entrevista - candidato de compromís-sumar al parlamento europeo

Marzà: "Debemos cambiar el modelo productivo y no depender del monocultivo turístico de masas"

3/06/2024 - 

VALÈNCIA. Compromís afronta las elecciones europeas del próximo 9 de junio con el reto de regresar a Bruselas tras quedarse a las puertas en la cita de 2019. En esta ocasión, la coalición valencianista repite alianza con el partido de Yolanda Díaz, Sumar, con quien ya concurrió a los comicios generales del pasado año.

El exconseller y diputado Vicent Marzà (Castelló de la Plana, 1983), figura como número tres en esta candidatura, un puesto que, según la mayoría de las encuestas, debe permitirle acceder a un escaño en el Europarlamento, y que fue conseguido tras arduas negociaciones con la cúpula de Sumar. El dirigente de Compromís se sienta con Valencia Plaza para analizar el escenario político nacional e internacional y exponer cuáles son los objetivos de esta fuerza política en Bruselas.

-Días atrás, presentaron su lema de campaña para las europeas: 'Plantem cara'. ¿Ante qué quiere plantar cara Compromís en Europa?
-Queremos plantar cara al gobierno PP-Vox que está destruyendo nuestro país aquí y evitar que se pueda instalar en las instituciones europeas. Para eso sirve votar a Compromís-Sumar, pero también para defender los intereses valencianos en Bruselas y para construir una Europa más social, mas justa y más solidaria.

-Es un lema que parece ajustarse al clima político de confrontación que existe en España. Van a promover leyes contra el 'lawfare' en Europa, ¿en qué consisten?
-Planteamos que no se puede debilitar la democracia con intereses partidistas que pretenden usar las grietas de la democracia para revertirla y debilitarla. Por eso creemos que hay que luchar contra los intereses alineados de partidos y sectores económicos que buscan perseguir a personas inocentes para generar ruido y acabar con las opciones de que se lleven a cabo las políticas que han sido votadas por la ciudadanía. Así que queremos profundizar en la normativa de lucha contra la corrupción y buen gobierno que existe en las instituciones europeas, en contraposición a lo que está haciendo el gobierno de PP y Vox aquí, donde están reduciendo la transparencia tratando de controlar las instituciones de antifraude, además de intentar eliminar incompatibilidades... todo esto debilita la democracia y la propia Unión Europea así lo señala.

-¿También quieren entrar en el ámbito mediático en este aspecto?
-Creemos que es necesario diferenciar entre plataformas de desinformación, que no están llevadas por profesionales y están creadas para generar bulos y los que son medios de comunicación, de la línea ideológica que sea y con total libertad de expresión, que son los que han de garantizar y contrapesar en la democracia.

 
-Por lo que comenta, ¿cree que debería existir alguna unificación legislativa en Europa respecto a cómo deben comportarse las instituciones públicas ante los medios de comunicación para generar un marco que contribuyera a una mayor independencia de los mismos?
-Sí, totalmente. Esa relación debería marcarse normativamente con total transparencia. Creo que los medios deben tener esa capacidad de subsistir para poder informar a la ciudadanía desde una perspectiva crítica con todos los partidos, incluido el nuestro. Lo importante es que haya medios de comunicación fuertes que puedan ejercer de contrapoder, también frente a las organizaciones políticas, y eso pasa por que haya una relación normativa marcada y que haya consecuencias para esas plataformas de desinformación de las que hablaba antes, que pretenden debilitar la democracia de forma interesada.  

-¿Coincide con lo que semanas atrás hizo Pedro Sánchez de marcarse un periodo de reflexión sobre su continuidad basado en lo que en el PSOE consideran 'lawfare' sobre su esposa?
-Lo que no entiendo es para que necesitó cinco días. Hace tiempo que es necesario dar pasos valientes para fortalecer la democracia y se le han presentado propuestas en el Congreso y en otras instituciones y el PSOE nunca ha querido dar ese paso. Por tanto, creo que ha sido más bien una jugada de cara a la galería para situarse en una posición que ellos consideran ganadora y no tanto para cambiar algo. Por eso se necesitan formaciones valientes como Compromís-Sumar que vayan a lo mollar de los problemas y no a maquillarlos. Por eso digo que no hacían falta cinco días, más allá de para generar un relato: si quieres hacer cosas, las haces, para eso tienes el BOE; más BOE y menos días de reflexión.

