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VALÈNCIA. "Cacsa podría conseguir el próximo año autonomía financiera y no necesitar transferencias de la Generalitat Valenciana". Así lo cree el nuevo director de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Antonio Torres (1954, Huéneja, Granada), quien espera que en 2022 el recinto pueda volver a cifras de visitantes prepandemia y, en 2023, pueda conseguir equilibrio financiero que lleve a la empresa pública a no necesitar las transferencias anuales de la Generalitat para enjugar las pérdidas por el funcionamiento del espacio.
Torres ocupaba la dirección general de Relaciones con Les Corts. Integrado en el núcleo duro de Puig, tuvo la confianza del líder del PSPV para ejercer durante la pasada legislatura la labor de portavoz parlamentario. Una función otorgada sin duda por su amplia experiencia en Les Corts, jalonada además por el honor de haber sido en 1979 el diputado más joven de la historia de las Cámaras, un año en el que además fue elegido concejal en el Ayuntamiento de Elche. Ahora, afrontar la labor continuista de conseguir que el Museo Príncipe Felipe sea un referente en cambio climático y firmar el mejor año del enclave.
- ¿Cómo llega a ocupar la dirección general de Cacsa?
- Llevaba bastante tiempo en la dirección general de Relaciones con Les Corts. Me lo ofrecieron de manera espontánea y de forma espontánea también dije que bien. Este es un campo distinto y era apetecible. Además, es un sitio en nuestra comunidad emblemático y desde el que se puede trabajar y hacer cosas.
- ¿Le gustaba la temática?
- El tema me interesaba, sobre todo más por la parte de divulgación científica que por el turismo, pero también es importante. Y tal y como estaba conformado aquí, que se trata de potenciar un turismo cultural donde se combina el ocio y el entretenimiento para que aprendan los más jóvenes, tiene su atractivo también.
- La divulgación científica ha cogido vuelo durante la pandemia, ¿se va a potenciar más?
- Es importante seguir con todo aquello que implique una promoción y divulgación de las actividades científicas, y también tendríamos que contactar un poco más con determinadas empresas de nuestra comunidad que están involucradas en el campo de la ciencia y los descubrimientos. Hay que darles una oportunidad y una visibilidad. A veces hacen cosas muy importantes y el problema es que no llega a la gente. Entonces, esto puede servir para que en nuestra comunidad sepa que hay muchos emprendedores y muchos empresarios que se dedican a este campo.
- ¿Cómo se podría articular esta colaboración con las empresas?
- A través directamente de las asociaciones empresariales que conocen la existencia de determinado tipo de empresa que se dedican a esto y a través de ellos y las cámaras de comercio colaborar con ellos en determinadas situaciones.
- Cuando llega a Cacsa, ¿qué cuestiones puso encima de la mesa?
- Uno de los objetivos primordiales es convertir el museo en un referente a todos los niveles, en lo que se refiere al cambio climático y a la propia sostenibilidad. Es difícil, porque hay que encontrar nuevos proyectos, hay que redefinir prácticamente todo el museo y orientarlo hacia ese tipo de actividades. No es algo que se vaya a empezar ahora, si no que venía de la anterior dirección, y vamos a continuar por ahí.
Aunque es difícil, porque hay que buscar algo que después pueda ser permanente, no efímero. Debe ser algo que pueda atraer al público, que conciencie también al visitante y a los jóvenes de los graves problemas que tenemos en este momento en relación con la sostenibilidad y que vienen provocados por el cambio climático y por lo tanto es un reto en el que me voy a empeñar especialmente.
También hay una parte de los 350.000 metros cuadrados que componen toda la Ciudad de las Artes -20.000 metros cuadrados- que están por desarrollar en la parcela de la zona sur y en ese terreno vamos a ver qué podemos hacer. Queremos que tenga la continuidad de todo el proyecto y en los próximos meses le vamos a dedicar una parte del tiempo.
-¿Hay alguna idea para este espacio?
- Todavía no la tenemos definida, pero queremos desarrollarlo. Definir totalmente el proyecto con algo que tuviera que ver con lo que tenemos.
- ¿Y se volvería a recurrir a Santiago Calatrava para el diseño del espacio?
- No estamos en este momento en condiciones económicas de hacer gastos de esa envergadura. Tiene que ser algo con continuidad de servicios y que la estructura arquitectónica no desentonase con lo que hay aquí, pero no a ese nivel.
