VALÈNCIA. Hace algo más de dos años, concretamente el 18 de junio de 2015, Mariano Rajoy remodelaba la cúpula del PP situando a tres jóvenes en puestos de mando: Javier Maroto, Andrea Levy y Pablo Casado, además de incorporar a Fernando Martínez Maíllo como responsable de Organización del partido.
Unos cambios en un momento complicado, con los casos de corrupción azotando al PP a las puertas de las elecciones. Casado (Palencia, 1981) recibió el encargo de dar la cara ante la opinión pública como responsable del área de Comunicación.
Licenciado en Derecho y ADE, con estudios posteriores en la Universidad de Georgetown y en Harvard, Casado se ha convertido en una de los referentes más sólidos de la formación popular de puertas para afuera. Pese a su juventud, su trayectoria política es amplia: presidió Nuevas Generaciones desde 2005 a 2013, fue diputado de la Asamblea de Madrid y ejerció tres años de director de Gabinete de José María Aznar ya como expresidente.
Casado, que contrajo matrimonio con la ilicitana Isabel Torres en 2009, compartió en su visita a Valencia Plaza la necesidad de reformar el sistema de financiación y coincidió además en la importancia de "agilizar" el Corredor Mediterráneo. Al vicesecretario de Comunicación no le duelen prendas en admitir "errores" de su partido en los últimos años, pero se muestra orgulloso de "dar la cara" por "un partido que vale la pena". Defiende la política del PP frente a los casos de corrupción que afectan al partido y no considera prioritaria la apertura de la televisión pública valenciana.
SEGUNDA PARTE Casado: "González Pons tiene el peso específico y la confianza de Rajoy para decidir sobre su futuro"
-Usted fue nombrado por Mariano Rajoy vicesecretario de Comunicación hace dos años en un momento especialmente complicado, cuando arreciaban las informaciones sobre casos de corrupción relacionados con el PP a los que se tuvo que enfrentar en su labor de portavoz. ¿Cómo ve este periodo? ¿Cree que le ha pasado factura?
-Para lo bueno y para lo malo, los que tenemos una relación con la opinión pública somos como la infantería: estamos en primera línea de fuego. Lo bueno es que tienes capacidad de crear opinión pero también es cierto que cuando pintan bastos a veces te toca dar explicaciones de casos o situaciones que ni siquiera conoces. No obstante, hacerlo en un partido como el PP es un orgullo porque defiendes unas siglas que cuando han gobernado en España o en la Comunitat Valenciana han mejorado la vida de la gente. Con nuestros errores y problemas, sí; pero el saldo en creación de empleo, infraestructuras, nivel educativo, sanitario, es positivo y eso a mí me hace estar tranquilo, porque das la cara por un partido que vale la pena.
-¿Considera que la respuesta ante la corrupción que está dando el PP es la correcta o podrían adoptarse más medidas?
-Conocer casos de corrupción la pasada legislatura de excompañeros nuestros fue un mazazo para nosotros. Aquí no ha habido nada organizado y ni siquiera los jueces de instrucción de los tres grandes casos han señalado una responsabilidad penal sobre el PP. Sí ha habido personas que han traicionado la confianza del partido y eso como digo fue un mazazo cuando lo conocimos. Ya en la pasada legislatura tomamos medidas muy importantes en prevención y sanción. Una reforma del Código Penal draconiana, tan exigente o más que en cualquier otro país de nuestro entorno, y la ley de Enjuiciamiento Criminal para tratar de agilizar los procedimientos. Más plazo de prescripción para que nadie se escape, menos plazo de instrucción para tratar de que no se alarguen los procesos, porque eso genera sensación de impunidad en la sociedad. Por otro lado también aprobamos la ley de Transparencia, la ley del Alto Cargo que es muy exigente y tiene sus derivadas negativas, por los problemas que genera para captar talento pero que yo veo acertada, y la más actual, la ley de Financiación y Control de Partidos Políticos. Hasta esta ley, los tesoreros y gerentes de los partidos no daban cuentas ni siquiera a sus comités ejecutivos. Otras cuestiones deben estudiarse como la supresión del aforamiento, que implica reformas legislativas muy profundas; la limitación de mandatos, que también tiene su discusión jurídica... En cualquier caso, diría que se ha avanzado mucho.
