VALÈNCIA. La Confederació de Cooperatives de la Comunitat Valenciana (Concoval) celebraba el pasado mayo su asamblea general, donde se daba el relevo en la presidencia de Emili Villaescusa a Emilio Sampedro. El nuevo presidente llega en un momento de cambio, tras ocho años del Govern del Botànic en el que las cooperativas han tomado una posición relevante en el modelo económico defendido por la Conselleria de Economía.
"Estamos bastante satisfechos con la labor del gobierno del Botànic porque apostaron claramente por la economía social y por el cooperativismo en particular. No se ha conseguido todo lo que queríamos, pero han puesto mucho de su parte", señala Sampedro, quien asegura que en sus conversaciones con el popular Carlos Mazón también ha visto predisposición en continuar con el fomento del modelo.
A día de hoy, el cooperativismo valenciano representado en la Confederació agrupa a más de 2.600 empresas, que dan empleo directo a casi 60.000 personas y tienen un volumen de ventas total cercano a los 8.000 millones de euros, lo que supone un 7,1 % del PIB autonómico. Además, Sampedro tiene claro que la filosofía de las nuevas generaciones camina hacia la cooperativa.
- ¿Cómo valoraría la labor del Botànic para dar a conocer y potenciar las cooperativas?
- Estamos bastante satisfechos con la labor del gobierno del Botànic, porque apostaron claramente por la economía social y por el cooperativismo en particular. No se ha conseguido todo lo que queríamos, pero han puesto mucho de su parte. Sobre todo agradecidos al conseller de Economía y a la directora general, que han creído en el sistema y han intentando solucionar muchos de los problemas que tiene el sector. No todos los han conseguido, pero han puesto toda su voluntad y empeño.
- ¿Qué es lo más destacable de lo conseguido en estos años?
- Una estabilidad presupuestaria en cuanto a las ayudas de estructura y de fomento de la economía social para las cooperativas. También se ha consolidado el Consejo Valenciano del Cooperativismo, y además con la presencia del conseller en sus reuniones. Se ha intentado solucionar el tema del registro de cooperativas, porque lleva muchos años con problemas de funcionamiento, aunque todavía no se ha terminado de conseguir. También se ha intentado que el cooperativismo tenga una representación a nivel importante en el diálogo social y aunque no se ha terminado de conseguir, se han puesto las primeras piedras.
- ¿Qué ha faltado?
- Principalmente, en el tema de la gobernanza del cooperativismo, el Registro de Cooperativas no ha terminado de funcionar como esperábamos. Se ha intentado cambiar el modelo, pero no se ha solucionado. Y tampoco hemos conseguido estar presentes en el diálogo social. Sí se ha reformado la Ley de Cooperativas, pero el reglamento del registro mercantil, que es del 86, no se ha podido todavía publicar.
- ¿Cuál es el problema del Registro de Cooperativas?
- Queremos igualdad respecto a cómo funciona el registro mercantil. Que los plazos sean asequibles. Queremos que el registro de cooperativas exista, pero que los plazos de inscripción y constitución sean razonables. No digo en las 72 horas que tarda el registro mercantil, pero ha habido épocas en las que los plazos eran excesivos.
- ¿Esperáis conseguir esto con el próximo Gobierno?
- Nuestras aspiraciones siempre son las mismas, esté quien esté. Cuando antes de las elecciones tuvimos una visita a todos los partidos políticos con el decálogo de nuestras peticiones, el feeling con el Partido Popular y Carlos Mazón fue que iba a apostar por solucionar estos dos temas.
-El escenario social también parece que rema a favor del modelo de las cooperativas con toda la política de RSC. ¿A usted qué le parece?
- En estos últimos años se ha dado un cambio en los valores de la sociedad. En la anterior crisis, hablábamos de una crisis de valores, porque la gente se ha dado cuenta de que el capitalismo a cualquier precio no vale. Evidentemente, se ha redescubierto, porque estos valores en las cooperativas están desde hace 100 años, pero la gente se ha dado cuenta de que hay otras formas de hacer empresa.
