En su primera entrevista desde que accedió al cargo, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) anima a las empresas valencianas a utilizar los mercados financieros y explica sus planes para proteger a los inversores frente a 'chiringuitos' y productos de alto riesgo.
VALÈNCIA.- Sebastián Albella Amigo (Castellón, 1958) es ahora mismo el único valenciano con un puesto relevante en la estructura de la Administración central. Preside desde el pasado 25 de noviembre la Comisión Nacional del Mercado de Valores, casa para la que ya trabajó anteriormente. Licenciado en Derecho y abogado del Estado, con anterioridad a su incorporación a la CNMV era socio senior en España y miembro del consejo global del despacho de abogados Linklaters, al que se incorporó en 2005 desde el despacho Ramón y Cajal Abogados, del que fue cofundador. Al contrario que otros valencianos que hacen carrera en Madrid, Albella lleva muy a gala su origen mediterráneo y está dispuesto a demostrarlo. «Me haría mucha ilusión que en mis cuatro años de mandato salieran varias empresas valencianas a bolsa», confiesa. «Por ejemplo, pienso en el sector azulejero de Villarreal, que es casi mi pueblo».
— Se cumplen seis meses de su llegada a la presidencia de la CNMV. ¿Cómo la encontró después de tanto tiempo?
—En la parte de mi carrera profesional en el sector público, la CNMV representó lo fundamental. Además, fui el primer secretario y responsable legal de la casa cuando se fundó y trabajé mucho en la preparación de la Ley del Mercado de Valores y en el propio diseño del organismo. Desde entonces le he prestado mucha atención. Para mí no fue entrar en un ámbito radicalmente nuevo. Fui muy bien recibido y estoy muy satisfecho del impacto positivo que se recibió a mi llegada. La impresión que tengo es que el nivel de calidad media técnica es muy alto. Me siento muy arropado y con un equipo muy bueno.
— ¿Qué supone para la Bolsa de Valencia tener domiciliado el nuevo Entorno Pre-Mercado para startups?
—Me parece muy interesante y desde la CNMV lo apoyamos plenamente. Es una iniciativa referida solo a pequeñas empresas, compañías en su fase inicial de vida. Me gusta esa idea de ir aclimatándolas al mundo de los mercados de capitales y sobre todo la idea de introducir esa semilla. Creo que es una iniciativa estupenda, que está muy en línea de la actividad que hay aquí en València con las startups, en buena parte ligada a Bankia y a la familia Roig. Me parece muy coherente con ese tipo de propuestas.
— Hablando del parqué valenciano, ¿cuál es el papel de las bolsas regionales en un mundo globalizado?
—El mercado bursátil español está integrado, unificado y es único. Las estructuras de las cuatro bolsas (Madrid, Barcelona, Bilbao y València) permanecen y son las accionistas de Bolsas y Mercados Españoles, que a su vez es el titular del llamado Mercado Continuo. En realidad existe una bolsa unificada, lo que es razonable porque en los mercados financieros el principio de concentración es esencial. Hace falta masa crítica para que las cosas funcionen. Dicho lo cual, que se mantengan las estructuras de las cuatro bolsas aunque sea como entes de fomento del mercado y de participación en su gestión, e incluso de introducción de un tono un poco descentralizado, me parece muy bien.
— ¿A qué achaca el escaso número de cotizadas valencianas en la bolsa?
—Es una cuestión de tamaño y de mentalidad. Para cotizar en bolsa hace falta tamaño, masa crítica. Evidentemente hay segmentos del mercado donde esa masa crítica es menos necesaria, como el MAB (Mercado Alternativo Bursátil), pero para el Mercado Continuo hace falta tamaño. En segundo lugar, es un tema de mentalidad: entiendo que en la Comunitat Valenciana las empresas han sido, más si cabe que en otros sitios, empresas familiares de modo estructural, con ánimo de permanecer dentro de la familia y de pasar de generación en generación. Y ese carácter tampoco concuerda mucho con la bolsa. Desde la CNMV tenemos que hacer un esfuerzo para animar a las empresas a salir a bolsa y la Comunitat Valenciana es una de las áreas sobre las que tenemos que proyectar ese esfuerzo.
— ¿Qué supone salir a bolsa para una empresa?
