CHIPS EN EL BELVEDERE / OPINIÓN

Escalón empresarial y campeones ocultos

28/07/2022 - 

La venta de Ribera Salud al grupo francés Vivalto Partners completa un ciclo de cambio de titularidad de empresas valencianas excepcionales, vinculadas al ámbito sanitario y con verdadero ADN innovador, en el que habría que incluir también al Instituto Valenciano de Infertilidad (Ivirma), en manos del fondo norteamericano KKR, y a Imegen, fusionada con las empresas de diagnóstico genético Genycell Biotech y Health in Code en un grupo comandado por Alantra Private Equity.

Se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. ¿Éxito de la tecnología valenciana e impecable operación desde el punto de vista patrimonial? ¿O pérdida de iniciativa empresarial en un sector estratégico y traspaso de un conocimiento generado con recursos propios a terceros que van a ser capaces, o al menos tienen más predisposición para ello, de extraer más rendimiento y de escalarlo? 

Con independencia de la posición personal que cada cual adopte, el dato que debería manejarse como sociedad es este: entre 2010 y 2020, la suma de la facturación de las dos principales compañías de la Comunitat Valenciana, Mercadona y Consum, prácticamente se duplicó, lo cual es sencillamente espectacular. Bravo, sin contestación. Han pasado de generar un volumen de negocio en conjunto de 15.600 millones de euros a 27.650 millones. 

Sin embargo, la suma de la facturación de las ocho empresas que les siguen en el Top10 autonómico se ha reducido, y esto ya no suena tan bien: de 4.113 millones de euros en 2010 a 3.867 millones una década después. ¿Es porque 2020 fue el primer año de pandemia y, acuérdate, buena parte de la economía estuvo parada? En 2019, las ocho empresas que completaban el Top10 facturaron 3.838 millones. Menos.

Obviamente se ha producido, en muchos casos, una dinámica de sustitución de compañías en los puestos más elevados del ranking por la propia reconversión de determinados sectores. Pero el fenómeno pone de manifiesto la existencia de barreras para que se consolide un tejido de empresas de tamaño medio-alto en la Comunitat Valenciana. Y convendría analizar bien el fenómeno. Porque la innovación no sólo requiere de conocimiento, no basta con contar con buenos laboratorios, sino también de empresarios que arriesguen y tengan voluntad de escalar y de un entorno normativo y de complicidad con el sector público que lo permita. ¿Qué está fallando?

Los inversores extranjeros están demostrando buen ojo con las oportunidades de crecimiento asentadas en la Comunitat Valenciana en sectores estratégicos. No todo está perdido. Tenemos la fortuna de contar con algunos campeones ocultos, un concepto (hidden champions) acuñado por Hermann Simon en Alemania para designar a esas empresas familiares que son capaces de competir a nivel global en determinados nichos de negocio gracias a la innovación. 

Industrias Alegre, Vicky Foods, Pamesa, Colorker Group o Chocolates Valor son solo algunos ejemplos de compañías que entrarían en esa categoría. La Fundación Cre100do es una de las iniciativas estatales que mejor están sabiendo aglutinar a ese colectivo tan necesario para cualquier economía basada en el conocimiento. Una de sus frases favoritas está extraída del informe “La empresa mediana española” editado por el Círculo de Empresarios en 2017, que pude comentar con su expresidente Javier Vega de Seoane en su sede de Madrid: “Si el tamaño medio de las empresas españolas se acercase al de Alemania, nuestro nivel de productividad se elevaría un 13% y el PIB sería un 15% superior”.

En el caso de Galicia, en el Top10 de facturación en 2020 se encontraban empresas locales como las cadenas de supermercados Gadisa, de la familia Tojeiro, con 2.290 millones de facturación, Vegalsa, con 1.123 millones, y Froiz, con 773 millones; la cooperativa agroalimentaria Coren, con 1.257 millones; el grupo maderero Finsa, con 872 millones; Nueva Pescanova, con 781,6 millones; la conservera Jealsa Rianxeira, con 855,5 millones; y Metalúrgica Galaica, con 1.229 millones. En total, estas nueve empresas facturaron 9.180 millones de euros, el 15,5% del PIB regional, frente al 3,7% del PIB regional de las ocho empresas que completan el Top10 de la Comunitat Valenciana.

Se ha producido un inusual desembarco de inversores, en muy poco tiempo, para adquirir campeones ocultos y deberíamos atender al fenómeno. En España, el 70% de este tipo de empresas están situadas fuera de los núcleos de Madrid y Barcelona, lo cual es un valor en sí mismo para el país. En una economía de libre mercado no hay nada que objetar a este tipo de movimientos, pero si eres tú de forma recurrente el comprado y no el comprador de empresas, deberías saber por qué.

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