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vicente lafuente, presidente de femeval

"Ha faltado valentía y visión institucional para pactar una abstención técnica en el Congreso"

5/02/2017 - 

VALENCIA. A Vicente Lafuente la crisis de Cierval no le ha cogido por sorpresa. El presidente de la patronal del metal Femeval, una de las de mayor peso en la Comunitat, lleva tiempo advirtiendo de la necesidad de revisar la estrategia de las organizaciones empresariales. Llegados a este punto, Lafuente es escéptico sobre las posibilidades de la patronal autonómica para salir adelante.

Además, el empresario ha echado en falta "valentía y visión institucional" de los diputados valencianos en el Congreso para pactar una abstención técnica a cambio de compromisos con la Comunitat. La ruptura de la invisibilidad de la Comunitat en Madrid pasa, a su juicio, por ser "transgresores". Lafuente considera que la próxima negociación para la reforma de la financiación autonómica brinda una oportunidad para ello.

Cuando el Gobierno estaba en funciones, los empresarios alertaron del riesgo de prolongar la incertidumbre ¿Qué previsiones manejan para este año?

Para nosotros, el mejor gobierno es aquel que no molesta. Creo que se presenta un año diferente en el sentido que todas las medidas económicas se tienen que consensuar. Todavía hay una ligera incertidumbre porque, por ejemplo, no sabemos si se va a cambiar la reforma electoral. Al empresario lo que le interesa es el día a día, que no haya subidas de impuestos, que se facilite la labor de las empresas con ayudas a la internacionalización, con un coste asumible de la energía... Esperamos que funcionen bien, pero de momento ya nos han metido el dedo en el ojo con el coste de la energía. Creo que va a ser un año de más de lo mismo, de que las empresas se aprieten el cinturón y tirar adelante para ganar competitividad por sí mismas sin esperar a la administración. Lo único que pedimos es que por favor nos dejen trabajar.

Una de las reivindicaciones esenciales de la Comunitat, la reforma pendiente de la financiación autonómica, parece que por fin se va a abordar este año... 

La importancia de este hecho es tremenda porque los valencianos estamos jugando el partido con piedras en los bolsillos. Nos cuesta mucho más que a los demás hacer las mismas cosas y creo que es un desagravio que hay que cambiar. La sociedad valenciana ha de ir toda de la mano, independientemente de los colores, porque nos jugamos el futuro con ello. Los empresarios hemos apoyado claramente al Gobierno, pero desde Valencia debemos acostumbrarnos a reivindicar las cosas con mayor firmeza.

¿De qué modo?

Ha habido un ejemplo claro en las negociaciones de apoyos para conformar gobierno. En nuestro caso nadie se ha querido mover de su posición, pero otras comunidades como País Vasco o Cataluña, dada su posición estratégica, saben sacar partido de estas cosas. Tenemos que ser transgresores en las medidas y mirar por el bien de la Comunitat.

¿A qué se refiere con ser transgresores?

A que Compromís o el PSPV hubieran hecho una abstención técnica a cambio de una serie de acuerdos. Eso no es faltar a unas ideas, sino defender un territorio, que es lo que los ciudadanos de a pie quieren.

¿Y qué ha faltado?

Visión institucional y valentía. Cuando los empresarios lo planteamos en seguida salió gente de diferentes partidos diciendo que era una aberración lo que estábamos planteando. Pero el tiempo nos está dando la razón: una cosa es la política y otra la inteligencia.

Volviendo al tema de la financiación, ¿apoya la reclamación de la Generalitat para que se le condone parte de la deuda?

Lo he dicho antes: hay que ser transgresores y poner medidas valientes. Que se vea una postura de firmeza porque, si no, estamos en manos del Ministerio de Hacienda y estamos vendidos. Los ciudadanos no podemos estar en esas condiciones. De acuerdo en que tenemos que gestionar bien y de forma eficiente, pero no podemos tener es un déficit grande en infraestructuras y también en los recursos por habitante para sanidad o educación. En cualquier postura de firmeza que pueda adoptar nos va a tener a los empresarios detrás de la bandera.

