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entrevista a luis garicano, catedrático de la london school of economics

"Reino Unido va a tener una caída brutal de bienestar y eso va a ser dañino para el turismo"

10/05/2017 - 

VALÈNCIA. Luis Garicano (Valladolid, 1967) no oculta el entusiasmo que le ha provocado el triunfo de Emmanuel Macron en las elecciones francesas del pasado fin de semana. El arquitecto de la política económica que propone Ciudadanos se siente plenamente identificado con los postulados del liberal progresismo que abandera Macron, a quien compara con Albert Rivera o con el mediático presidente canadiense Justin Trudeau.

Garicano, catedrático de Economía y Estrategia en la London School of Economics, alerta de la deriva que ha tomado el Gobierno de Theresa May en la gestión del Brexit y de las consecuencias que tendría una salida dura de Reino Unido de la Unión Europea, que serían particularmente duras para España por factores como el turismo o los británicos residentes en áreas como la Comunitat Valenciana.

No obstante, también considera que la UE tiene oportunidades con la salida de Reino Unido, sobre todo para dar pasos decididos en la dirección de reforzar la Unión con políticas e instituciones encaminadas a reforzar pilares esenciales como una política fiscal común o el espacio Schengen.

[Lea la segunda parte de la entrevista: Me parece una idea horrible crear un banco púbico]

–Emmanuel Macron, social-liberal, recientemente elegido presidente de la República de Francia, ¿es el equivalente a Ciudadanos en España, como ha proclamado Rivera?

–Sin duda. Tengo la absoluta certeza de que es el Trudeau, Macron y Rivera son de la misma generación, la misma posición que nosotros hemos llamado liberal progresista, una posición liberal, que cree en el mercado como generador de riqueza pero ve al Estado como necesario para poner las reglas del juego y proteger a los individuos. Nosotros hemos tenido una buena relación con ellos.

–¿Conoce su programa electoral? ¿Qué le parece?

–He colaborado con ellos. Me reuní con Macron el 17 de octubre en Bruselas para hablar durante hora y media sobre todos los aspectos del programa. Él estaba muy interesado en saber qué había pasado y cómo había sido la campaña electoral y la ascensión de Ciudadanos en el 2015. Le explicamos lo difícil que es para un partido nuevo y pequeño estar bajo todos los focos y comentamos los aspectos principales de nuestro programa. A partir de ahí, su equipo económico y yo tenemos buena relación y hemos hablado de varios asuntos. Sobre todo con Pisani-Ferry, que es el principal asesor económico de Macron. Hemos tratado temas laborales, de innovación o el programa europeo.

"Al PP siempre le ha ayudado la política del miedo de 'o nosotros o el caos'"

–¿Cree que podría tener algún efecto sobre España?

–Creo que sí. La gente que vaya viendo hasta qué punto se puede hacer una política diferente. Al PP siempre le ha ayudado la política del miedo de 'o nosotros o el caos'. El que vaya habiendo una alternativa de centro progresista que se vea como creíble en otros países sin duda beneficia a Ciudadanos y creo que va a tener impacto en España. Lo que sucedió el pasado fin de semana en Francia es una muy buena noticia para España, para Europa, para Francia y también para Ciudadanos.

–¿En qué medida puede contrarrestar el europeísmo de Macron los efectos del Brexit para la UE?

–En realidad, creo que van en la misma dirección. No contrarrestan. Es decir, creo que entre comillas gracias al Brexit y a la ascensión del populismo se ha producido la reacción tan fuerte en Francia y Holanda, con la juventud movilizada y las clases medias entendiendo por fin el papel de Europa. Y en segundo lugar el europeísmo de Macron va a encontrar un caldo de cultivo de una UE en la que no va a estar Reino Unido echando el freno permanentemente. Ambos factores potencian un movimiento en la misma dirección, un movimiento integrador y de hacer una Europa con unas instituciones mejores.
El gran problema de Europa es que con Schengen y el Euro ha dado dos pasos muy fuertes sin instituciones para ello. Esto es, Schengen se ha dado sin tener una frontera común y el Euro sin tener instituciones ni política fiscal ni bancaria para sostenerlo. Creo que ahora va a haber más posibilidades de avanzar en esas dos direcciones de las que a lo mejor hubiera habido con el Reino Unido dentro.

