ENTREVISTA AL RECTOR DE LA UPV

Francisco Mora: “La calidad de las Universidades públicas es superior a la de las privadas”

Llegó a la Universidad en un momento crítico a nivel financiero, pero esto no ha impedido su apuesta decidida por la investigación técnica, la integración empresarial y la proyección internacional. Catedrático en Tecnología Electrónica, Mora hace números de su mandato, y el resultado es positivo

11/07/2016 - 

VALENCIA. El despacho de Francisco Mora (Elche, 1968) comprende un amplio espacio con acabados de madera, salpicado por una librería repleta de títulos enciclopédicos, además de cuadros de Horacio Silva, Tàpies e Yturralde repartidos por las paredes. Una composición geométrica de este último preside la conversación que Valencia Plaza mantiene con el rector de la Universitat Politècnica de València (UPV), encuentro que resulta distendido y cercano. Está al frente de la institución líder en investigación y responsable de la formación técnica en la Comunitat, pero no parece amedrentado, sino entusiasmado.

Catedrático de Tecnología Electrónica, también fue vicerrector de Planificación e Innovación, y el único candidato dispuesto a presentarse a las elecciones de 2013 tras la marcha de Juan Julià. Por suerte, obtuvo un amplio respaldo de la comunidad académica. “Era un momento complicado”, admite, “sigue siendo difícil, pero entonces especialmente, porque había unas deudas muy grandes”. Si decidió aceptar la responsabilidad es porque pensaba que podía “contribuir y ayudar a la Universidad, aportar”. Hace especial hincapié en esa sensación de hermanamiento, de equipo, en la que se apoya para seguir creciendo.

El “saneamiento” de las cuentas

Mora afirma que su principal preocupación como rector son “los retos académicos”, pero admite que también es importante recabar recursos a fin de poder acometerlos. La UPV cerró su último ejercicio con un superávit de 9 millones de euros. “Cuando llegué aquí, superar la gran cantidad adeudada en los pagos era lo más inminente”, explica. “Nunca hemos tenido números rojos, pero los presupuestos aprobados por Les Corts no se cumplían y se iban deslizando las mensualidades, hasta llegar a una anualidad completa de deuda. Estábamos al límite y con unas pólizas de crédito muy altas”, relata el rector.

La situación se regularizó, o al menos se recondujo, a finales de 2014. Fue entonces cuando se cerró un pacto para sanear la institución, que pretende haber cumplido todos los objetivos para 2022. “Confiamos en su cumplimiento. Aquí hemos sido muy leales con el Gobierno valenciano”, admite Mora. Entienden que la devolución de la deuda no puede darse de golpe, por lo que se acogen al calendario acordado, y reconocen que ya han empezado a recibir algunos de los pagos, aunque aún queda “camino por recorrer”.

A la vanguardia académica

“Mi mayor reto era mantener el alto grado de compromiso de las personas”, insiste el rector de la UPV, volviendo a su discurso sobre aunar a la comunidad”. “Todos los días había una noticia negativa, pero esto no nos ha separado”, precisa, resaltando que el espíritu grupal no se ha dejado aminorar por las circunstancias externas. “En general, tenemos un grupo muy comprometido e integrado, no sé si por la disposición de los campos”, comenta.

Sabe que buena parte del éxito reside en su apuesta constante por la innovación, , lo que definen como “prioridad”. Pese a que el Ministerio de Ciencia e Innovación redujo un 34% la partida presupuestaria en el sistema investigador, ellos continuaron buscando fondos. “Había que evitar ese desánimo. Vale que hay menos recursos, pero no somos una Universidad más, sino un gran centro de estudios con una apuesta por la investigación, la formación actualizada y la vanguardia”, afirma. Así es como llegaron a la conclusión de diversificar las fuentes de ingresos en busca de patrocinadores e impulsaron la creación de dos nuevos centros para productos tecnológicos y artísticos.

Con todo ello, han acabado diseñado proyectos como el tren supersónico Hyperloop, un exoesqueleto inteligente para la Nasa, componentes para la misión Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea o prototipos de coches eficientes para el Fórmula Student de Alemania, entre otros avances en materias tan dispares como la biología sintética, el mundo del cómic o las áreas de debate. Mora destaca otras dos facetas. De un lado, que son la Universidad con mayor número de títulos acreditados a nivel internacional, un total de 23. De otro, que han puesto en marcha el Programa Generación Espontánea, centrado en que los estudiantes “aprendan mientras hacen”.

Educación pública y privada

Con respecto a recibir educación universitaria de carácter público o privado, Mora lo tiene claro: existen diferencias. Cree que la calidad de la enseñanza pública, “en líneas generales, es mejor que la de la privada, si atendemos a lo que nos dicen la mayoría de indicadores”. Hace referencia a los rankings universitarios, “donde los centros públicos suelen copar los primeros puestos”, y muestra su confianza en las listas “siempre mirándolas al detalle”. “Cada cual tiene sus indicadores: profesorado, investigación, internacionalización… Es esencial comunicar, no solo sus resultados, sino los puntos que valora cada una”, dice.