—La salida a bolsa no tiene más que ventajas desde el punto de vista de un supervisor y desde el punto de vista objetivo del funcionamiento de la economía. Para una empresa supone transparencia, mayores posibilidades de financiación, liquidez para los accionistas, permite resolver problemas de sucesión familiar, refuerza la marca y el prestigio de la empresa... No cabe duda de que todo son ventajas y los empresarios deberían animarse en mayor medida.
— Hace unos años la CNMV se planteó abrir una oficina en València, ¿qué fue de aquello?
—Además de la de Madrid, tenemos una en Barcelona de veintitantas personas, que se justifica plenamente porque allí hay actividad relacionada con empresas de inversión, sociedades y agencias de valores, EAFI, plataformas de financiación participativa, instituciones de inversión colectiva... Es una ventanilla que funciona y es apreciada realmente a nivel local. Además, en Barcelona hay cuatro o cinco empresas cotizadas grandes y un puñado de empresas cotizadas pequeñas que también utilizan esa sucursal como puerta de entrada y de contacto. De momento, no nos hemos planteado de un modo concreto abrir otras delegaciones porque hay un elemento de eficiencia. No me parece una idea que deba descartarse aunque sea para contribuir a avivar el ambiente financiero. Yo tengo sensibilidad periférica, vivo en Madrid desde hace muchos años, pero soy de Castellón. No me gusta una España centralizada, me gusta una España con sensibilidad por lo que no es Madrid. Por ejemplo simpatizo con la iniciativa del Corredor Mediterráneo y con todas las ideas que promuevan una España más equilibrada desde ese punto de vista.
— ¿Qué opinión tiene del MAB, cuya fiabilidad perdió enteros con el caso Gowex?
—Yo creo que está consolidado y, visto con perspectiva, ha sido un éxito. Se está superando el impacto negativo del caso Gowex. A raíz de ello se adoptaron medidas para reforzar los mecanismos de supervisión del MAB, que es un mercado por su propio diseño y naturaleza menos supervisado y menos sujeto a reglas que el Mercado Continuo. Pero creo que se está superando ese impacto negativo y ahora se van a empezar a producir casos de empresas que por alcanzar el nivel de capitalización de quinientos millones de euros van a pasar al Mercado Continuo. Creo que eso también va a ayudar a esa progresiva recuperación del prestigio de la reputación por parte del MAB.
«Con Bankia se actuó correctamente: el papel de la CNMV no es comprobar la veracidad de la información que se hace pública con ocasión de una salida a bolsa»
— Si hay un sector que anima el MAB es el inmobiliario, cuyas socimis siguen creciendo...
—El segmento de socimis ha sido un éxito. De todas maneras, en la CNMV tenemos interés en que no se mezclen las cosas porque el nivel de supervisión y regulación del MAB es muy inferior al del Mercado Continuo, y tiene que ser así. De hecho, una de las primeras cosas que hicimos al poco de llegar yo fue pedir a varios periódicos que publicaban las cotizaciones del MAB mezcladas con las del Mercado Continuo que las separaran. Las socimis han salido al segmento específico que tienen en el MAB porque para gozar de su estatuto hace falta cotizar en un mercado regulado o en un sistema multilateral de negociación como el MAB. El Mercado Continuo es un mercado regulado, pero tanto uno como otro en el tema de abuso de mercado las reglas que se aplican son las mismas, como no podía ser de otro modo.
— Pero el MAB está todavía a años luz del AIM británico y el Alternex francés...
—Sí, desde luego de Londres sí, y de Alternex seguramente también, pero bueno, hay un número de sociedades estimable en el MAB y una iniciativa muy interesante. Creo que es la primera vez que en España toma cuerpo un segundo mercado porque históricamente siempre se hablaba de segundos mercados y nunca pasaron de ser proyectos que no prendieron.
— El próximo 1 de enero entra en vigor la esperada MiFID II. ¿Hasta qué punto va a evitar casos como las preferentes y subordinadas que tanto dinero hicieron perder a miles de pequeños ahorradores?
—En 2017 el régimen de comercialización de productos complejos es un régimen más completo y mejor que por sí mismo haría muy difícil que se volvieran a producir esos casos de alcance. Si a eso se añade la experiencia que supusieron, creo que francamente sería raro que volvieran a producirse.
