La directora general de Transparencia hace un recorrido sobre el camino hecho hasta ahora en la conselleria y sobre la hoja de ruta del próximo semestre. Además, habla del papel de su departamento en los informes que provocaron la salida de dos altos cargos del Gobierno valenciano
VALENCIA. La Conselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación fue una de las condiciones impuestas por la coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, para sellar el Pacto del Botánico. Un departamento que puso bajo la batuta de uno de sus mentores, el profesor de Derecho Constitucional Manuel Alcaraz.
Partiendo desde cero y sin presupuesto ni personal asignado, los primeros pasos de este departamento fueron complicados. No obstante, un año después se han convertido en una conselleria relevante, con marca propia en el nuevo Gobierno valenciano: para unos, un quebradero de cabeza constante por sus constantes requerimientos; para otros, una especie de departamento de 'Asuntos Internos' con poder para poner a un alto cargo contra las cuerdas si hace algo inapropiado. Aunque no son pocos los que siguen dudando de si el área de Transparencia tiene la entidad suficiente para ser una conselleria, todos coinciden en que la materia debía tener un protagonismo notable tras 20 años de gobierno del PP.
Para hablar del camino recorrido y de la hoja de ruta de la conselleria para los próximos meses Valencia Plaza se reúne con Aitana Mas (Crevillent, 1990), directora general de Transparencia y Participación. Ingeniera, exconcejal y militante de Iniciativa, encabezó la lista de Compromís por Alicante para el Congreso de los Diputados en 2011. Ahora, lidia con los problemas de la gestión diaria en una conselleria que algunos calificaban en privado de 'maría'.
-¿Qué balance hace del primer año en la Conselleria? ¿Cree que el Gobierno valenciano ha cumplido en general los objetivos del semestre marcados en el Seminari de Morella?
-Bastante bueno aunque en Morella no se tuvo en cuenta la realidad administrativa de los procesos burocráticos eternos. Quizá pecamos un poco de ambiciosos y de ilusos sobre esto aunque al final la verdad es que el 90% se ha cumplido o está en ejecución y esto es positivo.
-¿Cómo valora el nivel de concienciación de altos cargos y funcionarios acerca de la Conselleria tras las reticencias iniciales?
-No creo que hubiera reticencias de altos cargos en sí. Nos ha cogido un año difícil en cuanto a organización interna de la Generalitat por el cambio de dinámicas de trabajo. Cuando entras a mover todo después de 20 años de un gobierno y una forma de trabajar establecida, además con un proceso nuevo como el de Transparencia, es lógico que haya una carga adicional de trabajo. El problema más grande que tenemos es los medios informáticos, puesto que necesitamos actualizarlos porque si no el portal no se puede alimentar de forma automática. Yo quiero que toda la información que tenga que estar en el portal no suponga una carga de trabajo adicional para ningún departamento sino que se cargue de forma automática y se vuelque. Pero eso no puede ser, porque muchas aplicaciones de la Generalitat están obsoletas porque durante muchos años no se ha apostado por una Administración electrónica... Ese trabajo previo no se ha hecho e implica una sobrecarga. Por eso pedimos un poco de paciencia pero con la ayuda de la Dirección General de Tecnología de la Información y de la Comunicación esos trámites se ahorrarán.
-¿Cuáles son esas urgencias informáticas?
-Estamos ultimando la aplicación para los convenios para septiembre, que también vendrá adaptada para poder remitir datos al Estado, algo que también haremos con la aplicación para subvenciones. Además, estamos trabajando en la del back office para mejorar la gestión interna respecto al acceso a la información pública. En definitiva, que las consellerias reciban organizada y automáticamente las peticiones de información pública a través de GVA Oberta.
-¿Dónde vio las mayores carencias en Transparencia cuando llegó al puesto? ¿Quizá en alguna empresa pública o fundación?
-Bueno, por ejemplo, a la hora de implementar los portales nos hemos puesto en contacto con la Dirección General del Sector Público y hay casos de que no había presupuesto de Capítulo I y la Generalitat no sabía cuánta gente estaba trabajando en ese Capítulo I.
-¿Dónde pasaba eso?
-La Conselleria de Hacienda es la que puede conocer más detalles sobre ello.
-Sobre esto, a la vista de los incumplimientos en los procesos de contratación y servicios detectados por la Intervención en varias empresas y fundaciones del sector público valenciano. ¿Se plantea Transparencia algún tipo de actuación para corregir esos procedimientos en muchos casos reiterados durante varios años?
