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ENTREVISTA AL DIPLOMÁTICO Y EXCONSELLER de educación del primer gobierno de zaplana

Fernando Villalonga: "Bonig debe tener cuidado con el conflicto lingüístico"

Foto: MARGA FERRER
14/01/2019 - 

VALÈNCIA. La caída de Mariano Rajoy y el posterior triunfo en las primarias del PP de Pablo Casado han revitalizado a un importante sector del partido liderado por José María Aznar que llevaba años arrinconado o incluso marginado por decisión del anterior líder popular.

Ahora, estos dirigentes han recuperado la voz animados por el triunfo de Casado, quien ha abierto las puertas para que vuelvan a colaborar con un PP que se ve amenazado por Vox, una fuerza que para los dirigentes populares bebe de las esencias de la gaviota y están consiguiendo aprovechar el flanco que dejó al descubierto Rajoy.

Fernando Villalonga (València, 1960) es uno de esos referentes aznaristas que, según él mismo admite, se vio "apartado" con el liderazgo de Rajoy y ahora colabora con la Ejecutiva de Casado. Exconseller de Educación y Cultura durante un año en el primer gobierno de Eduardo Zaplana, ex secretario de Estado de Cooperación Internacional con Aznar, exdiputado nacional por Castellón y exconcejal de las Artes -cargo no electo- en Madrid con Ana Botella, este diplomático de carrera reflexiona sobre la situación de España y de su propio partido, además de la irrupción de Vox y sus previsiones para la Comunitat Valenciana.

-¿Cómo fue su salida de su último destino, la embajada de Brasil?
-Fue producto del cambio de gobierno y de estas depuraciones que suelen hacer nuestros 'amigos'. Tuvo lugar en septiembre, apenas un año después de haber sido nombrado, y regresé al ministerio [de Asuntos Exteriores] donde tengo un puesto relevante pero hago otras cosas. También ayudo al PP, sobre todo en el programa de Exteriores.

-Ayuda desde que está Casado...
-Sí, sí, desde que está Pablo. Su llegada ha significado un soplo de juventud, alegría, nuevas ideas y de ilusión para los militantes del PP. Ha sido un giro enorme porque muchos estábamos desilusionados dado que no se contaba con muchísima gente y corrientes esenciales del partido. Además, el equipo de Casado es buenísimo.

-¿Pero usted fue apartado?
-Sí, sí. Yo era del sector aznarista y estuve apartado por ello durante todo el periodo de Mariano Rajoy.

-Fue concejal en el periodo de Ana Botella en el Ayuntamiento de Madrid. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Posiblemente fue el puesto más divertido que he tenido en político pero era concejal no electo y tuve que salir junto a otros 50 ediles de toda España por un recurso sobre la Ley de Grandes Ciudades.

No considero a Vox un partido de extrema derecha ni antisistema. Tiene un programa económico liberal que yo suscribo al 100% y puedo suscribir el 60% o 70% de sus ideas

-¿El periodo de Rajoy se ha vivido como una travesía en el desierto para la gente que había trabajado o sido próxima de Aznar? Es decir, por lo que ha dicho, no se contaba con ustedes...
-Sí. Fue un error gravísimo por parte de Rajoy y que se tradujo después en una pérdida de votos y diputados. Tuvo una mayoría absoluta en la que podía haber abordado grandes reformas que el Estado necesitaba y no las hizo. Desde el punto de vista ideológico se hizo muy mal: por ejemplo, no se modificó la Ley de Memoria Histórica y luego no se supo manejar el gran problema que tenemos los españoles que es Cataluña. Lo único que se llevó bien fue el ámbito económico dado que se evitó la intervención.

-Piensa que de aquellos polvos estos lodos...
-Exactamente. El surgimiento de Vox viene de hecho de la desilusión de gran parte del electorado del PP con lo que eran sus esencias. Y vaya por delante que no considero a Vox un partido de extrema derecha ni antisistema. Tiene un programa económico liberal que yo suscribo al 100% y puedo suscribir el 60% o 70% de sus ideas. No se puede comparar ni con el Frente Nacional francés ni con la Liga Norte de Salvini.

-¿Tampoco se parece para usted al brasileño Bolsonaro, al que conocerá de su paso por Brasil?
-Lo conozco bien. Es un producto del país, un populista que proviene del ejército. Un hombre de orden ante un país absolutamente corrompido, con el presidente Lula en la cárcel, 70.000 homicidios al año... Al final el brasileño lo que desea es lo que pone en su bandera: 'Orden y progreso'.

