VALENCIA. Ford Almussafes y el extenso parque de proveedores generado al calor de la multinacional americana cuentan con una mano de obra muy productiva pero, a la par, difícil de encontrar en según qué puestos de trabajo. Estas fueron fue algunas de las virtudes y carencias subrayadas este martes en el desayuno empresarial sobre el Futuro de la Automoción en la Comunitat Valenciana organizado por Ibercaja y Cierval.
El encuentro contó con la participación de Marisa Montoya, supervisora de lanzamiento de nuevos modelos en Ford España; Antonio Manzano, director de desarrollo de I+D del Grupo Faurecia; y Juan Carlos Mena, director general de Kamax y presidente de Aimme.
Las presentaciones corrieron a cargo del responsable de Instituciones de Ibercaja, José María Santos Figueroa; el secretario general de Cierval, Javier López Mora; y el vicepresidente de la comisión de I+D+i de CEOE, Raúl Natividad.
La primera intervención fue la de Carlos Mena. El director general de Kamax recordó los inicios de su firma, que fue absorbida por la multinacional que le da nombre en 1980, cinco años después de la llegada de Ford a Almussafes.
"¿Por qué nos compraron? Aquí estaba Ford, también estaba el potencial de Seat... y entonces España era un país de salarios bajos. Pero esto ha cambiado completamente", explicó.
Ahora, con las amenazas de Europa del Este y África, donde se pagan salarios más baratos ¿por qué sigue siendo rentable fabricar en España?", se preguntaba el dirigente. "La respuesta es la competitividad", añadía.
"A nivel de recursos humanos siempre estamos dispuestos a dar un poquito más. Somos muy dinámicos, y eso es un valor añadido que tenemos", añadía al respecto Marisa Montoya.
La supervisora de lanzamiento de nuevos modelos de Ford España recuerda que, en sus inicios en el sector de la automoción, la mayoría de los proveedores de la marca del óvalo eran extranjeros.
"Ahora, cada vez más, son españoles. Se nota el buen trabajo que están haciendo los profesionales en este país, tenemos el tejido necesario y mano de obra capacitada", explica. Por contra, Montoya saca a la palestra una de las principales carencias del sector: el reducido número de profesionales de determinados perfiles. "Tenemos la amenaza de que el personal que formamos se nos puede ir", indica.
En la misma línea, Antonio Manzano ensalza el potencial del sector de la automoción en España. "Te dabas cuenta al viajar de que ni nosotros íbamos tan justos ni el resto era tan brillante. Nada puede más que la ilusión por hacerlo bien", asegura.
El director de desarrollo de I+D de Faurecia subraya que algunas industrias que se han deslocalizado en China se están encontrando con problemas "que no existían cuando se comenzó a trasladár la producción allí. "Tienen problemas de calidad, de conectividad horaria...", enumeraba.
En cuanto a la formación de profesionales, Manzano lamentaba "que no haya ninguna universidad española en las TOP 150 del mundo". "Si no somos capaces de sacar profesionales adaptados a las necesidades futuras contamos con una carencia importante en este aspecto", añadía.
Por su parte, el vicepresidente de la comisión de I+D+i de CEOE, Raúl Natividad, que actuó de moderador del debate, resumió que las exportaciones de la Comunitat, lideradas por la automoción, viven un momento "boyante" tras haberse multiplicado "por tres".
En la misma línea, el dirigente subrayó la eficiencia de este sector en España. "Somos los segundos en producción en Europa -sólo por detrás de Alemania- pero sextos en cuanto a puestos de trabajo. Esto dice mucho de nuestra productividad, porque con muchos menos empleos logramos estar ahí arriba. Esta es la clave que garantiza el futuro de la automoción en el país", detalló.
En el desayuno intervinieron otros invitados del sector, como Domingo Ochoa, presidente de Industrias Ochoa, que explicó que en México, donde opera su empresa, resulta más barata la producción de menor elaboración. "Pero cuando requieren más valor añadido, nos sale más caro que en España", añadía.
Por su parte, el presidente del grupo Matrival, Felipe Peña, contó su andadura en Tánger, donde montó una fábrica de matricería en la que finalmente desinvirtió. "El problema es la mano de obra. Hay que formarla, y eso cuesta dinero; o llevársela de España, y eso también cuesta dinero. Y ojo, la falta de profesionales también es un problema de España, que aquí formas durante cuatro años a un ingeniero y después llega una multinacional y se lo lleva por más dinero", explicó.
"En España es más difícil encontrar a un fresador o a un matricero que a un cirujano cardiovascular. Sigue sin formarse a gente de forma específica. Nosotros contratamos continuamente a ingenieros, pero no vienen orientados a este sector. Se sigue formando sin tener en cuenta las salidas", criticaba en esta línea Pablo Pales, de Prototec Group.