-No toda denuncia que se aprecie compleja tiene que pasar por Transparencia. No intervenimos cuando queremos, sólo cuando corresponde a las normas que afectan a nuestra conselleria o al ROF. No somos policías internos, existen otros mecanismos que deben activar las propias consellerias.
- En varios de esos casos que implican el desembolso de cantidades indebidas por parte de la Generalitat, la Intervención insta al departamento responsable del pago que reclame el retorno de las cantidades (por ejemplo, en finiquitos de directivos de empresas públicas). Teniendo en cuenta que en ejercicios anteriores no se han seguido las instrucciones de la intervención ¿Tiene margen Transparencia para empujar al pagador a que recupere ese dinero para las arcas de la Generalitat?
-No, no tenemos competencia. En ese caso entiendo que le toca a Hacienda. Con los procedimientos legales que tenga a su alcance y si tiene indicios de delito deberá canalizarlo a través de Fiscalía.
-El PPCV critica que el Consell no tramita o tarda en tramitar las peticiones de información que se hacen desde los grupos parlamentarios de Les Corts, algo que ustedes denunciaban cuando estaban en la oposición. ¿Puede meter mano Transparencia en ello?
-También podríamos hablar de la intención de colapsar los gabinetes de información con esas peticiones. Nosotros hemos pasado épocas muy estresantes porque tenemos muchas peticiones y se ha trabajado a marchas forzadas para contestarlas. Otra cosa es que quisieran tenerlas al día siguiente: algo complicado en una Administración que no ha estado organizada durante 20 años y donde la información está perdida. No ha habido política de gestión documental en este gobierno y ahora nos encontramos en que en los almacenes de la Generalitat hay documentos tirados por el suelo. Un gobierno tiene que proporcionar información mientras la tenga o esté bien archivada: si durante 20 años no se ha hecho absolutamente nada sobre esto, no es fácil encontrar la información. Mira, a nosotros nos han pedido las declaraciones de bienes de los altos cargos que están colgadas en el portal GVA Oberta. ¿Qué sentido tiene pedirlas si saben que está disponible en internet? Con este portal hemos facilitado muchísimo el acceso a la información. Por ejemplo, lo que el PP no dio en su momento de caja fija lo hemos dado en abierto para todo el mundo en este primer año.
-Es cierto que en ese portal todavía no se encuentra información que están comprometidos a publicar, pero hay cosas relativamente sencillas como organigramas completos del Consell o listado de asesores por consellerias que antes era un suplicio conseguir. ¿En esos pequeños detalles está el triunfo?
-Creo que de hecho todavía no somos conscientes de estos grandes avances que se están consiguiendo. Lo bueno es que dentro de algunos años nos daremos cuenta de lo que se está haciendo y, lo más importante, es que nadie podrá volver atrás. Eso es de lo que más orgullosa me siento: porque dejaremos un legado que ningún partido creo que estará dispuesto a eliminar porque sería privar de información a los ciudadanos. Cabe recordar además que estamos cumpliendo una Ley de Transparencia que redactó el PP y también aprobaron ellos.
-¿Son las universidades lo suficientemente transparentes?
-A priori sí. Sus portales están en marcha y tenemos una reunión con ellos en septiembre para que firmen el Código de Buen Gobierno. Hasta el momento no nos ha llegado ninguna queja de las universidades públicas.
-Uno de los proyectos de Torrevieja para este semestre es la ley de lobbies. ¿En qué consiste?
-Estamos empezando todavía la redacción del primer borrador que para septiembre ya estará. Es crear un registro de grupos de interés y de presión: es reflejar cuando viene una empresa a algo concreto. Se podrá ver si visitan varios departamentos o qué es lo que van solicitando. Si luego por ejemplo ves determinadas adjudicaciones, el registro está ahí. Diría que es un sistema un poco de prevención.
-Pero estas reuniones siempre pueden ser en un restaurante por ejemplo...
-(Sonríe) Bueno, siempre puedes ir a comer, pero antes que pasen por la Conselleria a la reunión y que quede registrado.
-Están trabajando con el reglamento de Transparencia. ¿Cómo pueden ser las sanciones?
-Estamos incluyendo ahora las alegaciones por parte de la ciudadanía y de los expertos en Transparencia. Nosotros instruiremos, el que incoe es el que decidirá, en este caso desde Administraciones Públicas. De todas formas, cabe recordar que el régimen sancionador no es solo para altos cargos, es para todas las instituciones.