- ¿Qué proyectos se van a poner en marcha para ser la referencia en cambio climático?
-Lo más probable es que tengamos que hacer algún tipo de encomienda o concurso global de ideas para poder llenar de contenido la tercera planta, que es bastante amplia. Entonces, de lo que se trata es de buscar algo que pueda tener una continuidad en el futuro. Entonces, hay que diseñar un proyecto con personal experimentado que está visitando museos de España y de otros países. Ahora, hemos estado a punto de traernos parte del contenido del Pabellón de España en Dubai que estaba relacionado con la sostenibilidad y el cambio climático, pero no hemos llegado a un acuerdo económico con la empresa propietaria.
Pensábamos que ese podría haber sido el inicio de una transformación de la tercera planta del museo, pero al final valorando el coste económico con el contenido, no lo hemos considerado adecuado y lo hemos dejado pasar. Ahora, estamos buscando alternativas.
- ¿Cómo se cerraron las cuentas de 2021 tras dos años de pandemia?
- Se cerraron con unos 12 millones de pérdidas aproximadamente. Entonces, en este año, prácticamente se está produciendo una recuperación. Estamos llegando a cifras de 2019, que fue el mejor año, y por supuesto se están superando las cifras de 2018. En lo que llevamos, hasta el 18 de abril, el Hemisfèric en el acumulado del año ha vendido 85.000 entradas, el museo 182.000 y el Oceanogràfic 327.000. Casi 600.000 personas han comprado una entrada para visitar las instalaciones. Estamos muy por encima del año 2018 a estas fechas.
Si se sigue así habrá una recuperación importante. No será todo lo que se ha perdido en los dos años anteriores, pero sí que habrá, a nivel económico, una recuperación que permita que la Ciudad de las Artes y las Ciencias tenga una cierta autonomía o una cierta autosuficiencia financiera y no necesite de la aportación de los recursos de la Generalitat. Al final, en cualquier empresa, ese es uno de los objetivos principales. Evidentemente, esto es una empresa pública y no interesa solo si hay beneficios o no, pero también hay que ser eficientes.
- ¿De qué manera quiere hacerse más eficiente la gestión de Cacsa?
- En una empresa de esta envergadura tenía que haber un número mucho más elevado de personas que dominan los distintos idiomas y no las hay. En algunos apartados de la casa puede haber exceso de personal, y yo creo que tendremos que entrar negociando con el comité de empresa y con los trabajadores. Hay algunos departamentos que tienen personal suficiente y otros a los que les falta, y haría falta hacer un trasvase para que la empresa pueda estar en línea con lo que quiere ser. Entonces, vamos a realizar una pequeña reconversión en el interior de la empresa. Además, se quiere mejorar en la cualificación del personal que hay en la casa.
- ¿Cuándo se estima la posibilidad de que Cacsa ya no tenga que recibir transferencias de la Generalitat?
- Creo que, si las cosas siguen como van ahora, y continuamos en una línea de mayor proyección de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en el año que viene podría conseguirse el equilibrio para que no se necesitara prácticamente nada de la Generalitat para hacer con holgura todas las actividades que se desarrollan en los diferentes edificios. Esto estuvo a punto de conseguirse en el año 2019, hubo una diferencia mínima, y con la pandemia volvimos a caer, pero ahora estamos otra vez en posición de que, si todo sigue como va, tener autonomía.
- ¿Han finalizado ya las compensaciones a Avanqua que se dieron por la bajada en la venta de entradas?
- Compensación han tenido todas las empresas porque el Gobierno valenciano dispuso de unos créditos de 640 millones de euros para poder ayudar a todas las compañías que hubieran tenido pérdidas a lo largo del ejercicio 2020 y 2021, y Avanqua estaba también en esta situación como otras compañías y concesionarios si el volumen de operaciones se había reducido un 70%. Ahora, ya todas las empresas están en funcionamiento y salvo que ocurra una contrariedad estamos en una situación de normalidad.
- La anterior dirección estaba convencida de que era necesario que los valencianos entendieran que la Ciudad de las Artes y las Ciencias es un lugar al que venir.
- Tenemos que hacer un esfuerzo por dar a conocer más las instalaciones y el contenido de toda la Ciudad de las Artes y las Ciencias a la provincia de Castellón y de Alicante. Entonces, el porcentaje de visitantes de esas dos provincias es inferior al que le correspondería por su propio peso. En ese sentido, es normal que sean más visitantes de la provincia de Valencia los que acuden, aquí pero nosotros tenemos que dedicar una especial atención a que los habitantes de estas dos provincias se incrementen en los próximos tiempos.
