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Entrevista con el conseller de Obras Públicas, POLÍTICA TERRITORIAL y Movilidad

Arcadi España: "Mi último recurso sería recortar el presupuesto para obra pública"

24/05/2020 - 

VALÈNCIA. La pandemia del coronavirus ha trastocado la cotidianeidad de los ciudadanos, alterando sus rutinas y formas de vida. Uno de los cambios más significativos se ha producido en el ámbito de la movilidad. El miedo al contagio y la restricción de los aforos han mermado drásticamente el uso del transporte público, obligando a las administraciones a tirar de 'Plan B' y promover otro tipo de medios, como la bicicleta y el patinete. Nuevo estilo vida y nueva hoja de ruta. Así encara el departamento de Obras Públicas, Política Territorial y Movilidad que dirige Arcadi España la nueva era post-covid. "La movilidad es uno de los elementos que más ha cambiado y que más va a tener que adaptarse a estas nuevas circunstancias", subraya el conseller.

Eso sí, pese a los cambios que se vislumbran en el horizonte, el conseller considera que todas las administraciones, no solo la valenciana, tienen que destinar mayores recursos al transporte público "de una forma estructurada". "Invertir en esta cuestión y mantener unos precios razonables es también luchar contra el cambio climático y el coronavirus", subraya. Pero, para ello, ve imprescindible la ayuda económica del Gobierno de España y de la Unión Europea. 

Encargado de las infraestructuras en la Comunitat Valenciana, España confía en no tener que reducir su presupuesto para inversión pública en la próxima legislatura. "Para mí sería el último recurso", sostiene. Y es que, a su juicio, la inversión pública "tiene que ser uno de los elementos fundamentales en la recuperación económica". "Dentro del ámbito presupuestario de la Generalitat, esa es la posición que voy a defender. Tenemos que ser conscientes de que hay que reactivar la economía. Y yo creo que esa gasolina es la inversión pública en infraestructura", subraya. Valencia Plaza se reúne con el conseller para abordar la nueva hoja de ruta de su departamento y también cuestiones del ámbito político.

Foto: KIKE TABERNER

-El coronavirus ha tenido un importante impacto en la movilidad, con descensos drásticos del transporte público. Usted ya ha avanzado que su departamento está trabajando en una nueva estratega. ¿Cuáles son las líneas de actuación? ¿Cómo será esa movilidad post-covid?
-Los planes de Movilidad Metropolitanos que teníamos para las grandes ciudades como València, Alicante, Elche y Castellón estaban pensados para antes de esta etapa de la pandemia que ha venido a cambiarlo todo. Y la movilidad es uno de los elementos que más ha cambiado y que más va a tener que adaptarse a estas nuevas circunstancias. El objetivo de esta estrategia es poner un poco de orden tanto para la Generalitat como los ayuntamientos. Pretende ser una hoja de ruta de hacia dónde puede y debe evolucionar el transporte.

-¿Pero se han marcado objetivos concretos?
-Ahora más que nunca es necesaria la integración y el diálogo entre todas las administraciones. No tiene sentido que yo mejore las frecuencias en una línea que atraviesa València y su área metropolitana y no esté muy bien coordinada con la EMT o con el autobús de Torrent. Tenemos que homogeneizar desde las medidas de desinfección, acompasar los horarios, hasta mejorar la intermodalidad. A principios del mes que viene ya tendremos el primer borrador y, a partir de ahí, trabajaremos. 

Otra cosa en esta estrategia es el urbanismo táctico, que es lo que están haciendo en València, por ejemplo. Hay tres carriles de coche y anulas uno para bicicletas sin hacer prácticamente ninguna obra para evitar que la movilidad pase mayoritariamente por el coche. Tenemos que mejorar el transporte público y hacerlo más eficiente y más seguro, teniendo en cuenta que el aforo se va a reducir y que hay un porcentaje de gente que, por miedo u otras razones, ha preferido otros medios. Se trata de fomentar el uso de la bicicleta, el patinete o caminar. Yo creo que es el momento ahora que hay una conciencia muy grande y a esos ciudadanos hay que ponérselo fácil.

-La Conselleria ha lanzado un plan de ayudas de 75 euros para comprar bicicletas y patinetes y 250 para bicis eléctricas. ¿Tienen medido el impacto que tendrá esta medida?

