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entrevista al diputado en el congreso y líder de juventudes socialistas

Víctor Camino: "El ascensor social está en continuo arreglo, pero sigue funcionando"

Foto: KIKE TABERNER
27/01/2025 - 

VALÈNCIA. Víctor Camino (Valencia, 1994) es diputado en el Congreso y secretario general de Juventudes Socialistas. Atiende a Valencia Plaza cuando se cumple el primer año desde que tomó su escaño en la Cámara Baja para hacer balance de la situación actual de la juventud y de algunas de las iniciativas presentadas durante este periodo en el Cámara Baja. 

Durante la conversación, Camino también repasa algunas cuestiones de actualidad como la situación provocada por la catástrofe de la Dana o los congresos provinciales del PSPV. Además, valora su etapa al frente de Juventudes Socialistas, que terminará a comienzos del próximo año, ya que no podrá presentarse a una reelección debido al límite de edad que establecen las bases de la organización. 

Entre la actividad parlamentaria de Camino destaca la defensa de una Proposición No de Ley (PNL) sobre la protección digital de la salud mental juvenil, que obtuvo luz verde en el hemiciclo a mediados del pasado mes de octubre. La proposición instaba al Gobierno a tomar medidas como acabar con el scroll infinito, incrementar la formación de padres e hijos, o poner fin a la reproducción automática de contenido en redes sociales. 

Tras ello, Valencia Plaza acordó realizar una entrevista a Víctor Camino que quedó aplazada tras las inundaciones provocadas por la Dana, hasta que finalmente se llevó a cabo el pasado 14 de enero. Por tanto, la conversación es previa a cuestiones como la caída del decreto ómnibus del Gobierno que incluía, entre otras cuestiones, la revalorización de las pensiones y la prórroga de las ayudas al transporte público.

P: A finales de noviembre se cumplía el primer aniversario desde su llegada al Congreso como diputado. ¿Qué balance realiza de este periodo?

R: Hago un balance muy positivo y de aprendizaje. Esto de llegar y tener que aprender todo el mecanismo de funcionamiento del Congreso es más complicado de lo que parece. Es una experiencia muy bonita y que permite sacar partido a una estructura que tiene mucho tiempo y de la que es un privilegio formar parte.

Durante este curso has estado enfocado en diferentes temáticas, todas ellas relacionadas con la juventud. ¿Cuál considera que ha sido su aportación?

Hemos trabajado temas que van desde incorporar la perspectiva joven a las políticas públicas hasta temas relacionados con la transformación digital y de cómo afecta esto a la salud mental. Son temas multidisciplinares, que tienen un eje conductor que es la juventud y la capacidad de los jóvenes de verse reflejados en sus instituciones.

Hay un 8% de diputados con 30 años o menos en el Congreso. Nuestro deber es representar a los jóvenes que necesitan volver a creer en la democracia, porque vivimos unos tiempos inciertos.

¿Cómo cree que se puede combatir esta desafección política que observa en la sociedad? 

Se tiene que hacer por muchas vías, y una de ellas es gobernar. Lo decía el presidente del Gobierno: ellos tienen los bulos y nosotros tenemos el BOE. Y con el BOE se pueden hacer políticas que transformen realidades y mejoren las condiciones de trabajo, suban los salarios o haya una regulación más valiente en vivienda. 

Han pasado también al BOE políticas buscan cohesionar la sociedad e intentan luchar contra la desinformación, que es la principal atacante de todo. Por tanto, creo que por una parte es gobernar y por otra regular todo lo que tiene que ver con los medios de comunicación para conseguir que cumplan su objetivo de ser plurales y también veraces. No puede ser que, con recortes de periódico, que son pseudo medios o que rozan también el panfleto, se puedan generar causas de corrupción que sirven para alimentar a medios de comunicación que depositan mucho tiempo en tertulias de casos que luego no llegan a nada, pero tras las que el prestigio queda tocado.

¿Se muestra partidario a bajar a 16 años la edad legal para ejercer el derecho a voto?

