Fotos: EDUARDO MANZANAVALÈNCIA. "No gastemos esfuerzo en la carne de laboratorio, vayamos a reforzar la ganadería extensiva". Así lo considera el director del Centro de estudios rurales y de agricultura internacional Cerai, Jorge Cavero, organización que predica acerca de las bondades de este modelo de ganadería frente al intento de llevar la elaboración de carne a fábricas industrializadas. "En los medios de comunicación salen noticias de gran impacto promocionando un nuevo procesado, que es la carne de laboratorio, y que hace poco ha recibido la certificación en América", señala Cavero.
Una opción que, insiste, "se vende como panacea o alternativa ambientalista y animalista, contra el hambre del mundo y contra el cambio climático". El director de Cerai menciona una investigación realizada en la Universidad de Lyon, en el que se realizaba un análisis de dicha industria y las expectativas de sostenibilidad y cambio climático. "El estudio refleja que es una nueva industria y el coste ambiental va a ser equiparable a cualquier otra industria por necesidades de consumo energético y de materiales", asegura.
En este escenario, donde el cambio climático va relacionado con la ganadería intensificada industrial, Cavero insiste en lo idóneo de la ganadería extensiva al no tener el mismo efecto. "Si creamos una industria que va a consumir mucho CO2 directa o indirectamente por el tema de los materiales y de la energía que va a necesitar, sigue siendo un problema", señala. En este sentido, también se apunta a lo caro de una tecnología que puede ser no extrapolable a muchos territorios.
El director de Cerai insiste en que se trata de una alternativa comercial nueva que sacan las industrias agroalimentarias para variar, pero no considera que vaya a resolver dichos problemas. "A nivel nutricional, hablamos de que se crea un soporte de proteína animal y luego hay que añadirle todos los nutrientes. Hay que reconstruir algo y no está asegurado que pueda tener el mismo valor nutricional que la carne normal", recalca. "También están hablando de que esa proteína básica para reproducir la carne sigue siendo animal, por lo que vas a tener que tener granjas con las que producir células madre".
"Nosotros defendemos que no dirijamos nuestros esfuerzos hacia este tipo de nueva alimentación, vayamos a reforzar la ganadería extensiva que tiene muchos más valores añadidos que este tipo de limitación", insiste. Cavero apuesta por un menor consumo de carne, como así lo recomienda la Organización Mundial de Salud, y que sea de mejor calidad para mejorar la salud. Luego, alude a los efectos de la ganadería extensiva respecto a los beneficios ambientales. "Permite que no se abandonen las zonas rurales, crea puestos de trabajo y captura más CO2 que un bosque", señala. También insiste en que permite tener más suelos vivos, mayor producción y retener más agua.
Por otro lado, destaca el no depender de una compra exterior de cereales. "Una ganadería extensiva debería ser de canales cortos y lo más cercano al consumidor para acortar la cadena de transporte. Si redujésemos el consumo de la carne y lo hiciéramos de ganadería extensiva, el coste medio de la cesta familiar no se incrementaría. Y proponemos que personas que no puedan acceder tengan ayudas para ello", insiste.
"Es un cambio conceptual de la salud, del modelo de alimentarnos y de la visión con esta necesidad de frenar el cambio climático", señala. En esta línea, alude a un programa realizado en Francia en el que se asegura que las poblaciones que menos recursos puedan acceder a esta alimentación de calidad. Además, insiste en cambiar los canales de distribución para que no sean de tan larga distancia.
El ingeniero agrónomo insiste en hacer una revisión del modelo de publicidad y de tendencia al ir el carro de la compra "condicionado a lo que nos venden y nos invitan a comprar". "Desde las instituciones tiene que haber un apoyo muy dirigido a estos colectivos para protegerlos y cuidarlos, y las relaciones que nos encontramos entre estos productores y las grandes comercializadoras no es equilibrada y sufren de situaciones por debajo de lo que se debería pagar, y hace que estas situación tampoco sea viable", apunta.
"Creemos que las instituciones tienen que apoyar de manera decidida esto, porque cuando estamos hablando de la España vaciada, de la despoblación, del acceso a productos frescos, tiene que haber un apoyo de la comunidad", señala. "Entendemos que también tiene que haber un apoyo por parte de la comercializadora, en cómo se distribuyen los beneficios en la cadena. Se podía repartir más. Los agricultores y ganaderos lo denuncian continuamente y es algo que se tiene que revisar, al margen de las alternativas de comercialización".
Cavero alude a las cooperativas de consumidores y al modelo alemán, fomentado por el estado. También señala el movimiento del comercio justo, en el que se han establecido unas pautas de cómo debe ser respecto a las poblaciones de otros países, "pero ese modelo aquí no se aplica". "Debería partirse de unos costes de base para asegurar el desarrollo proyecto de vida de las personas que están al otro lado", recalca. "Ésta tiene que ser partir de un precio justo de terreno con los productores y a partir de ahí construir", apunta.
Respecto a la situación de la ganadería extensiva de la Comunitat Valenciana hace dos años se creó el Observatorio Mediterráneo del Pastoralismo y la Ganadería Extensiva. "Tenemos sitios propicios, porque cuando hablamos de ganadería extensiva evocamos prados y zonas verdes, y aquí tenemos ganadería extensiva de cordero en zonas áridas que ayudan a recuperarlas, que es una cuestión de la que no se habla", apunta.
En busca del impulso del sector, Cerai ha revisado la política europea de la PAC. "En la Comunitat Valenciana tenemos muchas dificultades, porque no se contempla como una zona de interés productivo", señala. Para Cavero es clave trabajar con la ciudadanía sobre cuáles son los modelos de consumo. "Que tengan la mejor información clara y disponible. ¿Qué es bueno para ti y qué puede ser bueno para el planeta?".