-¿Qué pide su partido en el marco de una nueva Política Agraria Común (PAC)?
-Tenemos varias propuestas sobre esto. La primera: no puede ser que el 80% de los fondos de la PAC se concentren en los grandes tenedores. Ahora mismo, sus criterios de distribución benefician a las grandes empresas y propietarios y no a los pequeños agricultores. Por eso proponemos que haya un máximo a poder percibir y que el criterio de superficie no sea el mayoritario, para beneficiar de esta manera a los pequeños productores y, por tanto, al sistema agrícola valenciano. También proponemos generar una normativa de cadena corta: es decir, que se fomente aquello que se produzca en la Unión Europea se consuma aquí en vez de importarlo de fuera. Así ayudaríamos a que los precios fueran justos, que es lo que necesitan los agricultores. Aquí tenemos productos que se terminan importando de fuera pese a que tienen peor calidad, peores condiciones laborales en terceros países y nos terminan tirando por tierra los precios. Además, abogamos por las cláusulas-espejo en los acuerdos de librecomercio, que viene a ser que se exijan las mismas condiciones a los que quieren traer su producto de fuera que a los que los producen en Europa; además de no incluir en los acuerdos productos que se cultivan aquí. Esto sirve para la agricultura pero también para la industria, que es otro sector que debemos proteger muchísimo.

 
-Y en este plan se encuentra la naranja, entiendo.
-Sí. El PP, Vox y el PSOE se han posicionado en contra o, en el caso de estos últimos, se han abstenido, de dar el máximo a los agricultores y evitar que la mayor parte vaya a los grandes tenedores. Respecto a la naranja, el primer tratado internacional que tiró por tierra el precio de la naranja fue votado a favor por PP y por los socios de Vox en Europa, mientras que el PSOE se dividió entre la abstención y el voto a favor: los únicos que votamos en contra fuimos Compromís en la etapa en la que estuvimos allí. Así que necesitamos que la naranja tenga precios justos, cadena corta de distribución y de compra y que se proteja frente a la competencia desleal de terceros países.

-En esta línea, uno de los pilares de su formación es la defensa de la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. ¿Qué medidas proponen relacionadas con la Comunitat?
-Dentro de nuestro territorio, y esto está certificado por instituciones académicas, es donde comienza a haber territorios de desertificación que avanzan por efectos del cambio climático. Por eso planteamos que una de las nuevas agencias cuya creación está prevista, como es la Agencia Europea de Lucha contra el Cambio Climático, tenga la sede en Alicante. ¿Por qué allí?Porque es el territorio más afectado por el cambio climático, porque ya ha demostrado que tiene la capacidad de acoger a este tipo de entidades y, sobre todo, porque necesitamos un cambio en el modelo productivo valenciano: no queremos depender del monocultivo turístico de masas y debemos hacer el giro desde la innovación. También hablamos de cómo ayudar a nuestras industrias a hacer una transición energética acompasada a sus necesidades. Proponemos la adaptación a la descarbonización de las industrias valencianas como la cerámica, el textil, el juguete...  y acompañarlas en ese proceso, porque no se les puede exigir que ellas solas hagan esta transición con plazos cortos y al mismo tiempo querer mantener los puestos de trabajo. Por eso pedimos la creación de un fondo específico para la transición de las industrias tradicionales valencianas a su adaptación ante el cambio climático.