"Hay que racionalizar el uso del vehículo privado, pero dando alternativas a los ciudadanos"

-Estamos de acuerdo en que la bicicleta y el patinete son elementos fundamentales en esa nueva movilidad. Además, van en la línea de lo que ya se venía trabajando desde hace años en muchas zonas de Europa, que es racionalizar el uso del vehículo privado. Esto no significa eliminarlo, pero hay trayectos en los que no tiene sentido utilizar el coche. Pero siempre digo lo mismo, y es que si restringes el uso del vehículo privado tienes que dar alternativas a los ciudadanos. Especialmente ahora, el transporte público se encuentra con el hándicap de la reducción de aforos y de hacerlo más eficiente y seguro. La bicicleta es un método que se ha visto ahora que tiene más sentido que nunca en una ciudad como València, que es llana y con grandes avenidas. Lo que tenemos que conseguir es más carriles bici y más seguridad para los ciclistas. 

Por tanto, el objetivo de estas ayudas no es subvencionar bicicletas para el ocio, sino para dar ese salto y usarlas para la movilidad cotidiana. Vamos a ver cómo evoluciona, porque es la primera vez que la Generalitat pone en marcha este tipo de iniciativas. Si fuera bien su aceptación, la podríamos ampliar. Hemos empezado con una partida de 500.000 euros y si funciona podríamos valorar una segunda convocatoria.

-También se ha anunciado la creación de una Oficina de la Bicicleta. ¿No cree que ya hay demasiados organismos creados por la Generalitat?
-No supone un crecimiento de la Administración. Había que tener una organización porque nos hemos encontrado, analizando bien el tema de los carriles bici o del uso de la bicicleta, que hay actuaciones por parte de los ayuntamientos, las diputaciones, el Gobierno de España y los gobiernos autonómicos. Hay toda una pléyade de administraciones haciendo carriles bici, y promoción de su uso y hacia falta dar un poco de coherencia. Ese es el objetivo, que sea un órgano permanente, que participen también, a través de un Consejo Consultivo, todas las asociaciones ciclistas, los ayuntamientos y resto de administraciones.

Foto: KIKE TABERNER

-En los últimos meses el uso del transporte público ha caído drásticamente. ¿Tienen cuantificado el impacto en los ingresos de FGV?

"En estos dos meses la caída de ingresos de FGV ha sido de 8 millones de euros"

-El primer cálculo que tenemos de estos dos meses es de cerca de 8 millones de euros, una cifra muy significativa. Cuánto va a ser hasta final de año va a depender de cómo evolucione la demanda. Pero con las mismas caídas están otros operadores, por ejemplo, la EMT en València, el metro en Madrid, Barcelona, el País Vasco o Sevilla. Todos están con pérdidas muy grandes y solos no podremos solucionar este problema. 

Por tanto, sería necesario un fondo específico del Gobierno de España para ayudar a todas las empresas públicas y a las concesiones de transporte de las comunidades autónomas. Es un sentimiento que hemos transmitido y una necesidad que hemos trasladado al Gobierno y el propio ministro de Transportes, José Luis Ábalos, dijo esta semana en el Senado que estaba trabajando con Hacienda para constituir ese fondo, que es muy necesario para todos. 

-¿Cómo debería ser el reparto de fondos? ¿Tienen estimado lo que necesitaría FGV?
-Lo que tenemos estimado son esos ocho millones, pero a esa cantidad habría que sumar también las pérdidas que están teniendo todas las concesiones de transporte interurbano de autobús, que también son cuantiosas por la caída brutal del número de usuarios. Los criterios en estos casos siempre tienen que ser objetivos y transparentes. ¿Cuántos usuarios tienes? ¿Cuál es la caída de ingresos? Creo que lo que hay que evitar siempre es entrar en polémicas y crispación. Hay que llegar a consensos objetivos para que, en función de las necesidades de cada operador, haya una compensación. Cuanta más transparencia, menos polémica.