Gracias a Juventudes Socialista se consiguió que el PSOE pusiera por primera vez en una ponencia y aprobara también las resoluciones del Congreso que estamos a favor de que haya una bajada de edad a la hora de votar.

En un momento en el que vemos como hay cada vez más defensores de cerrar la democracia, nosotros la abrimos para que la gente de 16 y 17 años puedan votar y pueda verse reflejada en las instituciones. Un joven de 16 años puede ir al médico sin permiso, puede abortar, trabajar en determinados casos, o tener responsabilidades penales. Entonces, ¿por qué no puede votar.

Es una propuesta a medio plazo, que tiene un recorrido complicado, pero que tiene que movilizar a unos jóvenes para que la participación pueda aumentar. Ahora mismo, la participación electoral en personas de entre 18 y 24 años es muy baja. Podemos aumentarla diciéndole a esas personas jóvenes que les damos la voz y que les dejamos elegir y participar.

Su llegada a la cámara baja coincide en una época en la que los jóvenes piden más facilidades para el acceso a la vivienda, mejores condiciones laborales o mayores oportunidades para formar una familia. ¿Cómo cree que se pueden resolver estas problemáticas?

Primero, haciendo un diagnóstico de que hay que hacer una subida de rentas de las familias jóvenes. Hay un problema que ha causado la pandemia y después la inflación provocada por la invasión de Ucrania. Eso ha derivado en un problema para las personas jóvenes que han visto que los salarios no son suficientes para el día a día o para sus proyectos vitales.

Por eso hay que ver qué mecanismos se pueden utilizar para intentar incrementar los sueldos y posteriormente también regular retos como el de la vivienda. No es posible que tengamos zulos de 30 metros a precios de 1000 o 1200 euros, que son abusivos. Por lo tanto, si se suben los salarios, si se contiene el precio de la vivienda y también hacemos políticas para que la salud mental se vea reflejada, conseguiremos que haya un mecanismo importante.

Ahí es donde va uno de los objetivos más importantes, que es utilizar la transformación digital para conseguir que los jóvenes encuentren empleo y formación de calidad. Esa es una de las propuestas que intentamos luchar y que trabajaremos con el Gobierno. He hablado mucho con Óscar López - ministro de Transformación Digital - sobre cómo poder incorporar la visión de los jóvenes a todo este tema.

 ¿Cree que ha fallado el ascensor social en esta generación de jóvenes?

El ascensor social está siempre en continuo arreglo, pero sigue funcionando. Los jóvenes aumentan la presencia en nuevos espacios, hay más becas que nunca en formación pública, se aumentan las plazas de 0 a 3 años y también hay una mayor posibilidad de encontrar empleo porque el paro de menores de 25 años está en mínimos históricos. Por lo tanto, hay elementos objetivos para poder decir que la situación de los jóvenes va mejorando, aunque nos encontramos con una situación muy complicada en vivienda y con unos salarios que aún son muy bajos.

Ya hemos creado empleo, ahora creemos mejores puestos de trabajo; ya tenemos una universalización de la formación, adaptémosla a los retos digitales y consigamos también que sea acorde a las necesidades del mercado. Hay que ir hacia una mayor cohesión y que, en tiempos difíciles, los más poderosos den un salto adelante. Grandes energéticas y entidades bancarias deben arrimar el hombro en un momento como el que hemos vivido estos últimos años.

A mediados de octubre, el Congreso daba luz verde a una PNL impulsada por usted para la protección digital de la salud mental juvenil. ¿Hasta qué punto debemos regular el acceso de los menores a las pantallas?

Se ha de regular hasta el punto que las pantallas respeten a los menores. El dispositivo móvil es un contenedor de violencia, de pornografía y de una cultura que afecta a toda la sociedad porque genera problemas globales a pesar de que el contenido es consumido por un solo individuo.

Tenemos que cambiar la mirada hacia una cultura que no sea paternalista a nivel de control, sino en la que simplemente podamos ver qué están emitiendo determinadas plataformas. Hay personas muy jóvenes que ya tienen dispositivo móvil y hay que ser conscientes de que es muy peligroso porque están accediendo a un mundo hostil que necesita una regulación.