-Les hemos visto criticar también la política migratoria europea o, según ustedes, más bien la "inacción" de la misma. ¿Cuáles son sus propuestas?
-Lo primero de todo, Europa no puede mirar a otro lado cuando han muerto más de 30.000 personas en el Mediterráneo en los últimos 10 años, la mayoría de ellas huyendo de guerras, hambre y persecuciones. Creemos que hay que ordenar y regularizar, que las embajadas y las misiones diplomáticas en los terceros países sirvan para ser puertas regladas de entrada para los países europeos. Por tanto, que se regule y que puedan venir trabajadores porque necesitamos esa aportación de la migración en el PIB y eso se ha demostrado en los últimos años. Así se evita, primero el sufrimiento y, en segundo, que se haga de una manera no regulada. También creemos que son necesarios mecanismos de desembarco seguro para aquellas personas que se encuentren olvidadas en medio del mar, y no perseguirlas como si fueran delincuentes. Además, también pedimos que se cierren los Centros de Internamientos de Extranjeros (Cies), que son prisiones para personas que no han cometido ningún delito. Por otro lado, tenemos que profundizar en los mecanismos de garantía democrática y los derechos humanos para las personas que reclaman asilo y vienen como refugiadas. Hemos demostrado que esto es posible con la invasión ilegítima de Putin sobre Ucrania: ahí se evidenció que, cuando Europa quiere, tiene capacidad de acoger refugiados en cantidades muy grandes. Se acogieron entre 3,5 millones y 4 millones de personas procedentes de esta guerra, lo que demuestra que se puede hacer cuando se regula bien, aplicando un ordenamiento que afronta la realidad.

 
-¿Y cómo cree que se debe actuar frente a discursos o mensajes fáciles de memorizar como los que usan desde la ultraderecha estilo 'los españoles, primero'?
-Yo digo, primero los de abajo. El discurso de la ultraderecha, en realidad, lo que quiere es confrontar al penúltimo con el último, para que no señalen al de arriba. Nosotros señalamos a los de arriba, que son los que están haciendo que discutan los penúltimos con los últimos por las migajas, y lo que queremos es el pan entero. La extrema derecha no es una ola, es una cuestión que se está convirtiendo en estructural porque no hay cambios en profundidad, porque se siguen haciendo políticas que benefician siempre a los más poderosos. Esto lo que provoca es que los trabajadores, la gente de abajo, acabe sintiéndose totalmente desatendida y caiga en discursos fáciles de odio. Por eso proponemos una Europa más social, valiente, que transforme, que ponga impuestos a las empresas multinacionales que los están evadiendo dentro de las propias fronteras europeas para hacer estas políticas que ayuden a poner el foco en las necesidades reales de la ciudadanía. Mira, al final, por ejemplo, mucha tractorada y supuesto apoyo al campo pero el comisario europeo de Agricultura es de Vox: esto mucha gente no lo sabe, el que toma las decisiones contra los labradores valencianos pertenece al grupo europeo de Vox, en concreto al partido ultra de Polonia. Y ellos vienen luego a decir que en Bruselas se hace todo mal... ¡pero si son los suyos!

-Dentro de esa política internacional, ¿qué opina sobre la posición de la UE sobre Palestina?
-Que es débil y que no se corresponde con los valores fundacionales de la UE. La UE debe tener una posición fuerte especialmente en guerras como la de Palestina. Ahora mismo estamos presenciando, y se debe llamar por su nombre, un genocidio. Hay que dejarse de declaraciones flojas o tibias y parar todas las relaciones con Israel hasta que se detenga esa guerra, exigir la parada inmediata de las acciones militares y empezar un proceso de diálogo para el reconocimiento del Estado Palestino. Y eso pasa por tener una posición fuerte de Europa y no ser dependientes de China, Rusia ni Estados Unidos.

-¿Y qué visión tiene sobre la forma de proceder del Gobierno de Sánchez en este asunto?
-Pues que siempre llega tarde, en este caso no sólo a las exigencias de las fuerzas que hace tiempo que venimos pidiendo que haga lo que ahora ha empezado tímidamente a hacer, sino también al conjunto de la ciudadanía, porque una mayoría clara quiere paz. Por eso es necesario ser valiente para conseguirla y además tratar de coordinarla en el ámbito europeo. 

-O sea, que opina que ha sido oportunismo más que otra cosa.
-Pienso que les ha vuelto a pasar lo que suele ocurrirle al PSOE y a Pedro Sánchez. Acaba dando los pasos cuando la mayoría y la presión social es muy grande y cuando además le puede beneficiar desde el punto de vista partidista.