–¿Cree que la posición de firmeza de la UE está siendo la correcta?

"España puede sufrir el impacto negativo más fuerte de la UE si hay un Brexit duro"

–No hay alternativa. Hay tres grandes diferencias entre Europa y Reino Unido que son la factura, si las cuatro libertades son inseparables o no y la superioridad del Tribunal de Justicia de la UE y la aplicación del derecho comunitario. Europa ha dejado clara desde el principio su postura respecto a estos asuntos y ha mantenido la misma posición desde el principio. Una vez que se produjo el Brexit, un líder más cuidadoso o sutil hubiera hecho reivindicaciones en áreas diferentes que podría conseguir y hubiera rebajado cosas como el TJUE que, sinceramente, el 95% de los británicos no sabe ni lo que es. Igual que el Tribunal de Estrasburgo que no saben muy bien para lo que sirve. Si tú no enfatizas ese tema como un gran escollo de la negociación, has resuelto un tema enorme sin darle mayor peso. Lo que está claro es que Europa no puede permitir que Reino Unido decida unilateralmente cómo aplica las reglas y tenga acceso al mercado único porque el mercado único necesita reglas comunes. No es que Europa haya tenido una posición de excesiva firmeza, sino que Theresa May no ha manejado para nada las expectativas de nadie; se ha lanzado a una política de máximos con la teoría rarísima que tienen los ingleses de que los fabricantes alemanes de coches le van a exigir a Merkel que ceda. Eso nunca ha sido posible.

–¿Qué efectos tendrá el Brexit para España y las empresas españolas?

–Siempre estuvo claro que dependía de si era un Brexit duro o blando. Una entrada de Inglaterra en el área económica europea con un tratado de libre comercio no tendría básicamente ninguna consecuencia. Pero eso cada vez está más lejos y lo que vemos es un Brexit cada vez más duro. Si May va a exigir que se produzca una salida de las reglas comunes y de las reglas comunes del TJUE, no vamos a llegar a un acuerdo. En ese caso las consecuencias para España son muy problemáticas con el tema de la libre circulación de personas porque hay muchos españoles en Reino Unido y muchos ingleses aquí, pero también muy problemáticas en la libre circulación de productos y servicios porque España es el segundo país con mayor superávit comercial con Reino Unido y uno de cada cinco euros invertidos en la City viene de España por Sabadell y Banco Santander. El 20% de los ingresos totales por turismo en España viene de Reino Unido. Realmente no creo que haya ningún país tan expuesto a las consecuencias en términos de libre circulación de personas, de bienes y servicios y de libre circulación de capitales. Perder las cuatro libertades puede ser muy dañino para España.

–Pero los británicos podrán seguir viajando a España con pasaporte...

–Si pensamos en los EEUU como referencia, existe el ESTA que permite viajar sin visado como turista. El turismo sería poco afectado a no ser que pasen estas cosas de las que estamos hablando porque entonces el Reino Unido va a tener una caída brutal de bienestar y eso va a ser dañino para el turismo. Más complicado es el caso de los residentes porque, por ejemplo, nadie sabe cómo se va a poder resolver el asunto de los gastos sanitarios. Los ciudadanos terceros no pueden usar la sanidad española. Podemos estar hablando de un millón de ingleses porque ahora mismo hay 300.000 ciudadanos ingleses oficialmente en España, pero si se a ello se une las personas que vienen por temporadas probablemente la cifra alcance el millón de personas. Quizás España sea el país que pueda sufrir el impacto negativo más fuerte de toda la UE si esto va en la dirección que Theresa May quiere llevar. Me parece demencial. En el fondo todos tenemos la idea de que los británicos son personas con mucho sentido común y tal vez por eso nos cuesta creernos que vayan en serio, pero realmente parece que van.

