VALÈNCIA. "Las penas económicas y de cárcel por agredir a sanitarios son muy bajas". Así lo cree Carlos Fornes, presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunitat Valenciana (ADSCV), asociación que el próximo 23 de febrero celebra una jornada en el Colegio de Médicos de Castellón sobre agresiones al personal sanitario.
Abogado especializado en Derecho Sanitario, Fornes señala la importancia de tomar medidas con unos datos de agresiones que descienden de forma insignificante, y que piden mayores recursos tanto de personal para desatascar la sanidad como de nuevas fórmulas como enlaces con los pacientes para aportar más información y tranquilizar a los usuarios.
- ¿Han empeorado las agresiones a profesionales sanitarios en los últimos años?
- Ahora se tienen los datos cerrados de 2021. Pero adelanto, y ojalá me equivocara, que el año 2022 va a dar unas cifras malas. Tenemos las cifras de 2021 del Consejo de Enfermería de denuncias por lo que habrá muchísimas más. Pero ya son 1.629. Es un dato tremendo. Y si nos vamos a los médicos, 612. Pero si vamos a 2019, año pre pandemia, 677. Baja en 2020 por la pandemia a 441. Y luego se dispara. Se habla mucho, pero de momento no somos capaces, desde agentes sociales a personas involucradas, de disminuir este tema.
- ¿Qué conjunción de circunstancias hacen que estos datos no bajen?
- Una agresión nunca está justificada. Este mal viene de antes de la pandemia, que ha empeorado y acentuado la cuestión. Hemos vivido una situación anómala toda la población. Si los profesionales estaban saturados y con unas situaciones para su ejercicio profesional lamentables, la pandemia lo ha acentuado. Y la pospandemia nos está mostrando el colapso que existe en el sistema de salud.
"El colectivo sanitario siempre ha estado adormecido, y tiene la sartén por el mango"
No hemos mejorado el caldo de cultivo de estas circunstancias, sino que ha ido a peor. Estamos viendo ahora a los profesionales despertar, cuando realmente tienen la sartén por el mango. Unos números fatales, no hay forma humana de que se ataquen las cuestiones fundamentales y vamos a peor.
- Uno de los temas de la jornada serán las penas recogidas en el Código Penal para las agresiones. ¿Son suficientes?
- Precisamente, hacemos la semana que viene el jueves 23 de febrero una jornada centrada única y exclusivamente en este tema. Lo vamos a tratar desde cuatro puntos de vista. El tema penal lo abordamos con la fiscal jefe de Castellón. Las circunstancias de una agresión o un dato de estas características a un profesional en la sanidad pública tiene esa consideración de autoridad, pero la misma situación en la sanidad privada no.
"Subir las penas puede suponer una barrera para los agresores"
Cuando se da un acto de este tipo las penas son muy banales, porque las penas de cárcel no conozco a nadie que haya entrado en prisión y las económicas, como ejemplo medio, son seis euros al día por un mes. Esto supone unos180 euros. Son penas muy pequeñas que pueden ir de cuatro a seis meses. Los magistrados aplican la ley y hasta que no se cambie no pueden hacer otra cosa. Considero que subir las penas puede suponer una barrera para los agresores. La sensación que tenemos es que sale muy barato y en los últimos dos o tres meses he notado situaciones cada vez más violentas.
- ¿Qué más se puede hacer? Concienciación, educación, protección,...
- Se han tomado muchísimas medidas y, evidentemente, la educación es clave pero tarda. También concienciar a los pacientes y acompañantes, que son los que se ponen más nerviosos. Pero hablar más, explicar más e informar más. Crear una figura de enlace informativo que se dedique, cuando hay 80 personas, a tranquilizarles. Que una persona esté esperando cuatro horas y nadie le diga nada no justifica una agresión, pero rebajaría la tensión. Y luego, las circunstancias de los profesionales, pero las medidas coercitivas tendrían que subir.