¿Coinciden en que es un tema irrenunciable? 

Creo que es absolutamente irrenunciable. Estamos viendo que están sacando tajada otros territorios con posiciones mucho más beligerantes, el valenciano no lo es per se. Quizás tengamos que cambiar un poco nuestra mentalidad.

¿De qué forma? Porque hasta ahora, cuando la Comunitat ha querido hacerse ver y oír en Madrid no ha tenido eco, no acaba de hacerse visible el problema valenciano...

Pues lo que he dicho anteriormente hubiera sido claramente transgresor; que se adoptaran desde una comunidad medidas rompiendo con disciplinas de partido a nivel nacional para apoyar el beneficio de la sociedad valenciana. Hace poco el presidente Ximo Puig dijo que iban a defender a la Comunitat por encima de Ferraz. Creo que esa debe ser la mentalidad. 

¿Qué opina cuando el PP incide en el trato diferencial de Valencia hacia otras provincias?
A la Comunitat le falta vertebración y utilizar estos problemas para sacar rédito político es peligroso. Los problemas de una empresa de Alicante son los mismos que los de una de Valencia o Castellón. No hay que entrar al trapo de este populismo que genera división. Si verdaderamente en Alicante sienten que el Gobierno valenciano les trata de una forma diferente es tan sencillo como sentarse con los empresarios valencianos a debatirlo. Nadie quiere ser el dueño del imperio, esto no es un imperio.

Esta semana se han iniciado los contactos para la renovación del convenio industrial del metal, ¿cómo encara la negociación la patronal?

La mesa se ha abierto el 2 de febrero. Se trata del convenio sectorial más importante de la industria en la Comunitat. Vamos a intentar poner las necesidades de las empresas en la negociación, con las lógicas diferencias del principio. Creo que las negociaciones del metal con los sindicatos siempre han sido honestas desde la realidad de lo que necesitan las empresas.

¿Cuáles son esas necesidades empresariales?

Son importantes los porcentajes, pero para nosotros lo son más asuntos como la productividad, la flexibilidad de las empresas, la reducción del absentismo, etcétera. Cuestiones que influyen de forma notable en las cuentas de resultados de las empresas. Con la honestidad que nos caracteriza pondremos esos asuntos en la mesa de negociación.

¿Cuál va a ser su postura en el terreno salarial?

La moderación salarial se ha mostrado en los últimos años como un camino importante para mejorar la competitividad de las empresas, pero tenemos que ser conscientes de que no es el único. Asuntos como la flexibilidad y la productividad son importantísimos. El sector del metal es uno de los que mayor media salarial tiene; reconocemos la labor de nuestros trabajadores porque además son perfiles técnicos altos. En el metal no queremos personal con salarios bajos, sino trabajadores productivos.

Esta semana se ha publicado el dato adelantado del IPC de enero con un fuerte aumento del 3%, ¿ha llegado el momento, ya no solo en el sector industrial, de negociar incrementos salariales mayores?

Hace tiempo que se intenta desvincular las subidas salariales del IPC. Sin ir más lejos, en estos últimos años se han incrementado los salarios con datos de IPC negativos y nadie lo ha cuestionado. Debemos tener en cuenta la productividad. En el IPC estamos pagando las diferencias de los costes de la energía, que el año pasado eran bajísimos. Tenemos que tener la mente tranquila y valorar otro tipo de cosas. Creo que al final de año la subida del IPC será normal por la estabilización de los costes energéticos y creo que será absolutamente asimilable con las subidas salariales que se están planteando con el acuerdo a nivel nacional.

El Consell no acaba de aprobar el reglamento de la nueva ley autonómica de cámaras. Como vicepresidente de la de Valencia, ¿echa en falta rapidez?

Es la administración la que debe marcar sus propios tiempos. La tranquilidad que tenemos es que la Cámara de Valencia está funcionando bien, con servicios nuevos y potenciando la internacionalización de las empresas. No es urgente un cambio de timón.

¿Cree que va a haber acuerdo entre la CEV, la CEC y Coepa para el plan de viabilidad que José Vicente González ha pedido para sacar a Cierval del preconcurso?