-La pandemia va a obligar a redefinir la estrategia tanto en el TRAM de Alicante como en Metrovalencia por el hecho de que los trenes no pueden ir llenos y, por tanto, se tendrá que aumentar la frecuencia. ¿Cómo se va a asumir ese incremento? ¿Tienen calculado cuánto va a suponer?
-Tenemos varias limitaciones. La primera es la infraestructura. Podemos poner más frecuencias, pero el margen de crecimiento es poco porque tienes las vías y los trenes que tienes a corto plazo. Pero vamos a hacer todo el esfuerzo que podamos para que esa oferta sea el máximo de nuestra capacidad, que ya estamos prácticamente en esas cifras del 100 por cien de capacidad. El otro día, un experto en movilidad del MIT en movilidad dijo que es clave espaciciar las horas punta. Hay que flexibilizar los horarios de entrada y de salida para que la gente pueda planificarse y no vayamos todos a las mismas horas a coger el transporte público. Tenemos que laminar esa hora punta para distribuir la afluencia a lo largo de distintas horas del día, para así compensar en cierta medida esa pérdida de capacidad que tenemos para mantener la distancia social en el transporte público.

"Las administraciones debemos ser conscientes de que hay que destinar más recursos al transporte público"

-¿Cuál va a ser el plan para reflotar FGV y afrontar la merma de ingresos? 
-Primero necesitamos esa ayuda del fondo del Gobierno, pero también tenemos que plantearnos una reflexión global: que invertir en transporte público y mantener unos precios razonables es también luchar contra el cambio climático y el coronavirus. Todas las administraciones, no solo la valenciana, tenemos que destinar mayores recursos al transporte público de una forma estructurada. Ya no podemos pensar que el transporte público dentro de un año va a necesitar los mismos recursos presupuestarios que los que tiene ahora. No va a ser así. Pero eso va a pasar en cualquier país de Europa. Es algo que tenemos que ir interiorizando. Renfe va a necesitar más recursos, FGV, también y la EMT lo mismo. Esta es una cuestión que hay que incorporar a nuestras prioridades para luchar contra el cambio climático y la pandemia.

-Pero las arcas públicas son limitadas.
-Por eso necesitamos la ayuda del Gobierno de España y de la Unión Europea.

-Por tanto, ¿no contempla la subida de los billetes para compensar las pérdidas?
-No, me parece contraproducente. En este momento lo que queremos es ponérselo fácil a los ciudadanos para que utilicen el transporte público y otros medios alternativos. 

-En junio se cumplirá un año sin dirección en la Autoridad Metropolitana del Transporte de València  (AMTV). ¿Dónde radica el problema para que todavía no se haya encontrado un perfil cualificado para este puesto? 
-Antes de esta situación, los perfiles que estábamos buscando nos estaban diciendo que no sistemáticamente por las limitaciones salariales que tiene la Generalitat, aunque tenían unos currículums muy buenos. Con la pandemia hemos paralizado la búsqueda. Confío en que dentro de poco volvamos a la normalidad y se tome esa decisión. No obstante, la AMTV está funcionando a pleno rendimiento bajo la direccin de la secretaria autonómica, que antes era la directora de la autoridad, y el resto de personal.

Foto: KIKE TABERNER

-En las anteriores crisis, con el fin de contener el gasto los gobiernos ajustaron las inversiones para obra pública. ¿Teme que el presupuesto se reduzca? ¿Prevé tener que recortarlo para afrontar la situación de crisis que se avecina?
-Para mí sería el último recurso. Desde luego hay que atender la emergencia, pero sin olvidar también lo importante, y hay que tener la gasolina del motor económico en marcha para que vaya generando recursos con los que poder atender lo que es urgente. Ese equilibrio es difícil de conseguir, pero yo creo que una de las claves de que esta crisis no sea en U, sino en V, es la inversión pública en infraestructuras sostenibles, porque tienen un efecto multiplicador en la economía muy importante y a corto plazo. Es verdad que las tensiones presupuestarias son y serán muy grandes y, por eso, le pedimos al Gobierno de España y también lo hemos hecho saber a las instituciones europeas, la necesidad de un fondo de infraestructuras de movilidad, que es inversión en obra pública sostenible. 