-¿No le preocupa que su apoyo a Palestina se identifique como una simpatía por Hamás?
-No, porque nosotros decimos claramente que los ataques terroristas de Hamás son injustificables y se deben perseguir. La paz se tiene que ejercer por todas las partes. No quita condenar rotundamente los ataques de Hamás contra la población de Israel para condenar al mismo tiempo el genocidio contra Palestina.

   
 
-En sus propuestas, insisten también en aplicar impuestos a grandes fortunas. ¿Cuál es su plan en política fiscal europea?
-La derecha y la extrema derecha sólo habla de guerra y de migración para que la gente tenga miedo y así no hablar de las políticas económicas y fiscales. Si ellos ganan iremos hacia el austericidio, los recortes, las normas fiscales estrictas... algo que ya vivimos en la crisis de la burbuja inmobiliaria. ¿Y cómo lo pagó la mayoría de la ciudadanía? Con sufrimiento. Si logramos una buena representación, podremos apostar con más fuerza por gravar las grandes fortunas. Otra medida es contrarrestar el uso de paraísos fiscales dentro de la propia Unión Europea, como ocurre con aerolíneas, empresas energéticas, multinacionales tecnológicas... con un tributo europeo que se destine por ejemplo a políticas de vivienda. En definitiva, los que más contaminan y los que más ganan, que paguen más.

-También quieren dar la batalla por la vivienda y hablan de la regulación de alquileres; ¿cuáles son sus propuestas sobre esto?
-Planteamos que el derecho a alquiler se debe garantizar. Es un problema en toda Europa pero aquí especialmente, y se debe al turismo masivo, con apartamentos ilegales que se deben cerrar ya; a expatriados que vienen a trabajar con sueldos de sus países de origen y pueden alquilar a precios inasumibles para aquí; a jubilados de otros países que vienen aquí y se compran casa, lo que provoca la subida de los precios. Al igual que se hace en Sanidad, necesitamos mecanismos de compensación por parte de los países de origen a los países de acogida y dedicar ese dinero para hacer políticas de vivienda. También apostamos por una moratoria de 36 meses en la compra de no residentes para evitar esa subida de precios. Además, reivindicamos que todos los bienes de la Sareb y del banco malo se pongan al servicio de las Administraciones Públicas, no que los vuelvan a vender a las AAPP. Tenemos decenas de miles de pisos y solares en el País València que los pagamos con los recortes para rescatar a la banca y que ahora están intentando vender a los ayuntamientos y a la Generalitat.

-Después del conflicto por la ley de Concordia, ¿qué plantean para Europa sobre la memoria democrática?
-Hay una resolución del Parlamento Europeo de 2018 que ya le decía al Estado español que no hacía lo suficiente por recuperar la memoria por la gente que luchó por la democracia en este país. Al mismo tiempo, también se sancionaban los posicionamientos de la derecha y la extrema derecha. Ahora, con estas leyes de 'discordia', se está yendo aún más lejos. Por eso lo que pedimos es una normativa de memoria democrática a nivel europeo que homogeneice las acciones en este ámbito, que ayude a construir por toda Europa la democracia en base a la reparación y a la justicia y que se pueda sancionar a aquellos países que no lo hagan.

-Además, proponen un salario mínimo europeo, si no me equivoco. ¿Cómo pretenden articular esto?
-Sí, para avanzar en los derechos sociales proponemos un salario mínimo europeo que sea el 60% de la media europea, para homogeneizar por arriba. Se está demostrando que cuando se hacen políticas valientes en el mercado de trabajo como ha aplicado Yolanda Díaz en el ministerio, también hay resultados buenos para la economía. También apostamos por reducir la jornada laboral sin bajar el sueldo, porque aumenta el rendimiento y competitividad de las empresas, además de ayudar a los trabajadores.

 
-Su alianza con Sumar no fue fácil y los resultados del partido de Yolanda Díaz no han sido los mejores en varias elecciones autonómicas. ¿Son un punto de inflexión estos comicios para ver si el proyecto de Sumar tiene realmente la aceptación de la ciudadanía y un amplio recorrido?
-La valoración respecto a Sumar y su futuro la deben hacer ellos. Nosotros sí que teníamos claro que en unas elecciones europeas debíamos cooperar con otras fuerzas para conseguir los objetivos marcados, que son frenar a la ultraderecha en Europa y hacer una política constructiva. Para ello son necesarias las alianzas y, de hecho, me hubiera gustado que se hubieran adherido más formaciones para tener aún más impacto. En cualquier caso, creo que es mejor cooperar en pie de igualdad y no diluirse en otras, es lo lógico y natural.

