En tu ofi o en la mía: Sporting Club Russafa
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Cuando un colectivo teatral necesita un acomodo a partir del cual hacer desfilar sus próximos desvelos
Lugar: Miss Panamá Dirección: Calle Joan Mercader nº34 bajo (El Cabanyal) Metros cuadrados: 280 m2 Personas: 7 Año de inauguración: 2018
VALÈNCIA. A estas alturas ya sabemos que si algo gusta en ‘En tu ofi o en la mía’, eso es desvelar qué había antes de. Lo que había antes de los pagos de Miss Panamá -lugar, pero también colectivo teatral; colectivo teatral, pero también lugar- era una antigua carpintería de aluminio y puertas motorizadas. El trasfondo perfecto, aunque un tanto inimaginable, para que el espacio en la calle Joan Mercader de El Cabanyal terminara virando en destino de trabajo y espectáculo de una compañía vibrante.
Sus básicos rosa palo y color canela revisten la identidad de Miss Panamá, el alter ego de una manera de estar en el mundo con el riesgo por montera de poder equivocarse. La joven compañía se creó en 2015 dirigida por María Salguero con la escenógrafa Blanca Añón.
Los techos altos, el espacio diáfano, la luz natural, la terraza con mesillas y sombrilla, puede cobijar a 17 personas bajo una fórmula de sumatorio que se ha convertido en habitual para encarar el trabajo en conjunto: “Buscábamos un espacio en el que Blanca (Añón) pudiera tener su estudio-taller de diseño de escenografía y que a la vez sirviera como sede de nuestra compañía teatral y lugar para llevar a cabo nuestras producciones. Se nos presentó la oportunidad de gestionar la nave planteando el proyecto como un espacio de coworking y una sala polivalente y no nos lo pensamos demasiado”.
En esas, pululan por la nave objetos como venidos de otra dimensión, mostrando que pocas cosas tras esta apariencia de antiguo taller se descifran a la primera. “Tenemos una venus de la fertilidad de arcilla que iba a ser inmolada en una performance en la inauguración de la nave a cargo del actor Julian Hackenberg -que también forma parte de Colectivo Miss Panamá-”. Finalmente el público indultó a la venus y permanece en una estantería compartiendo vecindad con un Ekeko argentino, “un amuleto de abundancia, suerte y dinero. Juntos hacen muy buena pareja aunque lo que es funcionar… no funcionan del todo bien todavía”. Todo llegará.
Opuestas a los emplazamientos donde la decoración “parece salida de pinterest, sin luz natural, lugares en los que no conoces a la mitad de la gente a tu alrededor, con mesas pequeñas y apiñadas”, reivindican los “espacios diáfanos y amplios, con mucha luz natural, una agradable terraza con plantas para los descansos, una buena cafetera, lugares donde ir a tomar algo al finalizar la jornada… todo lo necesario para convertir tu lugar de trabajo en un segundo hogar, como es nuestro caso”.
Imbuidas de tanto en tanto en horarios intempestivos antes de una producción, Miss Panamá suele acoger o promover “talleres y ensayos de muy diversa índole, desde talleres de defensa personal feminista, suelo pélvico, teatro punk, sexualidad inclusiva, hasta rodajes o reuniones de vecinos del barrio”.
Confucio inventó la confusión y Miss Panamá se rapropió de la nave.
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