Muchas personas están priorizando el consumir y estar dentro de una cooperativa por valores como la sostenibilidad. La gente busca otros valores intangibles que hasta ahora no buscaba, y en eso las cooperativas somos especialistas y hemos notado un acercamiento a nuestro modelo.
- ¿En qué sectores está despuntando más el modelo de cooperativa?
- Las cooperativas estamos en la punta de lanza de todos los sectores. Pero las cooperativas de trabajo están teniendo un auge importante, las de viviendas ahora se están poniendo bastante de moda con la vivienda colaborativa, tanto para gente joven como para gente mayor que quiere un envejecimiento colectivo y activo. Entonces, a través de la colaboración público privada, el Botànic último ha puesto bastante énfasis en la ley de viviendas colaborativas, porque se está dando bastante auge con las cooperativas.
Por otro lado, las cooperativas eléctricas, están teniendo un papel importante en la creación de comunidades energéticas locales. Porque la gente busca una energía sostenible, barata y cercana. También las cooperativas agroalimentarias están más fuertes que nunca, estamos exportando el 78% de los productos. Cooperativas de servicios de consumidores y usuarios. Todos los sectores están aumentando.
- Ahora se habla mucho de comunidades energéticas.
- Es que cuadra totalmente con la fórmula cooperativa. Lo que pretendemos es potenciar esas comunidades energéticas a través de cooperativas. Al final es un modelo sostenible, económico, de gente que trabaja para satisfacer una necesidad.
- ¿Hay otros modelos que se deberían regular?
- En viviendas colaborativas también se está regulando, porque también es un concepto distinto. Al final, pueden ser cooperativas en las que la propiedad no sea de las personas que habitan las viviendas, y eso a veces no está bien regulado y crea conflictos a la hora de financiación. Todo esto habría que regularlo mejor.
- ¿Y la agricultura? ¿Por qué no aparece la solución?
- Es un problema tradicional, y gracias a que están las cooperativas, porque si no estuvieran esto sería exponencial. Hay que seguir avanzando en darles esas facilidades y trabajar a través de las cooperativas para conseguir la maximización de su producto. Que no veamos esas diferencias entre lo que se paga al agricultor y lo que acaba saliendo al mercado. Si el agricultor estuviera solo frente a las grandes superficies habría mucha más desigualdad. Pero todavía hay que trabajar mucho para que no exista esa diferencia entre lo que se le paga al agricultor y lo que acaba saliendo al mercado. Las cooperativas son un vehículo importantísimo de la redistribución de riqueza.
- En las startups no vemos a priori mucha penetración del modelo de cooperativa.
- Hay presencia de cooperativas, pero el modelo que buscan muchas veces estas empresas es capitalista del pelotazo, de constituir una empresa tecnológica, buscar inversores, venderla pronto y ganar mucho dinero. Esto no va con la filosofía de las cooperativas, donde creamos un empleo estable, de continuidad, arraigado y no buscamos la maximización del beneficio, sino de la satisfacción del propio socio. Por eso, muchas veces estas empresas no cuadran con nuestra filosofía. Pero hay empresas salidas de universidades y de centros tecnológicos que sí están apostando por una cultura de continuidad.
- ¿Diría que la situación de incertidumbre genera más o menos cooperativas?
- A veces es inverso a la marcha del mercado económico. Cuando hay estabilidad económica y más empleo por cuenta ajena, la gente se lanza menos a emprender. Con cierta inestabilidad, a la gente no le queda muchas veces más remedio que emprender. Pero esta tendencia está cambiando y antes mucha gente venía a la fórmula cooperativa por esa necesidad de emprendimiento que tenía, pero ahora viene mucha convencida con este modelo de hacer empresa.
- Consum sigue en conflictos con Hacienda por una interpretación de la Ley de Régimen Fiscal de cooperativas. ¿Todavía no se ha solucionado esta cuestión?
-Ahí estamos todavía en vías de solución porque la Ley Fiscal no depende de la Comunitat Valenciana, sino a nivel nacional. Tenemos que conseguir que se modifique la Ley Fiscal. Y a partir de nuestras organizaciones nacionales, como Cepes, la confederación española de economía social, estamos en ello.