–¿Y para los españoles que vienen en el Reino Unido?

–El primer obstáculo que ha habido es el formulario de residencia, de 80 páginas, que la gente ya está rellenando porque nadie sabe qué fecha de llegada se va a fijar para permitir a la gente que se pueda quedar o no. El Gobierno no la quiere decir para evitar el efecto llamada. Si quieres estar seguro de que saben que estás, rellenas ya el formulario de residencia. Hay mucha burocracia y se están negando muchos permisos. Decían que el Brexit iba a llevar menos burocracia pero no está siendo así. A ellos nos les conviene que los extranjeros que hay trabajando allí se vayan porque son muchas personas trabajando en banca o en hospitales. Para los españoles trabajando allí, Reino Unido se ha vuelto mucho menos apetecible y mucho más hostil. Tiene que ver con la burocracia pero también con el ambiente, que es bastante desagradable.

–El Gobierno acaba de revisar al alza sus previsiones de crecimiento para fijarla en el 1% para el segundo trimestre, ¿cree que es realista?

–Sí. Con la información que tenemos ahora, el crecimiento económico de España, uno de los más latos de nuestro entorno, hay muchas razones para pensar que se va a sostener. Me parece realista.

–Por fin baja el paro. ¿Está dando frutos la reforma laboral o bajaría igual con el crecimiento actual del PIB?

–Creo que la reforma laboral ha tenido impacto en varios aspectos, pero mi opinión de la reforma laboral es que ha sido muy poco eficaz contra la dualidad laboral y la precariedad de los jóvenes y sus posibilidades de conseguir empleo estable. Pero por otro lado sí ha tenido consecuencias positivas en el sentido de haber permitido a las empresas mayor capacidad de adaptación a las condiciones económicas y eso ayuda a crear empleo. Creo que lo más importante para España, a diferencia de Italia o Portugal, ha sido la reforma financiera que nos obligaron a hacer en 2012. El crédito bancario, que en Portugal e Italia no se recupera, en España sí y es una de las razones por las que ha cambiado radicalmente. La intervención del Fondo y de la Comisión Europea nos pusieron deberes y nos obligaron a hacer una reforma financiera que parece impensable en otros sectores porque ha sido radical; ha desaparecido un sector que estaba muy politizado y mal gestionado en general que eran las cajas que gestionaban cerca del 50% del crédito y se han saneado los balances etcétera. Eso ha sido muy importante para la recuperación económica.

–Con todo, el nivel de pobreza se mantiene en el 28% y aumenta el riesgo de exclusión social, ¿aprecia riesgo de fractura social profunda en España?

"Para los españoles trabajando allí, Reino Unido se ha vuelto mucho menos apetecible y mucho más hostil"

–Sí, la recuperación económica existe, pero no está bien distribuida. Es evidente que el paro de larga duración, la inestabilidad laboral y la pobreza infantil son tres problemas que no mejoran a la velocidad que deberían. En algunos casos no mejoran en absoluto. Cualquiera que evalúe la situación debe saber que, para la estabilidad de un país, estos problemas no pueden seguir así. Por eso en Ciudadanos tenemos la idea de que es crucial tener medidas que a la vez permitan lo que en el norte de Europa se define como flexiseguridad: medidas que a la vez permitan flexibilizar los mercados para adaptarse mejor a los cambios protejan a los ciudadanos que sufren las consecuencias negativas de estos cambios. Esto no está sucediendo. Hemos hecho un esfuerzo en los Presupuestos por meter varios temas en esta dirección pero hay que hacer mucho más.

–¿Es actualmente España un país competitivo? ¿Por qué?

–España tiene un segmento muy competitivo. Igual que el mercado laboral es dual, la economía también lo es: hay un segmento de empresas con muy buen capital humano y tecnología capaces de competir en el mundo y luego hay un predominio enorme de la microempresa que es incapaz de hacer las inversiones en tecnología y capital humano que se necesita para competir. Mientras el tejido empresarial español tenga esta dualidad va a ser muy difícil que la economía española adquiera niveles de productividad que nos permitan que los salarios suban. 

