VALÈNCIA. El adelanto electoral de Pedro Sánchez obliga a las fuerzas políticas valencianas a dejar por unos instantes los asuntos referentes a los comicios autonómicos y ocuparse de las circunstancias estatales. Una de ellas, fue puesta sobre el tablero el mismo día que el líder del PSOE anunció el avance de la cita con las urnas: el pacto entre los miembros del Botànic ofrecido por Compromís para concurrir conjuntamente al Senado.
Precisamente lo acelerado del ofrecimiento en este caso de la coalición valencianista erizó las orejas de las socialistas. Tal e inmediata muestra de buena voluntad solo podía significar una cosa: problemas. Y en parte así es. Compromís, Podem y PSPV -los socios del Botànic- acariciaron concurrir conjuntamente a las elecciones generales de junio 2016: una posibilidad que la dirección socialista capitaneada por Pedro Sánchez se encargó de desbaratar por la falta de sintonía con sus intereses estatales.
Este hecho molestó sobremanera a Ximo Puig y los suyos, que retiraron su respaldo al secretario general del PSOE y pasaron a formar parte de la insurrección que terminaría con la caída de Sánchez en otoño de ese mismo año. Ha pasado mucho -y poco- tiempo de aquello y los mismos protagonistas pueden encontrarse ante la misma situación aunque el escenario ha cambiado.
Por un lado, así lo señalan fuentes socialistas, Puig sería partidario a priori de esta posibilidad pero existen diversos factores que juegan en contra de esa opción. Para empezar, sin ir más lejos, las dudas razonables de que la dirección federal del PSOE acepte de buen grado ese acuerdo. Sobre esto, es preciso reseñar que Ferraz debe autorizar un pacto de estas características y a la formación socialista puede no interesarle esta confluencia en el marco estatal.
Es más, tampoco queda claro -no había consenso entre los diversos dirigentes consultados- que ahora mismo sea lo que convenga el PSPV. Un pacto de esta formación con Compromís-Podem a menos de un mes de las elecciones autonómicas conllevaría la imagen de una especie de anticipo de un nuevo Botànic. Una idea que, aunque es la hoja de ruta prioritaria de Ximo Puig, no es la única que puede estar sobre la mesa para los socialistas valencianos.
Así, fuentes próximas a Puig admiten que tampoco quieren descartar un posible pacto con Ciudadanos si los números ofrecen la opción de mayoría absoluta entre estos dos partidos. Un hipotético pacto que podría verse dificultado por haber confluido en las generales con la citada alianza de izquierdas al Senado.
Por otro lado, las circunstancias en esta ocasión son algo más favorables para el PSPV en el escenario de concurrir en solitario. Así, en 2016 los socialistas venían de ser ampliamente derrotados en las generales por la coalición entre Compromís y Podem, por lo que un pacto al estilo Entesa (así se llamó hace años) hubiera propiciado un reparto de senadores entre las distintas siglas confluyentes. El pacto, abortado por Sánchez, dejó al PSOE concurriendo en solitario y perdiendo a todos sus representantes en la Cámara Alta a manos de la alianza entre Compromís, Podem y EU.
Ahora, no obstante, quizá la opciones para los socialistas en solitario no fueran tan bajas. Podem no atraviesa un buen momento y Compromís se enfrenta al reto de no acusar una cita electoral de carácter estatal con el despliegue mediático que suele favorece a las siglas nacionales. Unos factores que pueden animar las posibilidades del PSPV de cara a concurrir sin sus socios del Botànic.