El campo sigue apostando por la innovación extractiva y transformadora  

¿Emprender a lo urbano o a lo rural?  

4/07/2016 - 

VALENCIA. Los valores y las percepciones emprendedoras son muy similares en la España rural y en la urbana pero el informe GEM de 2013, que mide la capacidad empresarial en las distintas regiones y países, ponía de manifiesto que el emprendimiento en los entornos rurales nacionales es, con un 29,8%, superior al urbano, con un 26,1%.  En cuanto al ámbito de actuación, mientras que la actividad empresarial rural se inclina más hacia el sector extractivo y transformador, en las ciudades se decantan mayoritariamente por el sector servicios, con una apuesta más arriesgada por la innovación tecnológica y la competitividad.

Sin embargo, la sensación general es que el emprendimiento rural está desarropado y juega con desventaja. “El emprendedor rural no cuenta con un ecosistema de apoyo como el que disfrutan en las ciudades, repletas de incubadoras, aceleradoras, charlas y canales de inversión”, declara Agustín Valentín-Gamazo, CEO de Enviroo https://enviroo.com/ , organización especializada en emprendimiento verde y social. Para suavizar el desnivel, Enviroo quiere trasladar al campo iniciativas como la de Greenweekend que estimulen la aparición de proyectos innovadores en estos entornos.

Otras barreras

Por su parte, desde el Consorcio Eder http://www.consorcioeder.es/ que integra a 26 municipios de la ribera Navarra para fomentar el desarrollo integral de la zona, detectan otros déficits. El primero sería una menor presencia de infraestructuras en cuanto a accesos, carreteras, ferrocarril o ADSL. Lamentan también mayor dificultad en la búsqueda de clientes y de financiación. “Exceptuando el momento de crisis en el que nos encontramos, y en el que hay dificultades para encontrar financiación en todos los ámbitos, en una pequeña localidad, normalmente, hay una, dos o tres entidades bancarias diferentes, mientras que en una ciudad, existen muchas más entidades financieras, por lo que la opción para elegir una u otra también es más amplia”, aclara María García Arellano, técnico de proyectos de la aceleradora Orizont , http://www.orizont.es/  . “También están las barreras psicológicas entre el mundo rural y el mundo urbano, este último con una mentalidad mucho más abierta”, dice la técnico.

Y eso a pesar de que la Comunidad Foral de Navarra es una de las pocas que cuenta con una aceleradora sectorial especializada, en este caso, en la actividad más robusta de la región, el sector agroalimentario. El centro ejerce de manera efectiva como herramienta de impulso al tejido empresarial y al el ecosistema de la zona.

Cómo lo ven ellos

Los mismos emprendedores rurales, sin embargo, parecen tener una visión menos excluyente de su situación. “Creo que es igual de complicado emprender en entornos rurales que urbanos. En ambos casos nos encontramos con los mismos problemas, bien seas autónomo o pyme. Tienes que crear un buen proyecto, demostrar que es rentable y conseguir que alguien crea en él para obtener financiación y desarrollarlo”, declara Ricardo Gil Casanovas, arquitecto técnico y socio de Agua de Niebla http://aguadeniebla.com/, una empresa canaria que embotella agua que extrae de las nubes mediante un ingenioso sistema de captación. “Nuestro manantial está en el cielo”, dicen.

Este proyecto, además de ser reconocido con otros premios, fue seleccionado por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente para representar a España en la Expo Internacional de Milán dentro del apartado de Innovación Agraria.

Caso de éxito en el sector transformador

Y si el proyecto canario se inspira en un modelo de negocio que se basa en la extracción, en el otro tipo de emprendimiento rural ya mencionado, el de la transformación, cuenta también con ejemplos memorables. Uno de ellos se ubica en la población de Las Pedroñeras (Cuenca), la ciudad de ajo. Tras un largo proceso de investigación en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha, esta localidad, que no llega a los 7.000 habitantes, vive un renacimiento industrial gracias a la comercialización del ajo negro. El producto original llevaba un tiempo sufriendo graves caídas de precio en el mercado, pero ahora se ha puesto de moda gracias a un procesamiento de fermentación controlada que cambia no solo el color, sabor y olor del producto original sino también sus propiedades nutricionales.

Jesús, integrante de la cooperativa Ajo negro de Mousehill http://ajonegrodemousehill.com/  comenta lo difícil que fue introducir valor añadido a un producto más que trillado y en medio de un entramado empresarial sustentado por el mismo producto. “Nos ha costado hacernos hueco”. Luis José García, antiguo gerente de la empresa familiar RegarAgricola y premio Joven Empresario de Cuenca, se sumó al proyecto que empieza a abrirse puertas ya en los mercados internacionales.

Urbanos que migran al campo

Pero junto a los emprendedores que apuestan por sus localidades natales para lanzar proyectos, observaba Valentín-Gamazo la aparición de otro tipo de emprendedores que optan por abandonar el ámbito urbano y, en busca de un nuevo tipo de vida, trasladan su residencia al campo. 

Algunos lo hacen para trabajar desde allí, valiéndose de la tecnología, pero otros desembarcan con el proyecto hecho. El diseñador gráfico José Delgado podría servir de ejemplo. Este abandonó Madrid para montar A paso lento http://apasolento.com/ , un negocio en la comarca de la Vera (Cáceres) que define de “turismo slow” dado que lo que ofrece son recorridos en carreta, decorada al estilo de antiguas caravanas europeas, y a un ritmo de 5 km/h. Este es sólo uno de las múltiples iniciativas que giran en torno al turismo rural.

Pero también han surgido en la ciudad proyectos con soluciones tecnológicas trasladadas al campo. Es el caso de Cropti http://cropti.com/, una herramienta para la gestión agraria ideada por Eugenio Fernández. Se trata de una aplicación web y móvil que permite a los agricultores llevar al día, de forma sencilla y desde cualquier dispositivo, la documentación relativa a la actividad agraria, lo que se conoce como cuaderno de campo.”Tratamos de romper la brecha digital existente en el mundo rural con una aplicación pensada y diseñada por agricultores. También era consciente de la necesidad de tecnificar el campo y sacar partido a los avances tecnológicos para mejorar la eficiencia y la competitividad del sector agro”, declaraba el promotor del equipo de Cropti que integran un grupo de compañeros universitarios de Madrid.