El 48% de los emprendedores

Emprendedores en serie: cuando el objetivo es vender la empresa antes de consolidarla

23/10/2017 - 

VALÈNCIA. Cuando se pregunta a los emprendedores qué querían ser de pequeños, 6 de cada 10 responden que siempre han querido serlo. Otra peculiaridad es que casi la mitad de ellos, el 48%, lo son en serie. Un porcentaje muy similar al europeo, mientras que en Latinoamérica aumenta hasta el 54%. Además, en nuestro país, un 4% de emprendedores ha creado más de 4 proyectos. Los datos se recogen en el Mapa del Emprendimiento 2017 presentado por Spain Startup con motivo de la última edición de South Summit para cuya elaboración se tuvieron en cuenta 1.585 proyectos de los 3.516 presentados a la competición.

Obviamente, hablar de 4 emprendimientos para una sola persona ha de asociarse a la escasa longevidad de las empresas de nueva creación ligadas al entorno de las startups. Se sabe que, de éstas, sólo el 5% de las que nacen superan los 3 años de vida y que las que sobreviven no pasan de los 13 años. Hay quien incluso anticipa la mortalidad a los 10 años de su creación, como Oriol Amat, catedrático de economía financiera de la Universidad Pompeu Fabra. 

Con esta perspectiva, normal que muchas de las startups no duden en aceptar la primera propuesta de adquisición que les llegue de alguna gran compañía. De hecho, las hay que parecen nacer ya con estas miras. El entorno de las startups y su manera de proceder favorece el crecimiento del tipo de emprendedor que algunos consideran impulsivo, puesto que parecen moverse más por el interés de lanzar nuevos negocios que el de consolidarlos. No por ello dejan de estimar a quienes conciben la empresa a largo plazo, con mayor sosiego y ambición de comprar más que de ser comprada. “Yo admiro a los valientes que en lugar de esperar a que les compre una multinacional la crean ellos. En este sentido, para mí Amancio Ortega es un dios”, declara Jesús Alonso Gallo, quien anda ya por su quinto emprendimiento.

Tipos de emprendedores

También Jaime Sánchez-Laulhé, fundador y CEO de Geoblink, distingue entre dos tipos de emprendedores actuales. “Estamos a quienes nos gustaría vivir de esto durante muchos años y quienes se plantean montar una empresa, crecer y hacer una salida en 5-7 años. Si vas a un fondo tienes que tener todo esto claro desde el principio”. 


Tomás Santoro, CEO de SumaCRM, dice identificarse con el primer tipo, “de los que quieren vivir de esto porque les encanta lo que hacen y se proponen hacer algo más feliz la vida de otros, en nuestro caso las pequeñas y medianas empresas”. Este es el motivo por el que renunciaron a una oferta de adquisición por un millón de euros a los 12 meses de haber lanzado la compañía, opción que no desecharía en el supuesto de hallar un comprador que se ajustase a sus aspiraciones.

Lejos está la visión pragmática de Alonso Gallo. “Lo que yo he querido siempre ha sido ejecutar ideas, hacer algo valioso y que el mercado lo valorase tanto que llegase el punto de que alguien lo quisiera comprar. Ese ha sido mi enfoque desde el principio”. Con las cosas tan claras, normal que lograse vender dos proyectos a otras tantas multinacionales, una dentro del sector de videojuegos, y otra, restaurantes.com, al Grupo Michelin. No por ello se ha desligado de esto del emprendimiento donde sigue como inversor, con 9 startups participadas actualmente, y creando, a sus 54 años, su quinto proyecto.  “Yo siempre digo que he sido empleado, emprendedor e inversor en serie. Lo que nos diferencia es esa ilusión por conseguir metas y ver tus sueños convertidos en realidad. Y yo me he dedicado a vivir mis sueños en cuerpo y alma”, dice.

La eficiencia del capital

Otra de las cosas que sostiene Oriol Amat es que la clave de la longevidad de una empresa radica en mantener una política financiera conservadora. Ello implica vigilar el endeudamiento, pero también las inversiones, a las que pocas startups parecen renunciar de antemano. Crítico en este sentido es también Alonso Gallo. “Yo en esto, como Martín Cabiedes, defiendo la eficiencia de capital. No entiendo a esas startups que empiezan pidiendo 1 o 2 millones para crecer. No es fácil gestionar tanto dinero. Empieza por 100.000 euros, gestiónalo bien, y luego, si te hace falta, pide otros 200.000”.   

Pero lo cierto es que no todas pueden controlarse. Saben que, para ser empresas codiciadas, además de ofrecer una ventaja competitiva o un modelo de negocio disruptivo, el crecimiento tiene que ser rápido y exponencial, más allá del mercado local. Es entonces cuando empiezan a llegar propuestas de inversores u ofertas de adquisición por parte de multinacionales a las que no todos saben resistirse, aunque ello suponga morir de éxito.

Y después de vender ¿qué?

Pau García Milá, actual CEO de Ideafoster , consiguió vender en 2014 su anterior proyecto, EyesOs, a Telefónica. Actualmente, la startup ha sido absorbida y ya no se comercializan sus productos. Aún así, García Milá dice seguir pensando “que recibir una oferta de adquisición por parte de una corporate es una gran oportunidad para una startup. La situación de la plantilla mejoró notablemente y las condiciones de trabajo también. Al fin y al cabo, una vez que acudes a financiación, lo mismo te da reportar beneficios para una compañía que para unos inversores”. 

Cierto que vender una empresa antes de que empiece a languidecer el progreso de la facturación puede interpretarse como un logro puesto que supone haber alcanzado un objetivo después de demostrar unos resultados exitosos. “Esto nunca es una casualidad: cada vez que se hace crecer una nueva compañía, sea del sector que sea, es más fácil repetir el triunfo”, opina David Tomás, CEO de Ciberclick. Tal vez por atención a esta máxima, García Milá prefirió montar otro proyecto en lugar de integrarse con su startup en la estructura de Telefónica. Y, como él, muchos más.

“Pues después de vender puedes hacer dos cosas: coger el dinero, guardarlo en el banco y seguir trabajando como empleado para la multinacional que ha comprado la empresa que tu creaste, o coger el dinero, marcharte y seguir emprendiendo, que es lo que yo hice. Eso ya depende de la raza que seas”, concluye Alonso Gallo.