-Vox se hace llamar la nueva derecha, lo cual es preocupante para el PP. ¿Qué debe hacer su partido para no ceder terreno?
-Yo creo que con Casado se ha frenado la sangría de votos. Por otro lado, el PP tampoco puede asumir el 100% de los postulados de Vox porque no los comparte. Por ejemplo, yo no creo que el sistema autonómico sea reversible y pienso que ha sido bueno en general para España. Tampoco queremos recuperar todas las competencias en educación, sanidad, seguridad e ir hacia un proceso de recentralización. Esas son diferencias fundamentales con Vox que el PP no comparte ni compartirá porque es un partido de gobierno y Vox no lo es.

-Dice que Vox no le parece de extrema derecha pero, ¿le parece populista?
-Sí. Precisamente porque muchas medidas de las que propone no son realizables. Yo no veo posible una reforma constitucional que suprima el Estado de las autonomías como propone Vox, así que eso es un brindis al sol y hacer demagogia. Otro de los grandes temas que tienen es la ideología de género: yo comparto, y creo que el PP también lo hace, que la ideología de género es absolutamente deleznable y es un refugio del neocomunismo. Esto ha pasado por distintas fases: la de igualdad de la mujer, que todos suscribimos... pero luego se ha pasado a que la mujer es al hombre lo que el trabajador es al capitalista y hay que acabar con el capitalista y con el hombre... pues es inaceptable. Y el Pacto de Estado contra la Violencia de Género está influenciado en algunos aspectos por la ideología de género. En la supresión de la carga de la prueba, en los efectos civiles de una denuncia por maltrato... Es decir, bebe en algunos casos de esa ideología comunista que dice que la familia no puede ser patriarcal y por tanto no puede ser familia y acabando con el hombre hace que los valores sean transmitidos por el Estado y no por la familia. Esto es lo que subyace filosóficamente dentro de la ideología de género. 

El Gobierno de Sánchez se ha constituido con el apoyo de los independentistas, de los terroristas de Bildu y de los neocomunistas de Podemos, además de ser cómplice del golpe de Estado continuado que se está dando en Cataluña

-Bueno, de lo que hablamos es de una ley aprobada mayoritariamente por el Parlamento y que Vox quiere cargarse. ¿Está de acuerdo?
-No, nosotros no coincidimos. Creemos que es mejorable pero no estamos de acuerdo en eso. Creemos que hay una violencia contra las mujeres que es gravísima y debemos dar soluciones pero soluciones que se ajusten al derecho y a la igualdad de todos los españoles y a la igualdad entre hombres y mujeres, no presuponer la culpabilidad del hombre cada vez que haya una denuncia. Es una ley mejorable. Y todo esto también es producto del complejo que hemos tenido en la derecha ante estas ideologías dominantes que se han instalado después de la caída del Muro de Berlín principalmente en las universidades. El animalismo, la ideología de género, el ambientalismo, la inmigración, el bienvenidos 'cabemos todos' y todo el mundo es bueno, el Aquarius... No puede ser y es uno de los verdaderos retos para nuestra sociedad afrontarlo.

-Andalucía ha sido el laboratorio de cómo se pueden comportar PP, Ciudadanos y Vox en unas negociaciones por un gobierno. Cs adoptó una postura más férrea de no negociar con Vox y entregarle la responsabilidad al PP. ¿cree que es una posición concreta que puede cambiar si ellos optan a una presidencia autonómica?
-Creo que es una estrategia nacional. Pienso que Albert Rivera está tratando de ocupar el puesto que el PSOE ha abandonado en España desde hace tiempo, cuando era un partido socialdemócrata pero con ideas claras de lo que es la nación, el Estado... Ahora, con el Gobierno de Pedro Sánchez, que se ha constituido con el apoyo de los independentistas, de los terroristas de Bildu y de los neocomunistas de Podemos, además de ser cómplice del golpe de Estado continuado que se está dando en Cataluña, Rivera creo que aspira a ocupar ese espacio de centro izquierda y por eso ese alejamiento de Vox es estratégico. 

-¿Y el PSOE dónde queda entonces a su juicio?
-Es que para mí el PSOE se está disolviendo porque el voto en Andalucía mí ha sido muy en clave estatal y ya hemos visto los resultados. En cuanto a la Comunitat Valenciana, Ximo Puig preside un Consell que tiene cero peso político en Madrid y que sufre una falta de infraestructuras y una infrafinanciación crónica. Además, por otro lado, está manteniendo un silencio abominable y cobarde en el gran debate que tenemos los españoles que es la independencia de Cataluña. Los partidos que apoyen el independentismo o sean cómplices del independentismo están condenados a la marginalidad.