-Yendo a un caso concreto que puede lastrar las expectativas del Partido Popular, en el Ayuntamiento de València nueve de los diez concejales se encuentran investigados y el caso apunta a alargarse hasta las elecciones. ¿Se plantean dar algún paso más?
-A ver, el acta les pertenece a ellos aunque se les suspenda cautelarmente de militancia. Nosotros nos hemos anticipado en este caso a una resolución judicial. Aquí está uno de los problemas para combatir la corrupción: a veces te quedas corto porque se abre un proceso que termina en juicio oral y la sensación en la ciudadanía es de que no has actuado anticipadamente porque no lo has hecho hasta ese momento. Y en otras ocasiones te anticipas injustamente porque luego se ha demostrado por sentencia judicial que esas personas eran inocentes. En el PP, nuestro baremo es que cuando se abre juicio oral se debe abandonar el cargo en la gestión. En el caso de València, el PPCV con el respaldo de la dirección nacional, ha trasladado a la opinión pública que no se va a pasar ni una y por eso nos hemos anticipado con la suspensión cautelar. Esperamos que de cara a las próximas elecciones municipales podamos tener una candidatura fuerte en la que ninguna persona tenga sombra ni sospecha de irregularidad en pasadas legislaturas.
-Pasando a otros asuntos importantes para la Comunitat Valenciana, ¿va a haber un nuevo sistema de financiación autonómica en 2017?
-Queremos que lo haya. En la Conferencia de Presidentes de este año fue uno de los asuntos fundamentales: el actual, no nos gusta, de hecho no nos gustaba cuando se aprobó con Rodríguez Zapatero al mando, que lo sacó adelante con un acuerdo bilateral con Artur Mas y, curiosamente, ahora ni siquiera gusta a los catalanes. Incluso en su día llegamos a decir que parecía haberse hecho un modelo a la carta contra las autonomías donde el PP más apoyo tenía como Baleares, Madrid o Valencia. Pasados estos años vemos que sigue siendo igual de ineficaz y vemos que los socialistas se han unido a estas críticas. Hasta ahora no se ha podido cambiar porque no había recaudación suficiente para mejorar el modelo porque es muy complicado abordar esa remodelación si en la mesa de negociación algunas autonomías tienen que ceder presupuesto. Así que ahora intentaremos llegar a un acuerdo que satisfaga tanto a las CCAA que reclaman inversiones por despoblación o dispersión geográfica como a las que se sienten infradotadas como es el caso de la Comunitat Valenciana, criterio que yo comparto. Y es que aunque aquí las plazas sanitarias o educativas cuestan menos per cápita que en Castilla-León por ejemplo, claramente estas plazas se encuentran por debajo de lo que deberían porque hay más población que cómputo de presupuestos para las competencias fundamentales. En definitiva, nuestro objetivo es remodelarlo, si no este año, esta legislatura.
-A veces se tiene la sensación que desde Génova no se entiende el problema valenciano y nos meten a todos en el mismo saco como si todas las CCAA estuvieran igual de mal, cuando la Comunitat y la Región de Murcia están especialmente perjudicadas.
-Es innegable. Conozco bien la sensación de agravio comparativo que se tiene aquí y no es imaginario, es real. Curiosamente, por un 'buen motivo', que es que la Comunitat Valenciana siempre ha superado las expectativas demográficas, también en materia empresarial y en necesidad de cobertura de servicios básicos entre otras cosas por el turismo. Lo que intento explicar es que el agravio no es comparativo: no es que alguien haya querido perjudicar a la Comunitat. Lo que además falta es el Corredor Mediterráneo, en el que llevamos 6.000 millones de euros ejecutados y otros tantos planificados y que estamos completamente de acuerdo en que se tiene que agilizar. En cuanto a la financiación, hay que ver como ajustar el modelo entre las CCAA que tienen criterios distintos para fijar esta reestructuración.
-¿Está supeditada la solución a lo de la financiación a que haya una salida al problema de Cataluña? Porque esto preocupa aquí...