"La inversión pública tiene que ser fundamental en la recuperación económica"

-¿Con qué recursos debe contar? 
-Con el pulmón propio de la Generalitat, que es poco, con la ayuda del Estado, con la colaboración público privada y con los fondos europeos. Pero, además, tenemos que hacer modificaciones normativas estatales para flexibilizar y racionalizar el procedimiento de licitación de adjudicación de obras. ¿En qué sentido? No estoy hablando de reducir el control público ni reducir la transparencia, sino que si nos llegan fondos del Estado o de la Unión Europea, seamos capaces de gastarlos bien en el corto plazo.

La inversión pública tiene que ser uno de los elementos fundamentales en la recuperación económica. Y dentro del ámbito presupuestario de la Generalitat, esa es la posición que voy a defender, entendiendo siempre que lo urgente es que la gente llegue a fin de mes y hay gente que necesita una ayuda ahora, sea autónomo o sea parado, pero tenemos que ser conscientes de que tenemos que reactivar la economía. Y yo creo que esa gasolina es la inversión pública en infraestructura.

-¿Y cuál es el plan que tiene la Conselleria para agilizar trámites?
-Uno de los ejemplos lo tenemos ahora con el decreto que crea el Registro de Entidades Colaboradoras Acreditadas que aprobó el pleno del Consell el otro día, que va a facilitar una colaboración público privada para agilizar las licencia de obras y que no tarde más este trámite que la propia construcción de la obra. Y esta es la línea en la que tenemos que ir buscando la ayuda de otras entidades.

-En comunidades como la madrileña se ha optado por sustituir las licencias de obra por declaraciones responsables. El sector en la Comunitat también lo pide. ¿Contempla esta opción?
-De momento no estamos trabajando en eso.

 -Con el estado de alarma, las obras quedaron suspendidas y muchas licitaciones, paralizadas. Este es el caso de la L-10 de Metrovalencia. Se anunció que en el primer trimestre de 2020 estaría la cronología de la ampliación de la red y, en consecuencia, esa posible conexión con la Marina y el Cabanyal. ¿En qué punto se encuentra el proyecto?
-Estamos hablando con las empresas para que nos hagan un cálculo de cuánto nos vamos a retrasar y qué sería necesario. En este momento, lo que me gustaría es mantener los plazos tanto de la L10 como de la L9 en Alicante. Ese es el objetivo y es en eso en lo que estamos trabajando con las empresas. No quiero parar la inversión, salvo que surja algo en los próximos meses, pero el objetivo ahora y en lo que estamos centrados, es en recomponer los plazos para garantizar ese cumplimiento de lo que nos habíamos establecido con el menor retraso posible.

Hay varias alternativas que teníamos trabajadas en FGV, que faltaba consensuarlas también con el Ayuntamiento de València para llegar a lo que queríamos que fuera el metro del futuro. Ahora estamos reprogramando lo que tenemos ya en marcha. También negociando de otra forma, porque ahora vamos a ver si en el nuevo marco financiero de la Unión Europea ese tipo de actuaciones pueden tener una financiación mayor y acelerarse aún más. Y eso es en lo que estamos trabajando. Yo confío en que antes del verano ya presentemos ese plan de por dónde queremos que vaya Metrovalencia en el futuro. La intención es acabar la infraestructura y acabar conectándola con con el mar.

-¿El verano de 2021 sigue siendo la fecha para que la la L10 esté en pleno funcionamiento?
-Ese es el objetivo. Tenemos que estar calculando lo que ha pasado en este mes/ mes y medio y qué impacto puede tener en el resultado final. 

-Ha hablado de crear reservas estratégicas de material sanitario para garantizar el suministro de forma permanente. ¿Dónde se ubicarían?
-Estamos hablando con Emergencias para ver cuáles serían las mejores ubicaciones. Desde luego, Feria Valencia está funcionando bien, podría tener ese uso, pero es una decisión que yo creo que tiene que tomar el personal de Emergencias. En Alicante podría ser la Ciudad de la Luz. No se trata de llevar cosas a almacenes que tenemos vacíos, sino a espacios que tengan sentido por proximidad. No contemplamos construir nuevos almacenes con este objetivo, sino utilizar las cosas que tenemos y no gastarnos más dinero. Yo creo que tenemos que tener esas reservas estratégicas también de otro tipo de material que tiene que ver con otras catástrofes que nos pueden suceder por vivir en esta zona del Mediterráneo, como son los incendios forestales o las inundaciones. 

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