En este sentido, Enria ha explicado que el mayor retardo en aumentar la retribución de los depósitos también está vinculado al exceso de liquidez de los bancos en comparación con sus reservas, señalando que las entidades que ya han comenzado a trasladar significativamente el aumento de tipos a los depositantes "son los que tienen un exceso de liquidez más reducido". De este modo, en un contexto actual en el que el exceso de liquidez también disminuirá las entidades, el presidente del Consejo de Supervisión ha afirmado que confía en que "la transferencia se acelere en los próximos meses".
Asimismo, el italiano también ha señalado que el ritmo de traspaso de las subidas de tipos a los depósitos también refleja las diferentes condiciones competitivas en distintas partes de la Unión, algo que ha vinculado al estancamiento en la evolución transfronteriza del sector en Europa. "Así que espero que haya más competencia en los próximos meses. También en los depósitos de los hogares, que son los que menos se están beneficiando de la subida de tipos de interés", ha afirmado.
En una línea similar, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, auguraba este martes durante su intervención en el Encuentro del sector financiero, organizado por Deloitte y ABC, que "antes o después" se acabará produciendo un incremento del coste de los depósitos, ya que el cuando el BCE sube los tipos de interés, "lo hace para el activo y para el pasivo". De tal modo, exministro español ha advertido de que, si bien una medida del impacto de la política monetaria es la demanda de crédito, también existe otro canal de actuación a través de "hacer más atractivo el ahorro versus el consumo". "Si no suben los tipos de interés de los depósitos, entonces este segundo canal se verá de una forma dificultado o imposibilitado", ha apuntado.
Impuesto a la banca
A pesar de estas declaraciones, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, celebrada el pasado 26 de octubre, la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, recordaba que no es labor del BCE fijar las tasas a las que las entidades prestan ni remuneran los depósitos. "Nuestro trabajo en el BCE y en los bancos centrales nacionales es fijar los tipos a los que se financian los bancos y otras entidades. Nuestro trabajo no es fijar las tasas a las que prestan", indicó, añadiendo que se trata de un problema que ocurre en varios países de la zona euro, cuyas soluciones las aportan el poder de los propios consumidores, las autoridades de competencia, "pero no es un área en la que el BCE o el correspondiente banco central nacional puedan realmente tomar medidas".
Por otro lado, el italiano ha defendido la necesidad de que en los casos en los que los gobiernos decidan introducir impuestos al sector bancario los gravámenes "no sean en detrimento de la rentabilidad y el fortalecimiento del capital". A este respecto, ha defendido que, si bien existe la percepción de que los bancos están obteniendo ganancias extraordinarias, las entidades no están ganando su coste de capital, y esto hace que el mercado perciba que no son lo suficientemente rentables ni atractivas.
"El hecho de que haya impuestos adicionales también cristaliza esta percepción de que cada vez que los bancos obtienen ganancias, habrá alguien que entrará y las sacará. Y esto no beneficia especialmente el atractivo de los bancos europeos", ha apuntado. De tal modo, como supervisor, Enria ha reconocido su preocupación por la cuestión de las valoraciones de los bancos y el atractivo inversor de las entidades porque, como se vio en el caso del Silicon Valley Bank, si los precios de las acciones están deprimidos y los bancos no son atractivos, es muy difícil conseguir capital. "Entonces ese es un problema de estabilidad para mí", ha advertido.
Por otro lado, el italiano ha señalado que esta clase de impuestos se introducen como temporales, aunque luego tienden a permanecer por un periodo de tiempo más largo, por lo que ha subrayado la importancia de cómo se construyen. Muchos de estos impuestos se dirigen a los ingresos por intereses, no a las ganancias, lo que significa que no tienen en cuenta elementos adicionales que afectan la rentabilidad del banco, como el aumento de los costes de personal debido a la inflación y el aumento de las necesidades de provisiones, porque los tipos de interés más altos también cubren un mayor riesgo en su balance, ha indicado. "Por eso es importante que, si hay intervenciones en este ámbito, no sean en detrimento de la rentabilidad y el fortalecimiento del capital", ha apostillado.