Legalmente estamos en una situación de preconcurso a la que tenemos que plantear soluciones porque si no la organización se tendría que liquidar. Valencia ha puesto encima de la mesa la idea de lo que debe ser la nueva organización y cómo hay que plantearla, pero sinceramente creo que Alicante y Castellón no están en disposición de mantener esta posición. Por lo tanto creo que es muy difícil la viabilidad de Cierval. Se está intentando hasta última hora, pero va a ser difícil coordinar todos esos intereses. La situación de Castellón es crítica y Alicante está en un momento de cambio complicado.

Valencia ha cambiado el paso y ha endurecido las condiciones para implicarse en un rescate al que antes sí estaba dispuesta...

Las empresas y los sectores que componemos la CEV le hemos dicho claramente a Salvador Navarro que apostamos por una organización autonómica que sea el interlocutor válido de la administración. En ese sentido, está claro que la solución no pasa por que siga pagando Valencia y echemos la pelota hacia adelante. Entonces, lo que hemos planteado es que se presente negro sobre blanco una propuesta de qué es lo que tiene que pagar cada uno y cómo lo tiene que hacer. Estamos esperando la respuesta, pero sinceramente no soy optimista porque las cuotas de 2016 no están aprobadas y eso es sintomático.

Las nuevas condiciones que la CEV ha puesto sobre la mesa, aunque sean razonables, son imposibles de cumplir para Alicante y Castellón...

La CEV ha planteado muchas soluciones. Primero, una fusión a la que se negaron y que luego nosotros también vimos que era inviable por una cuestión de continuidad de empresa. La situación de Alicante y Castellón ha variado. En Castellón la situación es crítica, aunque hay que reconocer el esfuerzo de sus gestores por intentar salvar la organización con una situación que les ha venido sobrevenida. Pero, sinceramente, creo que las patas que sostienen a Cierval no son sólidas y por lo tanto soy escéptico.

¿Se espera en Valencia que lleguen más sorpresas desde Castellón o Alicante?

Lo desconozco. Se han revisado unos años y quedan otros que se pueden revisar o no.

Pero existe desconfianza...

Existe recelo de que se puedan desempolvar otros años y siga habiendo problemas.

Hace unos meses usted abogó por una "voladura controlada" de Cierval, ¿aún es posible o ya se llega tarde?

Creo que ya es tarde para eso. Ahora los tiempos los marca el juzgado. Creo que tiene difícil solución y la voladura controlada no se va a poder hacer.

¿Y qué pasaría el día después de la caída de Cierval?

Debemos ser respetuosos con los tiempos. Formalmente estamos en preconcurso y tenemos que presentar propuestas. Nosotros vamos a seguir haciéndolo desde Valencia. El día después ya valoraremos, si se llega a un acuerdo es una cosa y, sin no, ya veremos. No podemos anticipar acontecimientos.

Pero el tiempo avanza y reconoce que es escéptico ¿Se está trabajando ya en preparar el día después?

Lógicamente somos empresarios y trabajamos para dejar al azar lo mínimo posible. Pero tenemos que ser respetuosos con los tiempos y las formas. No podemos hablar antes de tiempo y cada uno tiene que hablar de lo que le corresponde. Es el presidente de la CEV quien tiene que hablar de la CEV.

¿Qué ha fallado en todo este proceso? ¿Ha sido un problema de modelo o de personas?

Ha sido un cúmulo de diferentes problemas. Castellón ha tenido un problema de formación con presuntos implicados. Hace tiempo que Cierval tenía que haber hecho una reforma de estatutos para garantizar la viabilidad económica porque una organización en la que alguien puede estar seis años sin pagar y no pasa absolutamente nada, lógicamente tiene un problema. Ha sido un problema de no sentamos a tiempo a definir el modelo de organización que queríamos y cómo lo queríamos.

Se ha tardado demasiado en actuar...

Sí. Nosotros teníamos claro desde hacía tiempo que el modelo no iba a funcionar, pero nosotros somos una parte pequeña de una organización autonómica en la que hay muchas organizaciones.