-Ni el PSOE ni el PSPV están apoyando el independentismo. De hecho, se manifiestan en contra.
-Pero están en contra de la aplicación del 155, no critican a Iceta [líder del PSC], apoyan la posibilidad de indulto a los golpistas... están dando fuelle en definitiva.

Hay un silencio cobarde en Valencia sobre Cataluña y eso pasará factura

-Pero no apoyan el independentismo.
-Lo que digo es que hay un silencio cobarde en Valencia y eso pasará factura. Porque las próximas elecciones serán en clave nacional igual que las andaluzas, así que aquel partido que aquí apoye el independentismo, se manifieste tibio con él o juegue con el concepto quimérico de los países catalanes, está llamado a la marginalidad.

-¿Y qué solución ve usted para el problema catalán?
-Aplicación del 155. Elecciones ya, un gobierno fuerte que no acepte chantajes continuos y que aplique la ley y la Constitución.

-Los dos millones de catalanes independentistas seguirán existiendo y, por tanto, el problema también.
-Me preocupan más los otros dos millones y medio de personas que viven sin derechos, sometidos a una dictadura ideológica nacionalista. 

-Usted fue conseller de Educación con el gobierno de Eduardo Zaplana. ¿Está siguiendo la gestión de Vicent Marzà de Compromís al frente?
-No la he seguido mucho pero no creo que sea comparable la situación valenciana con la de Cataluña. En cualquier caso, el Estado debe ejercer sus competencias y garantizar que el español y el valenciano sean vehiculares en todo el sistema educativo.

-Usted participó en la pacificación del conflicto lingüístico en aquel gobierno de Zaplana al menos en los inicios, ¿cómo recuerda aquello?
-Pues lo recuerdo con orgullo porque era un conflicto absolutamente artificial que no había existido ni durante el Franquismo. El diccionario valenciano-catalán-balear se presentó en el ayuntamiento con Ramón Izquierdo. Lo Rat Penat tenía tesis absolutamente contrarias a las que tiene ahora. Fuimos un partido de gobierno y tuvimos que hacer posible ese gobierno dentro de la seriedad. ¿Hubiese sido serio que cambiáramos la normativa de la lengua o que nos hubiéramos inventado una lengua diferente?

UNA COSA ES QUE NO SE GARANTICEN LOS DERECHOS LINGÜÍSTICOS EN EL SISTEMA EDUCATIVO Y ANTE ESTO HAYA UNA LÍNEA DE ACCIÓN, Y OTRA COSA ES QUE SE PUEDA VOLVER A BATALLAS ARTIFICIALES COMO FUE LA DE VALÈNCIA

-Pero el PP y antes AP había vivido de esa batalla...
-Efectivamente porque fue un conflicto político utilizado. Ante la amenaza del nacionalismo en Cataluña se tuvo miedo aquí y se dividió a través de la lengua y de la cultura. Así de claro.

-Bueno, pero aquí el PPCV de Isabel Bonig todavía agita a veces este conflicto...
-Pues le diría que hay que tener cuidado con eso porque Isabel Bonig y el PPCV aquí son opción de gobierno. Hay que ser cuidadoso y posibilista. Que esas cosas las plantee Vox, bueno, porque al fin y al cabo nunca será opción de gobierno, pero el Partido Popular tiene que medir mucho las cosas que dice. Una cosa es que no se garanticen los derechos lingüísticos de los valencianos en el sistema educativo y ante esto haya una línea de acción, y otra cosa es que se pueda volver a batallas artificiales como fue la de València porque, gracias a Dios, la sociedad valenciana lo ha superado.

-Hablando de su etapa de conseller con Zaplana, ¿cómo ve la situación del expresident?
-La veo escandalosa. Me produce mucha pena porque está grave física y anímicamente. Para mí la jueza está aplicando ideología porque Zaplana no está condenado y a otros que sí lo están y con crímenes probados más graves salieron de la cárcel en este tipo de situación. Y bueno, no solo lo digo yo, lo ha dicho Ximo Puig o Mónica Oltra.

-¿Le apetece volver a la política activa?
-Yo ya pasé y ahora hay una nueva generación que debe tomar las riendas y lo está haciendo. Los seniors creo que estamos para apoyarles. La política es una vocación de servicio público y es muy sacrificada, porque tienes que abandonar tu privacidad y tus negocios para entrar en política. Es muy importante que dignifiquemos su papel o siempre tendremos políticos mediocres que es el peligro que estamos corriendo ahora.

-¿Qué pronóstico hace en la Comunitat Valenciana para las elecciones?
-Creo que puede haber un paralelismo entre Andalucía y la Comunitat porque seguirá teniendo mucha importancia la cuestión nacional. Además, aquí se ha producido una renovación muy importante liderada por gente como Isabel Bonig o como María José Catalá.

 

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