-Si no sacan tres eurodiputados, ¿entenderían que la ciudadanía les está enviando un mensaje de que esta alianza no es el camino?
-Bueno, yo estoy seguro de que los sacaremos. La ciudadanía está empezando a movilizarse a medida que transcurre la campaña: un año después del Consell de PP-Vox es evidente el retroceso desde el punto de vista de los servicios públicos y la gestión. Así que es el primer momento para debilitar a este gobierno y por eso estamos animando a la gente para que se movilice. Es cierto que cuesta un poco, porque en las europeas siempre es más difícil movilizar, pero estoy seguro de que Compromís tendrá su eurodiputado.

-Después de este pacto para las europeas, ¿garantiza que la alianza de Compromís con Sumar se mantendrá intacta durante toda la legislatura?
-Este pacto es para las europeas y de hecho cada uno tiene aquí muy marcada la manera de funcionar. La valoración sobre el acuerdo del Congreso la deberá hacer Compromís a medida que vayan evolucionando las cosas. Sumar tiene que hacer su reflexión sobre cómo quiere relacionarse con el resto de fuerzas: nosotros lo tenemos claro, queremos relacionarnos de forma cooperativa. Si no hay esa manera de relacionarse y no se garantizan las representaciones territoriales de las partes, ya no sería el pacto que firmamos.

-En ocasiones, Compromís no parece cómodo con tener que respaldar constantemente al Gobierno de España al que también pertenece Sumar. Es un tira y afloja complicado de mantener durante una legislatura...
-Nosotros representamos los intereses valencianos. Si no están garantizados en el Gobierno de España no podemos votar a favor y es normal que negociemos. No estamos en el gobierno, somos una de las fuerzas que le da mayoría al gobierno, pero esas mayorías hay que ganárselas. Así que es normal que haya momentos en que estemos de acuerdo y otros que no. En el 90% solemos votar juntos pero hay ocasiones en las que no, porque consideramos que son posturas que no representan a los intereses valencianos.

 

-Se ha hablado mucho tras el archivo de su causa sobre el papel de Mónica Oltra en el futuro. ¿Qué papel le gustaría a usted que adoptara?
-No quiero contribuir a hacer ruido con esta cuestión. Ella se ha ganado gestionar sus silencios y sus posiciones, así que cuando ella quiera y diga, pues hablaremos todos juntos. Para mí es una persona que ha aportado mucho y que tiene capacidad de seguir aportando ahora, pero es ella la que tiene de decidir cuándo y cómo.

-Compromís se encuentra en un cambio de ciclo. ¿Cree que hay una crisis de liderazgos en la coalición?
-Estamos demostrando pese a las dificultades, que es cierto que las hemos tenido, que somos capaces de evolucionar. Este año es clave para fortalecer las estructuras con los congresos de las diferentes formaciones de Compromís. Pienso que en el grupo parlamentario comenzamos a tener gente que está emergiendo y es muy buena. Los relevos no se hacen en medio año ni en un año, pero ya empezamos a ver a personas que estaban trabajando muy bien y ahora empiezan a destacar para el público en general. Lo más importante es que demostramos que, en un momento difícil, no sólo sobrevivimos, sino que logramos 14 diputados.

-¿Se avanzará este año en la constitución de un Compromís más unido y menos interino? Tal vez con la fórmula de la federación de partidos u otra similar...
-Sí, estamos en ello. Pero también hacemos la autocrítica de estos años para mejorar las cosas. Debemos fortalecer Compromís con mecanismos más estables. Un dato importante es que, en este tiempo de transición, hemos aumentado en militancia, lo que demuestra que tenemos todavía gran capacidad de crecimiento. Es decir, tenemos más afiliados que cuando estábamos en el Consell.

 

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