— Siguiendo con la protección a los inversores, usted ha propuesto prestar especial atención a las prácticas de productos como CFD, opciones binarias y forex. ¿Qué planes tiene al respecto?
—No todos esos productos son iguales porque hay algunos extremadamente apalancados, como las opciones binarias y los productos forex, sobre todo vendidos como se venden realmente. Son productos especialmente peligrosos. En cuanto al nivel de apalancamiento en los CFD permitirá diferenciar entre unos y otros. Nosotros hemos hecho varios comunicados sobre estos productos y nuestra experiencia es que en un altísimo porcentaje de casos los inversores pierden. Por el momento, lo que estamos haciendo es exigir a las entidades que los colocan que tengan en cuenta una serie de advertencias muy crudas para que los inversores minoristas sean conscientes del riesgo que están asumiendo. Tenemos un problema que es que no solo comercializan aquí entidades registradas en España y que están bajo nuestra supervisión, sino también entidades radicadas en otros países, particularmente en Chipre. Por ello, hemos impulsado medidas y hemos conseguido que las exigencias que la CNMV pide a las entidades españolas las exijan también el supervisor chipriota y podamos actuar en el caso de que las incumplan. Además, la MiFID II va a dotarnos de más herramientas para imponer reglas estrictas e incluso restringir la comercialización de ese tipo de productos. En cualquier caso estamos muy coordinados a nivel europeo a través de la ESMA, la Autoridad Europea de Valores y Mercados.
— En el caso Bankia, la CNMV ha sido exonerada de responsabilidad penal.
—En la CNMV siempre ha existido el convencimiento de que se actuó de modo correcto con la salida a bolsa de Bankia. Y es fácil comprender que fuera así entre otras cosas porque el papel de la CNMV no es comprobar la veracidad de la información que se hace pública con ocasión de una salida a bolsa. La comprobación de la veracidad de las cuentas corresponde a los auditores. Nosotros tampoco éramos la entidad supervisora de Bankia como entidad de crédito. Lo que hizo la CNMV fue comprobar que estaba toda la información que se pone a disposición de los inversores a través del folleto. La información financiera se adecuaba en términos informativos a lo que era razonable con ocasión de una salida a bolsa y en función de los cambios recientes que había habido en el grupo. La CNMV en aquel momento aplicó con bastante rigor el principio de que una parte importante de la colocación fuera dirigida a inversores institucionales. Se trata de no vender a los pequeños ahorradores aquellos productos que no se colocan a los grandes inversores. Es un principio que hemos puesto en práctica en diversos ámbitos, como en la colocación de la renta fija, pero que en el caso de Bankia se implementó con bastante rigor.
— ¿Qué hacen para seguir combatiendo a los temidos ‘chiringuitos financieros’?
—Hacemos una labor muy importante conjuntamente con ESMA en el sentido de alertar sobre ‘chiringuitos financieros’, es decir, sobre entidades que captan fondos de inversores sin licencia. En el plano educativo e informativo estamos actuando bien, pero es un submundo de tal calibre que yo tengo la duda de si no podemos hacer algo más en el sentido represivo. Es uno de los temas que tenemos encima de la mesa porque tenemos en el consejo de la CNMV la sensibilidad de probablemente dar un paso más.
«La sicav como vehículo es equiparable a un fondo de inversión, no presenta ventajas especiales, incluso hay algún aspecto en el que es peor»
— Otro de los aspectos de la hoja de ruta del Plan de Actuación 2017-2018 es atraer empresas británicas tras el Brexit.
