VALÈNCIA. La tasa de basuras es un impuesto asociado al servicio de recogida de basuras y materiales de desecho de los municipios y que estos pueden ofrecer a sus ciudadanos de manera directa o a través de una empresa especializada.
Es importante destacar que la tasa de basuras no solo sirve para pagar la recogida de residuos y la limpieza de los contenedores: también incluye su posterior reciclaje en plantas especializadas o la gestión de ecoparques locales.
Se trata, por tanto, de un impuesto esencial para la seguridad y salubridad de nuestros pueblos y ciudades, con consecuencias directas en el entorno y en el ecosistema.
Esta nueva tasa de basuras es un impuesto pensado para contribuir a cumplir los objetivos de la Unión Europea de 55% de reutilización y reciclaje de residuos en 2025, y del 65% en 2035, por lo que muchos Ayuntamientos se verán obligados a ajustarla a nuevos criterios.
Aunque es un impuesto conocido y que se aplica desde hace años en localidades y municipios de toda España, algunos Ayuntamientos todavía no tienen una tasa de basuras diferenciada o implementan este gasto a través de otros impuestos como puede ser el IBI.
Sin embargo, a partir de mayo de este año, es obligatorio para cumplir con el artículo 11 de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.
Este artículo indica que las entidades locales (Ayuntamientos o equivalentes administrativos), tenían un plazo de tres años desde la entrada en vigor de dicha Ley para aplicar una tasa o prestación patrimonial, «de carácter público, no tributaria, específica, diferenciada y no deficitaria, que permita implantar sistemas de pago por generación y que refleje el coste real, directo o indirecto, de las operaciones de recogida, transporte y tratamiento de los residuos».
También especifica que parte del dinero recaudado con la misma se destinará a la vigilancia de estas operaciones y al «mantenimiento y vigilancia posterior al cierre de los vertederos, las campañas de concienciación y comunicación. Así como los ingresos derivados de la aplicación de la responsabilidad ampliada del productor, de la venta de materiales y de energía».
Los Ayuntamientos de más de 5.000 habitantes que no tienen tasa de basuras tendrán que implementarla. Pero, ¿qué pasa con los que sí la tienen?, ¿deben hacer cambios?, ¿cómo afectará esto a los contribuyentes?
A partir de ahora, los Ayuntamientos valencianos deberán aplicar una tasa de basuras centrada en el pago «por generación», es decir, pensando en que cada ciudadano pague (en teoría) por los residuos que genere.
Este tema es complejo por la dificultad para determinar quién recicla o en qué porcentaje lo hace, aunque hay algunas iniciativas al respecto. En este caso, diferentes ayuntamientos de la Comunitat Valenciana ya han comenzado a concretar cómo aplicarán la nueva tasa de basuras.
Hasta ahora, para calcular la tasa de basuras, se tenía en cuenta el valor catastral de un inmueble y su superficie (este impuesto está asociado a bienes inmuebles), el número de ocupantes o el consumo de agua del mismo.
De hecho, algunas ciudades ya tienen contenedores que solo se abren con tarjetas personalizadas de los vecinos, mientras que otras planifican calcular su nueva tasa de basuras según el reciclaje (tanto por volumen, como por separación de residuos) en cada barrio.
Los usuarios que separen correctamente sus residuos, vayan al punto limpio o participen en programas de compostaje también podrían beneficiarse de reducciones en la tasa, así como las personas en riesgo de exclusión social, con ingresos bajos, pensionistas, desempleados, discapacitados o familias numerosas.
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Al igual que ocurre con otros impuestos municipales, como el IBI o el Impuesto de Circulación, para saber más sobre la tasa de basuras y cuándo se paga, debes dirigirte directamente a tu Ayuntamiento. Quién habrá definido y aprobado el procedimiento de cobro de esta nueva tasa de basuras, que entrará en vigor en abril de 2025.
La nueva tasa de basuras genera controversia, y muchos contribuyentes se preguntan si sus nuevos parámetros de aplicación supondrán una subida del impuesto y cómo afectará a su bolsillo.
El importe de la tasa de basuras depende de muchos factores, y la nueva ley establece que los Ayuntamientos tienen muchas opciones de personalización.
Lo único claro es que se trata de impuesto específico, (debe indicarse concretamente cuál es la cantidad a abonar), diferenciado (no puede estar ‘metido’ en otras tasas o tributos) y no deficitario, (su coste no puede ser menor de lo que cuesta el servicio por el que se abona).
Aun así, la diferencia de su coste entre ciudades es muy elevada (por ejemplo, en Soria la tasa de basuras es de 27,60 euros, y en San Sebastián de 202,05 euros).
La tasa de basuras está asociada a la propiedad de un inmueble, y todas las viviendas deben abonarla, sí o sí. Ante la pregunta de qué pasa si no pago la tasa de basuras, la respuesta es sencilla: como cualquier otro impuesto municipal, su impago puede conllevar multas sustanciales que se incrementan con el paso del tiempo y que, de no subsanarse, pueden derivar en sanciones administrativas y legales, e incluso en embargos de propiedades o cuentas.
Otra cuestión diferente es quién debe pagar la tasa de basuras en las viviendas de alquiler. En principio, la nueva ley basada en «quien contamina, paga» permite repercutir este gasto a los inquilinos, aunque es una cuestión que debe reflejarse de manera muy clara en los contratos de alquiler para evitar problemas entre arrendador y arrendatario.