasen entrando, la empresa procedería a extinguir la totalidad de los contratos, no abonando las cantidades. En este supuesto, lógicamente, se entendería que no ha existido acuerdo entre las partes en esta negociación mantenida", señalan.