- ¿Cree que debe darse la huelga de médicos convocada por el CESM?
- En alguna ocasión, antes de finalizar el año, lo he comentado. No es que esté alentando a que hagan huelga, pero es un colectivo que siempre ha estado como sedado. Como si pensaran, es lo que me ha tocado a mí. Pero ellos tienen la sartén por el mango, porque trabajan con lo más importante que tiene el ser humano, que es la salud. Y, ahora, parece que van despertando porque hay muchos profesionales que están en procesos de depresión y que la pandemia les ha rematado.
"Las reinvindicaciones que hacen los médicos son del todo justas"
No todo es económico, que también. Pero las reinvindicaciones que hacen son del todo justas. Lo que están pidiendo no solo es dinero, es trabajar para estar con un paciente el tiempo necesario y generar esa situación de confianza que se ha perdido. Habría que encontrar el equilibrio, y están en ello. Y también es cierto que no debería utilizarse la sanidad como arma arrojadiza. Lo que hay que hacer es sentarse y que cuatro pilares sean comunes en todo el territorio.
- El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valelenciana finalmente eximió de indemnizar a los sanitarios por la falta de protección ante la covid tras las sentencias de los juzgados de Alicante. ¿Se esperaba este cambio?
- El TSJCV revirtió y está recurrido al Supremo, donde se estanca un tiempo. En los juzgados de primera instancia se les dio la razón. Ahora veremos qué dicta el Supremo, que no creo que se demore mucho porque es un tema que deben darle prevalencia, dado que los profesionales están esperando en unas reivindicaciones que son justas. Y como somos un país de extremos, aquí hemos pasado de los aplausos a otras circunstancias que no deberían ser así.
Por eso, en el congreso tendremos una visión de ex ministros para hablar de una reforma del sistema nacional de salud. De hablar de aquello que funciona o no. Pero no podemos tener la sanidad como arma arrojadiza entre unos y otros.
- ¿Han proliferado las reclamaciones que realizaron pacientes por la covid?
- Reclamaciones por mala praxis sí, pero muy pocas. Y las pocas que hay se archivan, al margen de alguna puntual. Los profesionales trabajaron con los medios que tenían y en circunstancias muy excepcionales. No estábamos preparados y el número es insignificante.
- Ya ha pasado un año y medio de la Ley de la Eutanasia. ¿Fue un buen avance en el empoderamiento del paciente? ¿Se han visto cuestiones a mejorar?
- Siempre hay que hacer la legislación para que la población tenga derechos, pero se obvió o no se trató con la debida importancia, porque está en el código deontológico de cada profesional, con que no se puede obligar a hacer algo que va en contra de un código deontológico. Por eso, el tema del registro fue algo feo. Se está utilizando la ley, pero hay más cultura en Europa. Había que hacerlo y que lo use la gente que lo necesite, pero también se debe de contar con los derechos de los profesionales. Es una democracia consolidada, estas cuestiones de señalar debemos de ir desterrándolas.
- Una de las cuestiones que no se ponen demasiado sobre la mesa es la de las últimas voluntades. ¿Solo hace falta más conocimiento por parte del ciudadano?
- Si hiciéramos una encuesta en la calle, no es algo que está en el día a día. No hay volumen de gente que lo use. Hace falta concienciación y más información de los usuarios. Es un tema que yo estoy convencido de que si hiciéramos una encuesta a pie de calle, le sonaría que es una posibilidad. Pero en los centros hospitalarios debería darse a conocer este derecho para que se pueda desarrollar libremente.
- ¿Qué asignaturas diría que le quedan pendientes al conseller de Sanidad para la próxima legislatura?
- Con que resolviera toda la cuestión de los profesionales en general sería un avance importante. Dotarles de los recursos y medios necesarios para que pudieran desarrollar su ejercicio profesional en una relación médico paciente. Que tengan la posibilidad de desarrollar con plenas garantías la atención con más recursos humanos y técnicos.