Entre las medidas propuestas se encuentra acabar con el scroll infinito y con la reproducción automática de contenido, dos características básicas de las principales redes en nuestro país. ¿Cree que son factibles de llevarse a cabo dado la implementación de estas redes?

Yo me quité hace poco las notificaciones de WhatsApp, lo cual ha sido un elemento sanador de mi salud emocional y mental. Es una vía para intentar desestimular la hiperconectividad, que provoca que una generación de jóvenes pensamos que no llegamos a ninguna parte. Hay que regular los teléfonos para que no afecten a nuestra calidad de vida o a nuestra propia realidad. Fuera de las pantallas de los dispositivos móviles hay vida.  

La proposición hablaba de que estas tecnologías "han ido colonizando" el tiempo libre. ¿Cómo se debería configurar el ocio de un infante o un adolescente?

Ahí el papel de las instituciones es fundamental para fomentar el derecho a un ocio público. A través del urbanismo se deben configurar espacios para que los niños salgan a la calle, jueguen y tengan seguridad. Hay que conseguir que los barrios tengan jardines y no sean junglas de asfalto. Creo que hay un gran abanico de alternativas que las instituciones deben trabajar y desarrollar con imaginación e innovación.

¿Y qué pueden hacer los centros educativos para desarrollar este tipo de cuestiones?

Tienen que ser un poquito menos permisivos a la hora del uso de los dispositivos móviles cuando no tiene que ver con la labor docente. En este caso la regulación es muy importante y se está llevando a cabo en muchas autonomías. Al principio, había mucha gente que veía una locura prohibir los móviles, pero es que nos enfrentamos por primera vez a generaciones que han nacido con un teléfono móvil en la mano y que tienen que desprenderse del mismo para atender lo que pasa en su clase.

 ¿Y qué papel juegan las familias? 

Debe haber también una coeducación, que es muy importante intentar definir. Para eso es fundamental que se establezcan guías e itinerarios para poder entender qué pasa dentro de los propios teléfonos móviles.

En la conocida como dark pool se esconden barbaridades y hay que aprender a navegar por ese entorno en el que es muy peligroso y cada vez lo va a ser más. Y va a ser cada vez un mayor problema para las familias y para la democracia. Hay que conseguir democratizar las redes sociales para que haya una distinción entre las noticias que aparecen según sean falsas y verdaderas.

¿Cómo ha vivido y valora la situación provocada por la Dana que asoló la provincia de Valencia?

Fue un shock muy duro. Mazón era el president de la Generalitat y no debía estar noqueado. Le eligieron para enfrentarse a grandes adversidades y no lo hizo bien. Por eso pedimos su dimisión. Desde Madrid lo vivimos con ganas de ayudar y lo hicimos intentando generar conexiones entre espacios de la administración que podían entrar de alguna manera en sitios donde nadie podía hacerlo y desde la geolocalización.

Desde una distancia muy complicada, porque todos los accesos estaban completamente cortados y no se podía volver a Valencia, intentamos crear grupos de ayuda y de respuesta para conseguir que el ejército llegara donde tenía que llegar, que los rescates se efectuaran, y que la administración respondiera a nivel que le corresponde.

Un buen número de expertos han alertado de que la catástrofe puede tener un elevado impacto en la salud mental de las personas afectadas, derivando incluso en casos de estrés postraumático. ¿Cómo cree que se debe afrontar esta situación?

Estos días hemos estado visitando determinados municipios y creo que sí va a haber una gran afección en salud mental que se tiene que solucionar con el aumento de inversión en equipos de salud mental e intentando reconstruir con la política.

¿Cómo se puede levantar a aquellas personas que están muy tocadas por lo que les ha sucedido, incluso con pérdidas humanas? Gobernando. Gobernando es haciendo que todas las ayudas lleguen en tiempo y forma y que haya también una respuesta para levantar proyectos vitales. Si conseguimos eso, yo creo que también será una buena política de salud mental, complementada, por supuesto, con esa atención psicológica de equipos que el Ministerio de Sanidad y los diferentes gobiernos están empleando.