Tenemos que diferenciar entre la ley sustantiva, que es la Ley de Cooperativas, y la Ley Fiscal. Esta última es del año 1990 y se ha quedado desfasada. La ley sustantiva se ha modificado ahora con el último paquete de la ley de Economía Social, al igual que a nivel autonómico la última modificación que se ha hecho es la de la Ley de las Cooperativas. Pero todavía estamos pendientes.
- ¿En qué ha consistido la última modificación autonómica?
- Ha sido una adaptación. Normalmente la realidad va por delante de la legislación y había que modificar algunas cuestiones que provenían de la forma laboral y otras que provienen de la realidad como convocatorias de asambleas, de temas digitales, reuniones telemáticas, de clases de cooperativas,... La economía es viva y cada vez nacen más formas de hacer empresa que no están en ninguna ley. Ahora estamos trabajando mucho con cooperativas polivalentes. La gente ahora no hace solo una cooperativa de trabajo, sino de trabajo, con consumidores y usuarios, con viviendas,...
Por ejemplo, están las viviendas colaborativas y el cohousing para gente senior. Se realiza a través de una cooperativa de viviendas pero también tiene consumidores y usuarios porque presta servicios a sus socios como geriátricos, médicos, lúdicos, deportivos o de transporte. En esa cooperativa, también puede haber parte energética, crédito,... Modelos polivalentes que no estaban recogidos en la ley. Es adaptación a la modernidad.
- ¿Se acerca más gente al modelo cooperativo?
- En general sí que vemos más gente que se acerca más gente al modelo cooperativo en todas sus clases.
- El modelo de cooperativa dificulta la entrada de inversión privada como capital riesgo o fondos. ¿Con la búsqueda de la economía social esto ha cambiado? ¿Siguen generándose dificultades de inversión?
- Es un tema que es costoso por nuestra idiosincrasia. Es más difícil que aparezca un inversor que pretenda ganar sin trabajar ni formar parte de la cooperativa. Tenemos otros medios. Por ejemplo, la Generalitat puso a disposición créditos del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) para la constitución de cooperativas.
- ¿Pero es suficiente?
- No es suficiente. Harían falta más modelos de financiación para facilitar el acceso al crédito de las cooperativas. A veces encontramos dificultades porque estos créditos deberían estar más basados en modelos de negocio que en el aval de los socios. Entonces, sería interesante poder avalar en base a un proyecto, al margen de que tenemos entidades cooperativas de crédito que también apoyan estos proyectos.
- ¿Se ha normalizado el concepto de cooperativa para el ciudadano durante estos ocho años?
- Nosotros tenemos una gran culpa de que no se conozca mucho más el modelo, pero también las entidades públicas juegan un papel importante. Cuando le dan normalidad al modelo, como ha sido esta época del Botànic, a la gente le llega como un modelo más dentro del tejido empresarial valenciano al que pueden optar. En otras épocas hemos sido los raritos del sistema, y ahora se le ha dado normalidad, como otra forma de hacer empresa que estamos seguros de que va a continuar con el nuevo gobierno. Todo el mundo ha normalizado que el cooperativismo es una forma de hacer empresa diferente que se adapta muy bien a los tiempos actuales.
- Las nuevas generaciones quieren el trabajo para vivir, y no vivir para trabajar, o al menos eso subyace en el ambiente.
- Cada vez hay más nuevas generaciones alineadas con esto. Hay tendencias en países como Estados Unidos, muy lejos de las de nuestros padres y abuelos. La gente lo que hace es trabajar para poder vivir, no vivir para trabajar. El modelo cooperativo, como lo que maximiza no es ese beneficio sino el bienestar del socio, es un modelo en el que la gente joven ve esos valores y se identifica con ellos. Cada vez hay más gente joven y muy preparada que busca el cooperativismo para trabajar a su aire.