–¿Es hora de subir los salarios como piden los sindicatos?

–Los salarios tienen que subir cuando la demanda de trabajo lo justifique. Lo que no podemos hacer es, como en una economía soviética, decidir que los salarios han de subir desde arriba porque lo que eso crea es desempleo. Incluso quienes lo defienden son conscientes de que es falso porque son conscientes de que los salarios tienen que responder a una necesidad del mercado. En ese sentido, el mayor enemigo de los salarios es la baja productividad de la economía española, que tiene que ver con este predominio de la microempresa tan enorme, con una malísima regulación del mercado laboral y con los problemas de nuestro mercado educativo. Lo que está claro es que no se pueden tener salarios elevados si no existe una productividad que justifique que se paguen esos sueldos. Lo que hay que trabajar es la productividad.

–¿Cuál es su propuesta para el crecimiento de las empresas?

–Lo más importante es eliminar los efectos umbral que provoca la distribución actual de las empresas por tamaño. Por ejemplo, la fiscalidad de las empresas varía radicalmente cuando pasan de 6 millones de facturación o 50 trabajadores. Vamos a buscar uno por uno todos estos muros para tratar de resolverlos.  

–Pasan los años y la anunciada reforma fiscal no llega. ¿Es tan necesaria?

"no se pueden tener salarios elevados si no existe una productividad que justifique que se paguen esos sueldos"

–Creo que nuestro sistema impositivo es ineficiente, penaliza a los que cumplen y deja demasiados huecos para que no se penalice a quienes no lo hacen. Para solucionarlo hay que hacer cosas que están en la mano de España, pero otras tienen que ver con Europa. A medida que la economía se hace más global y el capital y las personas se hacen más móviles es más difícil conseguir la imposición de las grandísimas empresas y de las grandísimas fortunas porque realmente son muy móviles. Mucho de lo que hay que hacer aquí ha de ser a nivel europeo.

–¿Qué reformas cree necesarias y pendientes para realizarse que todavía no se hayan acometido?

–Las grandes reformas pendientes tienen que ver con la creación y el crecimiento de las empresas porque actualmente existen muchas barreras para los emprendedores y los autónomos y mucha dificultad para que crezcan y contraten más. En segundo lugar, la reforma más importante que se necesita hacer es la educativa. Nuestro sistema actual tiene las mayores tasas de fracaso y abandono temprano y la tercera tasa de repetición de la UE. No es un sistema para el mundo moderno y la economía del conocimiento. Es terrible que tantas personas terminen la educación básica sin saber hablar inglés cuando es algo como saber hablar o escribir. Lo mismo pasa con las universidades, que no funcionan bien, no están bien gestionadas y no trabajan para la sociedad. Y la tercera es una reforma para evitar la dualidad en el mercado laboral porque es un problema crucial; hay que acabar con la discriminación de los trabajadores temporales. Nosotros defendemos que lo que hace falta es un contrato único para eliminar la temporalidad. A todo ello yo añadiría otro tema muy importante que es la reforma de la Justicia, la seguridad jurídica, la eficacia y la independencia del poder judicial. Aunque no lo parezca, esta es una reforma económica de primer calado.

–Hablando de reformas, ¿por qué Ciudadanos se ha puesto del lado de los estibadores en el conflicto que mantienen con el Gobierno por la aplicación de la sentencia del TJUE?

–La posición de Ciudadanos es partidaria del criterio de TJUE, que es que en este sector debe haber libertad de contratación como en todos los sectores. No puede haber una empresa que monopolice. Lo que Ciudadanos ha dicho es que el Gobierno ni siquiera había intentado negociar y que debía hacerlo, pero por supuesto estamos a favor de que se produzca la liberalización de este mercado que en este momento está monopolizado.

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