¿Cómo debería ser la recuperación de los jóvenes tras la catástrofe para que no sean doblemente perjudicados por una catástrofe y las dificultades de acceso a ciertos recursos que comentábamos anteriormente? 

Los jóvenes no somos todos iguales. Hay algunos que tienen más recursos y otros que menos. Sobre todo, tenemos que fijarnos y enfocarnos en aquellas familias con menos más vulnerables y que necesitan de lo público para salvarse. Soy un enemigo de lo de solo el pueblo salva al pueblo. El pueblo ayuda, el voluntariado ha sido indispensable, pero las políticas públicas han sido fundamentales para conseguir que haya recuperación.

Los jóvenes han sido voluntarios, pero ahora también están horas y horas tramitando ayudas para que lleguen a sus beneficiarios ¿Son una generación de cristal, de hierro o de números? Una de las claves para reconocer a los jóvenes es dándonos el espacio que nos corresponde. Representamos un 20% de la población y queremos estar en el 20% de las decisiones, y, sobre todo, sabiendo que hay jóvenes que lo tienen mucho más difícil.

En 2021 fue elegido secretario general de Juventudes Socialistas, cargo que no podrá renovar. ¿Qué balance realiza de este periplo al frente de la organización? 

Han sido tres años en los que he descubierto más territorio que en tres vidas, diría. Hemos recorrido todos los recovecos de España para entender qué pasa en cada provincia. España es muy plural y hemos aprendido que en la diversidad de España está la riqueza de un país que tiene que reconocer a sus jóvenes.

Por eso, el máximo aprendizaje ha sido intentar conciliar todas las realidades del país para ubicar cuáles son las prioridades, que son, sobre todo vivienda, salud mental y un trabajo digno. Esa generación, además, quiere nuevas banderas relacionadas con la lucha contra el cambio climático y la transformación digital. No obstante, no en todos los puntos del país se ve igual. España tiene muchas miradas, yo intenté aportar la mirada mediterránea. Es una lucha siempre entre diferentes perspectivas que enriquecen mucho. Aún me queda por recorrer mucha España, me queda un año de mandato que quiero aprovechar.

Quiero acabar ese puzzle de identidades que son también las juventudes socialistas para conseguir que representen a la gente joven. Para eso hay miles de concejales y concejalas, alcaldes y alcaldesas jóvenes, así como gente que están de diputados y diputadas en sus comunidades, y las cinco que estamos en el Congreso y que representamos a una generación.

¿Se plantea algún reto en concreto una vez deje el cargo?

La política es un camino muy azaroso, pero también apasionante. Yo quiero, sobre todo, salir con la cabeza bien alta de Juventudes Socialistas y después continuar aportando desde cada elemento de responsabilidad que se me dé. Ahora mismo estoy en el Congreso y creo que hay cosas interesantes que estamos aportando. 

¿Cómo cree que irán los congresos provinciales del PSP?

Somos un partido con ganas de debate y de poner encima de la mesa proyectos que puedan movilizar a los progresistas. Estamos en un momento político en el que Mazón y su negligencia han dejado ver cómo es el PP: el PP de siempre, el mismo PP que con Zaplana convirtió esto en un casino y que con Camps se llevó todas las ganancias porque esto era la fiesta que nunca terminaba.

El gobierno de Ximo Puig fue ese espacio de dignidad que acabó cuando de repente por hechos de desinformación y de percepción falsa llevaron a que Mazón se pusiera al frente de una Generalitat que es mucho más digna que el propio Mazón. Y, por eso, el principal objetivo del PSPV, independientemente de las caras y de los nombres, es conseguir recuperar todas las instituciones posibles para que se haga una política decente.

Una política decente es no irte de comida cuando tu pueblo se está ahogando, y salir a dar la cara y no esconderla cuando hay un problema en tu puerta. Si conseguimos generar proyectos que den la cara, que sean valientes, y que movilicen a la sociedad progresista, acertaremos. Estamos gobernando España, queremos que Diana Morant sea la próxima presidenta de la Generalitat y queremos conquistar diferentes alcaldías para la ciudadanía.

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