¿Cree que le han faltado apoyos a José Vicente González?

Soy un firme defensor de su figura porque está manteniendo una organización en una situación en la que cualquier otra persona hace tiempo que hubiera tirado la toalla. El hecho de que dos de las tres patas de Cierval no puedan pagar durante años es suficiente motivo para que una organización caiga. Él ha estado trabajando y peleando, intentando hacer propuestas y una reforma de estatutos y no se le ha puesto nada fácil. Más bien se le están poniendo palos en las ruedas. Quiero reconocer el trabajo que está haciendo. Si al final no se salva, él será el presidente que ha intentado salvar Cierval hasta última hora.

¿Cómo se le puede dar una salida con la situación tan complicada?

No se trata de darle una salida. José Vicente González es un valor firme que tenemos en la economía valenciana y lo ha demostrado. Por su conocimiento de las organizaciones, por su relación con las administraciones y por su trabajo en Madrid. Es algo que se merece y es un lujo que no nos podemos permitir perder.

¿En la vicepresidencia de CEOE?

No es mi responsabilidad, pero si por mi fuera, encantadísimo.

Los presidentes de las tres patronales provinciales se hicieron una foto para escenificar un acuerdo de salvación de Cierval que se rompió un mes después ¿Se sienten los empresarios de Valencia engañados por el incumplimiento del compromiso adquirido por sus colegas de Alicante?

El sentir de los empresarios de Valencia es que lo que se pactó no se cumplió. Por unos motivos u otros. No estamos satisfechos con esta situación, pero hay que entender que Castellón y Alicante van muy forzados por su situación económica. Un proyecto en el que los socios no están coordinados entre ellos difícilmente puede tener viabilidad. Para salvar una empresa todos tienen que tirar en el mismo sentido, pero la viabilidad se complica si cada uno tira por un lado.

Femeval lamentó meses atrás la falta de atención de la Conselleria de Economía e Industria, incluso denunció públicamente que no se le escuchase ¿Ha mejorado la relación?

Creo que la administración ya conoce que detrás de Femeval hay muchas empresas que generan bienestar. Desde el momento en el que nos han conocido se han abierto y la relación es muy buena.

¿Por los cambios que ha habido en la Conselleria?

No, para nada. Estábamos a gusto antes y lo estamos ahora. En temas de empleo y formación hay más trabajo por hacer porque el Servef aún tiene camino que recorrer. Por ahí hay camino de mejora.

Muchos de esos cambios afectaron a sus interlocutores directos, particularmente en el Ivace y la Dirección General de Industria...

Con la Dirección General de Industria nos hemos sentado rápidamente para ver temas de seguridad industrial y nuestras ideas han sido bien acogidas. Al Ivace le ha costado más, la justificación del RIS3 le ha quitado mucho tiempo. Acaban de presentar el anteproyecto de la Ley de Áreas Empresariales, una medida que está bien, e imagino que en el primer trimestre se convocarán las ayudas retrasadas de los planes de apoyo sectoriales. Creo que han ido demasiado lentos por problemas económicos y porque tenían que organizarse internamente, pero creo que en un plazo corto vamos a poder decir que la sintonía con la administración es la correcta.

¿Han contado con su opinión para los proyectos recientemente presentados en Sagunto de Industria 4.0 o seguridad industrial?

Sí. Han tenido en cuenta las reuniones que hemos mantenido. Llevar una línea de trabajo paralela a lo que necesitamos las empresas es el camino.

El reparto de ayudas para la reindustrialización de las comarcas ha generado críticas hacia el Consell, ¿las comparte?

El café para todos no es bueno. Si han considerado que hay unas comarcas prioritarias, entiendo que se priorice. Lo que hay que hacer es extenderlo a otras en años sucesivos. Los recursos son escasos y hay que priorizar.

¿Y qué opina del reparto que se ha hecho de los fondos?

Han elegido unas zonas estratégicas que creo que son las correctas. Es cierto que faltan otros territorios, pero tenemos años por delante para incorporarlos. Hay que hacer bien estos proyectos piloto para ver la repercusión que puede haber en otras zonas.

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