VALENCIA. Hagamos un experimento: sitúese hace tan sólo cuatro meses atrás, en agosto; quizá fuera del trabajo y en plenas vacaciones de verano. Si es usted como yo seguramente se sorprenderá por lo rápido que pasa el tiempo, pero pasado el shock inicial le pido que piense en el mercado y se sitúe en la última quincena del mes.
Recordará que a finales de agosto se produjo una caída dramática en los mercados, una caída histórica por su velocidad y profundidad, y sobre todo por la ausencia de un hecho concreto que la provocara. Una caída imposible de predecir, pero no de gestionar. ¿Qué cambios hizo en su cartera?
Si no hizo ninguno, probablemente tuvo un septiembre malo (pero no tanto) y respiró aliviado con el rebote fulgurante de octubre, que nos dejó en tierra de nadie ya en noviembre. La parte buena es que los muebles se salvaron y algunos euros volvieron a su cuenta. La parte mala es que corremos el riesgo de aprender la lección equivocada: la pasividad como estrategia.
La pasividad es una gran estrategia en entornos tranquilos. De hecho es un error operar frenéticamente en un mercado en tendencia, ya que los números demuestran que el mercado nos batirá con facilidad.
Sin embargo, es en las situaciones de crisis cuando más activos hemos de estar. Pero no improvisando, sino siguiendo un plan preciso trazado con antelación y ensayado muchas veces que permitirá que su cartera resista cuando el mercado, en lugar de rebotar, se desplome por segunda vez.
Permítanme un ejemplo muy real sobre el poder de la anticipación: Morgan Stanley tenía más de tres mil empleados trabajando en las Torres Gemelas el día de los atentados. Tan sólo seis murieron. ¿La razón? No fue la suerte, ni siquiera el propio plan de seguridad del edificio. Fue el plan de seguridad de la empresa, diseñado mucho antes y ensayado muchas veces, el que evitó la improvisación y salvó muchas vidas.
Desgraciadamente factores como la prima de riesgo siguen en boca de algunos periodistas como si aún significara algo. No es verdad. Las compras masivas de deuda por parte del BCE hacen subir los precios y bajar las rentabilidades, distorsionando el comportamiento que tendríamos en un mercado no intervenido.
Vivimos en un polvorín mientras que Draghi trata de mojar la pólvora a toda prisa y prueba de ello fue el pasado agosto, que rompió de nuevo todas las previsiones de analistas y gestores. Echen un vistazo al mercado de renta fija high yield en USA, que se está desplomando desde que terminó la intervención de la Fed, y piensen qué tal le hubiera ido a una cartera pasiva.
Por eso creemos que constantemente hay que preguntarse: ¿Es segura mi cartera? ¿Qué haré si el mercado cae un 15% en una semana? ¿Compraré más o venderé? Como asesores independientes eso es lo que nos mantiene ocupados. No tenemos la mente puesta en la colocación del último fondo estrella o en conseguir el bonus de nuestro banco, porque no trabajamos para un banco: Trabajamos únicamente para el cliente. Y en las crisis, más.
Alejandro Martínez es cofundador y socio director de Inversiones de Efe & Ene Multifamily Office y una de las pocas EAFIs debidamente supervisadas por la CNMV en Valencia