Partiendo de esta base, no es de extrañar su postura sobre la decisión de la Generalitat valenciana de retirar las becas a los estudiantes de las universidades privadas. “No creo que sea algo deseado por nadie, pero al final es una cuestión de priorizar recursos, y la Administración debe atender las necesidades de los centros de carácter público cuando los recursos son limitados”, dice. Un argumento que comparte al mencionar la exclusión de prácticas en hospitales públicos, pese a no ser una especialidad que gestionen en la UPV. “Al final estamos hablando de una formación tan importante como la de Medicina, y debemos garantizar que todos los alumnos de los centros públicos estén bien atendidos”, explica.

El rector de la UPV considera innecesaria la implantación de un numerus clausus que limite la creación de plazas en un determinado sector profesional, lo que permitiría a las universidades privadas seguir ofertando las titulaciones que consideren oportunas con independencia del mercado. “Nosotros no hemos recibido ninguna queja por parte de los sectores profesionales, con lo cual no hemos recortado plazas”, matiza, y añade: “Pero es que si podemos dar una formación para 50, ¿por qué íbamos a limitarla a menos?”. Defiende el funcionamiento de la nota de corte como filtro de calidad, aunque admite que las listas de espera de la UPV se han visto reducidas en los últimos años, “como consecuencia de la crisis económica y su impacto en las titulaciones técnicas”.

Va más allá: “Al final existen dos actitudes por parte de los países en lo que a I+D se refiere. Si nosotros no invertimos lo suficiente en el desarrollo de la investigación, no estamos al nivel de otros países y nos quedamos sin profesionales expertos en materias específicas”, afirma. Otro riesgo esencial es el de la ‘fuga de talentos’, con toda la inversión formativa desperdiciada que comporta. “Lamentablemente, la gente se tiene que seguir yendo fuera para investigar, o sencillamente para trabajar. Un ingeniero en España no cobra lo que debería”, asegura él, catedrático en Tecnología Electrónica.

“Híper regulación” en las contrataciones

Los criterios de selección de profesorado por los que se rige la Universitat Politècnica de València “son de máxima calidad y exigencia”, según su rector. “De entrada, ya son doctores, mientras que antes no era necesario”, precisa. Preguntado por la poca movilidad geográfica y el escaso relevo generacional, el rector culpa a lo que define como “híper regulación”. El marco normativo dificulta el desplazamiento docente a otros países, pero también la importación desde fuera, “algo que sería muy interesante para desarrollar “proyectos internacionales”. También afecta al hecho de traer a primeros nombres provenientes de sectores concretos de la empresa privada, “porque, ¿qué condiciones podemos ofrecerles nosotros, 900 euros?”.

Hace unos días Valencia Plaza se hacía eco de que la UPV rechazó la contratación de dos mujeres embarazadas para desempeñar la función de monitoras en su Escola d’Estiu, un servicio dependiente del Vicerrectorado de Responsabilidad Social y Cooperación. Tras aclarar que no se ha encargado directamente del tema, el rector respalda la decisión adoptada e insiste en que existían “informes médicos que desaconsejaban el ejercicio de tales funciones en estado de gestación”. Además, recuerda que se trata "de un puesto de trabajo de un mes Sería diferente si nos hubieran propuesto que adaptásemos uno fijo”, añade. No se plantea seguir profundizando en el tema ni adoptar medidas al respecto.

Un futuro de crecimiento

La oferta formativa de la UPV para el curso que viene todavía no está cerrada de manera oficial, pero incluirá novedades. Una de ellas, el nuevo Grado en Diseño y Tecnologías Creativas; también otro tecnológico que será impartido en Gandia con una metodología totalmente novedosa, al estar planteado por proyectos en lugar de por asignaturas. “Nos gustaría acometer más carreras de este tipo, la experimentación con estas modalidades, así como la actualización docente y los progresos en el campo online”, avanza Francisco Mora. También una configuración del mapa de posgrado que se adapte a las necesidades del mercado, dejando de lado los criterios comerciales.

“Tenemos un grupo de empresas en las que se produce una alta contratación de nuestros titulados como Ford, Bayer o Indra. Ellos también colaboran económicamente mediante el patrocinio de una serie de cátedras, algo de lo que estamos agradecidos”, admite. Su apuesta por un modelo vanguardista, con un alto grado de investigación, que esté integrado en el mercado y que haga de la UPV una marca prestigada son las líneas sobre las que dibuja su futuro en el puesto de rector. Además, sin ponerse limitación temporal, más allá de la que regulan los estatutos, que son 8 años. “Mi intención es presentarme a la reelección, sí”, dice con una sonrisa: “Aún tengo algunas ideas que aportar”.

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