—La relocalización de actividades fuera de Londres va a ser significativa pero limitada. Estamos hablando de que el Brexit supone la pérdida del pasaporte y de la capacidad de vender con libertad y sin trabas desde Londres al resto de Europa, y hay actividades como por ejemplo la venta de derivados con los grandes bancos internacionales que va a tener que hacerse desde Europa o desde filiales europeas. En general, habrá cierta relocalización pero limitada, esa es la primera idea. La segunda es que para atraer esas actividades que se van a relocalizar competimos con plazas financieras muy relevantes y muy potentes como Fráncfort y París, pero también determinadas áreas especializadas como Luxemburgo e Irlanda, que tienen fortalezas muy significativas. Los luxemburgueses tienen una industria de inversión colectiva de muchísimo prestigio, con mucho clúster. Y los irlandeses hablan inglés fenomenal (risas) y eso es una ventaja muy significativa. Luego hay ciudades que tienen otros atractivos especiales como Ámsterdam, que es una ciudad que está muy cerca de Londres no solo en términos geográficos sino también de estilo de vida. Esas plazas tienen algunas ventajas sobre nosotros, pero nosotros tenemos nuestras fortalezas y, pensando en Madrid, que es la plaza financiera por antonomasia española, cuenta con infraestructuras, colegios internacionales, talento financiero... La propia legislación laboral y fiscal española no está mal, podría ser mejor pero no está mal. Además, hay otro elemento que podemos denominar como ‘factor supervisor’: el hecho de que haya un supervisor eficiente y sensato que a entidades que quieran abrir filiales en otros países europeos para mantener el pasaporte les dé confianza. Ese es el negociado de la CNMV. Tenemos que hacer un esfuerzo para atraer actividad que se vaya a mover de Londres. Estamos en una competencia muy difícil y vamos a ver qué pasa. De todas formas, esto no solo va de atraer actividad que ahora está en Londres y que se va a mover. Esto va también de que en el futuro o desde ya mismo está habiendo en Europa mucha más tendencia a la dispersión en cuanto a las nuevas inversiones en el nuevo crecimiento en el sector. Antes, Londres como polo de atracción tenía más fuerza. Es un esfuerzo que vale la pena porque también nos da ocasión de tratar de mejorar como supervisores para contribuir a ese empeño. Yo estoy absolutamente comprometido con la causa.
— Usted dijo recientemente que «un cambio en la legislación de las sicavs que dificultara su constitución aceleraría el proceso de deslocalización de estos activos de inversión». Lo cierto es que cada vez cierran más sicavs. ¿Espera que el Gobierno cumpla con su programa electoral de diciembre de 2015 y las endurezca?
—Expresé un deseo y no es otro que desaparezca la incertidumbre que afecta a las sicavs y que esa incertidumbre se resuelva sin cambios negativos significativos, porque creo que es un sector muy razonable. Actualmente el patrimonio que tienen las sicavs en España supera los 32.000 millones de euros, un patrimonio que por estar en instituciones de inversión colectiva españolas tiene una propensión mayor a estar invertido en España, lo cual es bueno. Además, es un subsector que en términos de industria financiera y de banca privada es muy interesante, da trabajo a mucha gente y sería una pena que como consecuencia de que se mantuviera la incertidumbre o de que se resolviera en términos negativos se deslocalizara en gran medida.
— ¿Por qué están tan demonizadas las sicavs?
—La sicav como vehículo es perfectamente equiparable a un fondo de inversión, no presenta ventajas especiales, incluso hay algún aspecto en el que el régimen de las sicavs es peor que el de los fondos de inversión como el de los traspasos sin tributación de ganancias de capital. Veremos qué pasa pero espero que se resuelva pronto la incertidumbre.
— ¿Va a tener continuidad la prueba piloto del mistery shopping que tan buenos resultados les dio para identificar las malas praxis comerciales?
—Es una herramienta de supervisión, una más de las que tenemos a nuestra disposición y que pensamos utilizar quizás ya de un modo más enfocado a temas concretos.
«El de los ‘chiringuitos financieros’ es un submundo de tal calibre que yo tengo la duda de si podemos hacer algo más en el sentido represivo»
— Usted ha prometido mano dura para luchar contra el abuso de mercado y una de las medidas que ha solicitado es la de pedir a las telecos acceso a los registros de llamadas telefónicas. ¿Sería una buena piedra de toque para acabar con la información privilegiada?
—Hasta 2007 la CNMV tuvo la facultad de acceder a datos de llamadas telefónicas. Cuando me refiero a datos de llamadas telefónicas no me refiero al contenido de las conversaciones sino a datos sobre identidad del llamado, fecha, hora, identidad de quien llama... los típicos listados que nos envían a casa las empresas telefónicas. En 2007 hubo un cambio legal y creo que de un modo no querido desapareció esa facultad, que por otro lado se reguló siempre con control judicial en favor de otros organismos como el Sepblac (Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales). Lo que queremos es recuperar esa facultad aunque tengamos que estar sujetos al control judicial porque es una facultad muy interesante, en particular para investigaciones de insider trading (información privilegiada). Esperamos recuperarla.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 32 de la revista Plaza