Cada vez estamos más lejos de las grandes multinacionales que exploten al trabajador y a la gente nos gusta más emprender en colectivo. Todo tiene su parte buena y su parte mala. Esa parte de emprendimiento, de aventura y de responsabilidad. A lo mejor buscar un trabajo fijo en una multinacional permite no tener que preocuparte de otra cosa, pero creo que compensa ese emprendimiento colectivo, de otra forma, con otros valores que a lo mejor un sueldo fijo y estable, con un horario fijo.
Las cooperativas tenemos ese carácter democrático. La mayoría tenemos facilidades para conciliar la vida familiar. Incluso a veces preferimos ganar menos pero trabajar con más calidad, y cuando las cosas vienen mal somos los primeros que podemos apretarnos, porque tenemos esa flexibilidad. En épocas difíciles, las cooperativas han sido más resilientes. En la anterior crisis, las cooperativas se comportaron mucho mejor que las sociedades mercantiles. Hasta la ministra dijo que si todas las empresas fueran cooperativas se habrían perdido un millón de empleos menos.
En la crisis sanitaria, Labora ha constatado que del alto volumen de ERTEs que tuvieron muy pocos fueron de cooperativas. Cuando las cosas van bien, podemos permitirnos el lujo de repartirnos beneficios, pero cuando las cosas van mal somos conscientes de que hay que apretarse el cinturón, trabajar más y cobrar menos. Pero como al final es tu propia empresa, pues tienes esa facilidad.
-¿Cree que deberían priorizarse las cooperativas en los concursos de la administración?
- Nosotros hablamos de discriminación positiva. Al final, lo pedimos porque las cooperativas estamos ofreciendo unas condiciones que no van a ofrecer las sociedades mercantiles que, muchas veces, incluso vienen de fuera. Una cooperativa que sea valenciana va a estar arraigada en el terreno, los socios van a repartirse los beneficios que genere la actividad, que se van a reinvertir en el sitio donde esté la cooperativa y los servicios que se van a prestar al usuario siempre van a ser de más calidad porque los prestará el socio, que a la vez es dueño de la empresa. Entonces, esa vertiente social debe de primar en los concursos públicos, esa discriminación positiva.
-Hay empresas mercantiles que empiezan a optar por modelos más sociales.
- Al final el cooperativismo es una forma de vida. Tiene unos valores que mucha gente se ha dado cuenta de que se adaptan a lo que ellos están buscando. Si lo tenemos todo dentro del cooperativismo, para qué vamos a buscarlo fuera. Integrémoslo todo. Incluso gente que tiene otros sistemas, han conocido el cooperativismo y se acercan porque lo ven como algo complementario a sus fórmulas de hacer negocio, como las empresas de Montessori. Somos complementarios.
- ¿Se ha cambiado la perspectiva sobre las cooperativas?
- Se ha entendido muchas veces que las cooperativas éramos los que atendíamos a servicios sociales, marginados y ONGs, y al final las cooperativas somos empresas mercantiles que queremos obtener beneficio, como cualquier otra empresa. Lo único es que no queremos hacerlo a cualquier precio. No prima el beneficio, porque es más importante la calidad de vida del trabajador que la maximización del beneficio.
Solemos decir que la gran diferencia con las empresas mercantiles, es que éstas ponen a las personas al servicio del capital, y las cooperativas ponemos el capital al servicio de las personas. Son más importantes las personas que el capital.
- ¿Cuál es el objetivo de Concoval con el nuevo gobierno?
- Hemos presentado un decálogo a todos los partidos políticos. Tenemos el Consejo Valenciano de Cooperativismo, del que nos gustaría tener la gestión desde la Confederación de Cooperativas para hacer un órgano potente. Que el modelo cooperativo se extienda más y que nuestra representación sea importante dentro del panorama económico valenciano. Queremos avanzar en la colaboración público-privada de cooperativas, mejor llamada público-cooperativa, para maximizar el servicio al menor coste posible y con la mayor calidad.
Queremos seguir avanzando en que el cooperativismo se enseñe en todos los niveles de educación, desde la educación primaria a universidades. Además, tenemos la idea de crear un hub tecnológico de cooperativismo, donde los emprendedores prueben su producto antes de salir al mercado.