Se trata de una bebida con alta capacidad antioxidante, casi tanta como un zumo de naranja
BILBAO, (EP). La sidra puede traer beneficios para la salud, dada su capacidad antioxidante. Esto se debe a su composición polifenólica con antioxidantes naturales, que se encuentran en todos los frutos, pero particularmente en las manzanas de sidra.
Así se desprende de la investigación realizada por un grupo de la Facultad de Química de la UPV/EHU, compuesto por Andoni Zuriarrain, Juan Zuriarrain, Ana I. Puertas, María Teresa Dueñas, Miren Ostra e Iñaki Berregi, todos ellos profesores del Departamento de Química Aplicada de la Universidad del País Vasco. El trabajo ha sido publicado en la revista científica Journal of the Science of Food and Agriculture.
Según Iñaki Berregi, los polifenoles son "muy importantes" en la composición de la sidra. Por una parte, "producen turbidez y sedimentos cuando se unen a las proteínas", y, por otra, "están implicados en el proceso de pardeamiento de la sidra, ya que cuando se oxidan, dan lugar a compuestos de color oscuro". "Desde el punto de vista del sabor, están relacionados con el sabor amargo y con la astringencia (sensación de sequedad en la boca), y aportan cuerpo a la sidra", ha añadido.
Berregi ha señalado que el objetivo del trabajo es "encontrar relaciones entre los polifenoles y los siguientes parámetros: capacidad antioxidante, pardeamiento, capacidad de precipitación de proteínas, turbidez y potencial de reducción. Estos cinco parámetros están relacionados con los polifenoles y son vitales para la sidra, ya que influyen en su sabor, su aspecto y su conservación".
En este trabajo s
Cada mosto se ha introducido en un tanque de acero inoxidable de 150 litros, y la temperatura se ha mantenido en 15 grados. Las variedades de manzana seleccionadas han sido Goikoetxea, Manttoni, Moko, Patzuloa y Txalaka, todas ellas del País Vasco, y todas ellas muy utilizadas en la elaboración de sidra. Las manzanas se recogieron en octubre de 2010, de la finca Zubieta (Hondarribia, Gipuzkoa), perteneciente a la Diputación Foral de Gipuzkoa.
"Hemos decidido utilizar mostos monovarietales con un objetivo principal: que la concentración de polifenoles sea lo más diferente posible de un mosto a otro. Por otra parte, en el País Vasco la sidra se obtiene siempre por mezcla de variedades, y por ello, nos ha parecido oportuno utilizar también una mezcla de este tipo", ha indicado Berregi.
Los investigadores de la UPV/EHU dejaron que los mostos fermentasen de manera espontánea, hasta obtener seis sidras diferentes. Para seguir la evolución de los mostos, tomaron cinco muestras de cada uno durante cinco meses. La primera muestra se tomó el mismo día en que se obtuvieron los mostos y las siguientes, pasados 30, 60, 90 y 140 días. Después, en cada muestra se midieron los cinco parámetros mencionados y la concentración de 25 polifenoles habituales en la sidra.
Por último, para encontrar relaciones entre los polifenoles y los cinco parámetros, se tomaron conjuntamente los datos de todos los muestreos y se les aplicó un tratamiento estadístico llamado 'calibración lineal multivariante'.
El trabajo concluye, por una parte, que "los polifenoles con mayor capacidad antioxidante en las sidras del País Vasco son procianidina B1 y procianidina B2. Por otra parte, los polifenoles con mayor capacidad de precipitación de proteínas, y por tanto los que más posos producirán, son ácido pcumárico, epicatequina e hiperina. Además, la capacidad antioxidante de sidras elaboradas es "algo mayor que la de los vinos rosados y similar a la de un zumo de naranja".
"Otro polifenol que ha resultado interesante es el tirosol, ya que se ha comprobado que las sidras que contienen más tirosol poseen un potencial de reducción menor y, por tanto, una mayor reserva antioxidante. Teniendo en cuenta que la concentración de tirosol en nuestras sidras es similar a la de los vinos blancos, es de suponer que la sidra traerá beneficios similares para la salud", ha concluido el profesor Iñaki Berregi.