Joan Calabuig, durante la entrevista en su despacho. MARGA FERRERVALENCIA. En agosto de este año Joan Calabuig (Valencia,1960) recibió la llamada del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para que dejara su labor como portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia y se incorporara bajo la disciplina de Presidencia como delegado del Consell para la Unión Europea y las Relaciones Externas.
No obstante, el dirigente todavía ostenta un puesto orgánico nada desdeñable: la Secretaría General del PSPV-PSOE en la ciudad de Valencia. Una plaza complicada que ha sufrido el ascenso imparable de Compromís: sobre esto y sobre la convulsa actividad dentro de la formación socialista también habló para Valencia Plaza.
-Joan Ribó le elogió mucho cuando le nombraron en este cargo y dejaba el Ayuntamiento de Valencia. ¿Ha estado el alcalde de Compromís demasiado cómodo con usted como socio?
-Nosotros estamos contentos con el trabajo que venimos haciendo. Somos un partido con aspiración de gobernar, lo que lleva consigo la responsabilidad. A mí lo que me preocupa en ese marco es que Ribó debería haber entendido que el pacto no es conmigo sino con lo que representa el Partido Socialista. Así que ahora el actual grupo y su portavoz, Sandra Gómez, son el PSOE de Valencia y porque sea más joven o porque sea mujer no debe recibir un trato distinto y un reconocimiento como el que a mí se me ha dado por su parte. Así que debe acostumbrarse al hecho de que tenemos una dirigente política que tiene empuje, y aunque a las personas de más edad y trayectoria puedan gustarles las cosas más calmadas, deberá adaptarse.
-¿Cómo ha visto la entrada de Sandra Gómez como portavoz? Al principio hubo rifirrafes aunque parece que se han calmado un poco...
-Sí bueno, ahora hemos estado preocupados por los presupuestos porque nosotros queremos ser partícipes de la gobernabilidad y las cuentas deben atender a ello. Entiendo que se resolverá todo de la mejor manera posible.
-¿Va a ser Sandra Gómez su relevo en el PSPV de Valencia ciudad?
-Sandra es muy buena pero, como todo, se lo tendrá que ganar. El congreso debía haberse celebrado ya pero con todos los problemas en España y el retraso de los procesos, imagino que no se podrá resolver hasta la primavera del año que viene. No hemos hablado de ello todavía pero sería una buena candidata.
-¿Usted era de la abstención a Mariano Rajoy o de mantenerse firme en el 'no'?
-Creo que todos hemos estado en un mar de dudas porque Rajoy, en mi opinión, no merecía gobernar el país. No han acometido claramente una lucha contra la corrupción y hemos pasado meses sin propuestas nuevas para resolver los problemas del país. Así que está claro que ningún socialista quiere que Rajoy sea presidente. Dicho esto, había dos opciones: o nuevas elecciones o permitir que gobierne el PP dado que tenían casi 50 escaños de diferencia pero condicionando sus políticas desde la posición en la que los ciudadanos nos han situado.
-¿Y qué hay de la posibilidad de una vía alternativa, un pacto con Podemos y otras fuerzas como esgrimía Pedro Sánchez al final?
-Eso ha sido una gran y bochornosa mentira: no había una tercera vía, nunca hubo la posibilidad de un gobierno alternativo al PP. En ese sentido, la dirección federal saliente no fue sincera con los militantes y con los votantes. En cuanto a unas terceras elecciones, la inmensa mayoría de los ciudadanos no las quería y no podemos somerterlos a las urnas hasta que salgan los resultados que nosotros queremos. Ya nos hemos pasado los plazos de la Unión Europea, la inversión pública está paralizada desde hace meses... es una locura, una situación que debíamos desbloquear con todo el dolor de corazón y que nadie nos agradecerá.