-Yo creo que la nueva financiación autonómica será una de las llaves para desbloquear el imaginado agravio que exhiben los independentistas catalanes. La financiación que han tenido ha sido a su medida y sin embargo ellos se han mostrado ineficaces en la gestión. Así que dentro de lo que pase después del 1 de Octubre no se va a poder ceder ni en soberanía nacional, ni en unidad de España, ni en igualdad de todos los españoles... pero sí que creo que debemos hacer un modelo que encaje en las demandas de Cataluña pero también del resto de las CCAA. Así que yo tengo confianza en que cuando baje la espuma del independentismo podremos hablar de las cuestiones que realmente importan.
-¿Se plantean una negociación bilateral con Cataluña para crearle un espacio determinado?
-No. La bilateralidad con las CCAA no existe. Las únicas negociaciones que pueden considerarse así de alguna manera son por la foralidad que consagra la Constitución y tampoco son de igual a igual.
-Con Canarias la ha habido en los Presupuestos...
-A ver, hay negociaciones individualizadas en este caso porque ellos tienen un criterio de doble insularidad y además de región periférica.
-La pregunta venía por si, de alguna forma, más allá del efecto de un beneficio económico hacia Cataluña, se contemplaba algún tipo de negociación para que al menos tenga un efecto psicológico de que no es una comunidad más.
-Bueno, y a lo mejor la Comunitat Valenciana tampoco quiere ser una más entonces, porque si comparamos sus dos historias creo que sale ganando la Comunitat Valenciana. Así que si Cataluña quisiera un estatus especial, que no lo vamos a permitir, la Comunitat Valenciana haría muy bien en exigirlo.
-¿No temen que precisamente aquí, con los problemas de infrafinanciación e inversiones por debajo de la media, termine desarrollándose un discurso si no nacionalista, más reivindicativo de carácter valencianista?
-Bueno, creo que esa vía sería en todo caso anexionista. A veces oigo discursos del nacionalismo valencianista y los veo ofensivos porque se observa ese deseo de Països Catalans o, por lo menos, de mirarse en el reflejo del desvarío secesionista, imitando un ejemplo que está fracasando porque deriva en una desbandada de empresas, en hacer más incómodo el turismo y en rebajar las inversiones internacionales. Aquí está acertando el PPCV, porque es un partido españolista y al mismo tiempo con mucha sensibilidad valenciana. Todo ello es compatible y quiero pensar que aunando estas dos cosas condenaremos al fracaso a estos proyectos nacionalistas de la izquierda.
-Pero a veces es complicado ese equilibrio. Un ejemplo de ello fue cuando el grupo parlamentario del PP firmó en Les Corts la declaración contra los presupuestos de Rajoy porque se consideraba que marginaban a los valencianos, algo que molestó en Madrid. ¿Lo vio un error?
-Pero es que eso a mí eso me pasa también. Yo defiendo los PGE cuando estoy en Génova en una rueda de prensa pero luego estoy en Ávila, mi circunscripción, y tengo que reclamar más inversiones. Lo que hay que intentar es reivindicar de forma constructiva y poniendo de relieve lo bueno de las cuentas porque demasiado a menudo se pone solo a la luz de la vela las inversiones, que al final son el 10% de los PGE. Estaría bien destacar el resto también aunque es comprensible mediáticamente. Además, en estos últimos presupuestos hubo un suplemento de 5.132 millones de euros para las CCAA; creo que unos 800 para la Comunitat Valenciana.
-Ya pero es que aquí quedamos los últimos también en euros por habitante en ese reparto...
-Volvemos a lo de antes. Es la pescadilla que se muerde la cola porque, efectivamente, eso se hace en base a la financiación autonómica y eso es lo que hay que reformar.
-Otro asunto, ¿usted cree que debe abrirse una nueva televisión pública autonómica en la Comunitat Valenciana?
-Mi opinión es que no es necesario. Los medios privados están haciendo una labor eficaz, plural e independiente y además desde TVE se hace una desconexión territorial con un equipo suficiente y profesional para llevar la información a los valencianos. Creo que ahora mismo, que estamos saliendo de la crisis y con las necesidades que existen, no es prioritario.