¿De qué manera? Lo que más nos interesa es el público juvenil y de colegios. En esa línea, hemos iniciado contactos con la Conselleria de Educación de cara a una mayor promoción de la Ciudad de las Artes y las Ciencias entre los escolares de la provincias de Alicante y Castellón.
- ¿Cuáles son los contenidos clave de este año?
- Ahora hay una exposición que acaba - Érase una vez- y ahora llega una que se llama Viral y que está muy relacionada con todo lo que ha pasado con el virus y la pandemia. También, vamos a intentar en la medida de lo posible que la inauguración del CaixaForum sea un aliciente y un atractivo más que dé un valor añadido a la propia Ciudad de las Artes y las Ciencias. También se va a estrenar una nueva película y poco más este año, porque se avanzará en la consecución de los objetivos estratégicos para los próximos años.
- ¿Cómo está siendo la relación con las universidades?
- Aquí hay un comité de expertos con el que contamos habitualmente y que también está ayudando en el rediseño de todos los contenidos del museo , y con las universidades también tenemos algunos contenidos concretos que vamos a seguir implementando en los próximos tiempos para que la ciencia de la universidad tenga su cabida en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
- ¿Se han recuperado proyectos que tuvieran que dejarse de lado por la pandemia?
- Al darse un déficit importante en 2020 y 2021, no había suficiente dinero para la realización de obras en mejoras y conservación de las propias instalaciones. Entonces, este año el presupuesto va a ser bastante superior y vamos también a aprovechar también la coyuntura de los fondos europeos para que sea la ejecución más rápida. Por un lado, está el proyecto de la climatización del museo, del que ya está ultimado el pliego de condiciones administrativas y, en este mes, o el mes que viene, se licitarán las obras. Y luego, hay otro proyecto de eficiencia energética, relacionado con el cambio de las luces y otros aspectos de automatización. Algunos que son a pequeña escala ya están ultimados y van a salir a licitación. Otros, están redactándose.
Hay otro proyecto que es de eficiencia hídrica y que sería tanto para nosotros como para el propio Oceanogràfic, y que también está en vía de elaboración. Y por último, está estudiándose un proyecto de digitalización del parking para ponerlo en marcha también a lo largo de este año. De éstos, se ha pedido a fondos europeos unos 12 millones de euros.
- ¿Qué va a suponer la regularización de las parcelas de Cacsa?
- Ahora estamos en la delimitación de varias parcelas porque, en su día, no se inscribieron ni se registraron donde tocaba, seguimos en un trabajo que el año que viene podría estar ultimado y cada uno de los edificios tendrá su propia parcela inscrita.
- ¿En qué punto está el convenio con el Palau de les Arts?
- En diciembre se aprobó la desascripción total del edificio y ahora estamos a punto de firmar un convenio con la fundación, en el cual se le dé la cesión de uso durante muchos años. A su vez, con la fundación estamos ultimando el convenio a firmar con nosotros para gastos comunes y de gestión para garantizar una buena vecindad en los próximos años. Y en un año, ya tendremos finiquitado el convenio y el acuerdo del pleno del Consell, con lo cual la fundación iría por su cuenta.
- ¿Cómo va a ser la política de festivales y eventos?
- Hay que combinar, porque aquí una de las épocas en la que mayor número de gente hay es en los meses de julio y agosto. Los que han organizado festivales quieren estos meses, pero la celebración de una gran festival, aunque supone una gran proyección, también implica que se vacían los lagos, que hay que poner grandes instalaciones, que hay gente que puede venir porque le interesa ver el conjunto y la arquitectura y se encuentra que no están de forma óptima. Por eso, este año, hemos tomado la decisión de que en julio y agosto no habrá festivales. Pueden llegar a la primera semana de julio, pero los adelantamos a mayo y junio.
La clave es que la gente venga y vea las instalaciones en su plenitud y no llena de andamios y sillas que, en alguna otra ocasión, han traído como consecuencia quejas de los ciudadanos. Todo el recinto de Cacsa no está preparado para conciertos, en cierto momento se inició ese camino, que es positivo en el fondo porque permite difundir la imagen y la gente conozca el recinto, y vamos a seguir en el futuro en esa línea, pero tampoco potenciándola más.