-¿En qué fase está el Consejo de Participación Ciudadana?
-Esta semana lo pasamos a consellerias, luego a Abogacía y después al Consell Jurídic Consultiu, por lo que las previsiones indican que en diciembre podremos constituirlo.
-También han aprobado el del Cevex (Centros Valencianos en el Exterior). ¿Cómo han terminado las pesquisas sobre los diferentes centros?
-Lo que hemos intentado es que haya la mayor participación posible dentro del Consejo. Hemos creado un congreso presencial cada cuatro años y seguimos intentando conocer el estado de los distintos Cevex. Las comunicaciones son difíciles y resulta complicado a veces saber la situación real pero estamos elaborando informes y los daremos a conocer cuando terminemos.
-Se han involucrado también para un festival de aplicaciones tecnológicas en colaboración con la UPV. ¿Qué recorrido le ve a esto? ¿Quizá internacional?
-Sí. Es una actividad que entra dentro de la cátedra firmada con esta universidad. El conseller tenía entre ceja y ceja este proyecto de una feria tecnológica de aplicaciones informáticas a partir del Open Data. Esta es la primera edición y vamos a intentar que nazca de la mejor manera posible porque se celebra en octubre y vamos un poco apretados. Pero bueno, es una iniciativa interesante aunque es pronto para saber cuál será su recorrido.
-Los informes de Transparencia han sido determinantes en las salidas de dos altos cargos. ¿Esto es una manera de ganar respeto para la conselleria y para el área de Transparencia en sí?
-Sí, yo creo que todas las críticas respecto al Código del Buen Gobierno y el régimen sancionador se han acallado. Es importante también empezar a incorporar ese concepto de responsabilidad política, que también está en el Código de Buen Gobierno. La ejemplaridad, dignificar las instituciones que representamos, todo ello debe ser objeto de Transparencia. ¿Hemos salido reforzados por esto? Supongo que sí, aunque yo entendía que ya lo estábamos. No creía que fuéramos una conselleria 'maría' y si alguien lo pensaba pues probablemente haya cambiado de opinión. De hecho, imagino que algunos no pensaban que fuéramos a resolver el asunto de esa manera y que correríamos un tupido velo.
-¿Prefiere el concepto de conselleria de 'Asuntos Internos'?
-Alguna vez ha comentado el conseller que se lo han dicho. No sé si somos eso, sólo nos limitamos a intentar que este Consell sea lo más transparente posible.
-¿No cree que un listón tan alto puede pasar factura?
-La situación lo requiere y nadie nos perdonaría que hubiera sospechas sobre el gobierno del cambio. No podemos tolerar ninguna falta de ejemplaridad o de respeto a la institución. A ver, estos casos no son ni de lejos de corrupción. Por eso hablaba de introducir ese concepto de responsabilidad política. Mónica Oltra lo expuso muy bien: cuando hay alguna cosa que es complicada de explicar vale la pena apartarse.
-¿Usted se hubiera ido en los casos de Salas o de Cucarella antes de que Transparencia hubiera emitido el informe?
-Tengo muy claro que no he venido a este Gobierno para perjudicarlo sino para ayudarlo en lo que pueda aportar. Así que si se diera el caso de que yo resulte una molestia para el buen funcionamiento del mismo cogeré mis cosas y me iré.
-¿Tienen más alto el listón todavía los que están en Transparencia?
-Creo que sí. Ninguno podemos permitirnos ninguna sombra de duda y menos los que estamos en este departamento.
-¿Qué sintió cuando fuentes oficiales de la conselleria tacharon su documento de "informe político"?
-A mi no me llegó nada de eso. Leí algo en la prensa de que había gente del Bloc en contra del informe pero si era así a mi nadie me lo transmitió. Evidentemente, no sería responsable firmar un documento político como directora general. Se me pidió objetividad y un estudio previo -por eso no se llamó a nadie a declarar ni similar-, y es lo que se hizo.
-¿Qué iniciativas estáis preparando para el tejido asociativo?
-El conseller quiso en este primer año priorizar Transparencia pero ahora vamos a centrarnos más en Participación. Tenemos un gran problema: el tejido asociativo necesita formación, apoyo en cuanto a contabilidad, fondos europeos... ha estado castigado muchos años y necesitan que les profesionalicemos de alguna manera. Queremos impulsar una oficina virtual y un grupo de personas que asesoren a las asociaciones.